Con la débil esperanza puesta ahora en el facilitador español que llegará este viernes al Río de la Plata, Argentina y Uruguay acomodan sus estrategias tras el fallo que, contra todos los pronósticos, resultó favorable a Buenos Aires en la disputa por la instalación de una planta de celulosa.
La satisfacción esta vez cambió de orilla rioplatense. Luego de tres fracasos seguidos, Argentina logró su primer triunfo en la arena internacional, a la que llegó para evitar la puesta en marcha de la fábrica de pasta de celulosa para producir papel que la empresa finlandesa Botnia levanta en la costa oriental del limítrofe río Uruguay.
La Corte Internacional de Justicia con sede en La Haya decidió este martes, por 14 votos a favor y uno en contra, no dar lugar a las medidas cautelares solicitadas por Uruguay para que Argentina despejara el acceso al principal puente entre ambos países, bloqueado desde diciembre por activistas de la ciudad de Gualeguaychú, distante 25 kilómetros río de por medio de la obra casi finalizada.
El tribunal, al que antes había recurrido Buenos Aires por entender que Montevideo había violado un tratado bilateral en un proceso aún pendiente, entendió que no existe riesgo inminente ni daños irreparables por el bloqueo de carreteras, que incluye de modo intermitente el segundo de los tres puentes que unen a los dos países.
La decisión cayó con dureza en el gobierno izquierdista que preside Tabaré Vázquez en Uruguay, el cual había salido airoso en tres ocasiones: en la propia Corte de La Haya, que no aceptó suspender la obra, en el Tribunal Arbitral del Mercosur, que condenó el bloqueo de rutas, y en el Banco Mundial, que aprobó un crédito por 170 millones de dólares para Botnia a pesar de la oposición de Argentina.
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"En principio no queda ninguna otra instancia" internacional a la que recurrir, precisó a IPS el ministro de Turismo de Uruguay, Héctor Lescano, quien, empero, admitió que el facilitador español Juan Antonio Yáñez puede traer alguna propuesta en su visita al Río de la Plata desde este viernes, a la cual Uruguay no se negará a estudiar.
Hay en danza algunas iniciativas en el plano técnico. Sin embargo, Lescano enfatizó que Uruguay no negociará nada con las rutas bloqueadas, como lo ha dispuesto el gobierno desde la reanudación en diciembre de estas protestas, implementadas por los habitantes de Gualeguaychú opuestos a la fábrica de Botnia ya a fines de 2005.
"Como procedimos antes, sin festejo y con mucha mesura, cuando la Corte de La Haya le dio la razón a Uruguay, esta vez no nos vamos a rasgar las vestiduras por el fallo adverso", apuntó.
Con parecida moderación, el centroizquierdista presidente argentino Néstor Kirchner dijo este martes tener "los brazos abiertos para con los hermanos uruguayos" y apostó a "la conversación permanente" entre ambos gobiernos, para resolver el diferendo diplomático con Uruguay.
"Está en la capacidad de nuestros pueblos y de nuestros gobiernos poder superar los problemas", añadió en un discurso en la sede del gobierno. "No somos intransigentes, apostamos a la conversación como una cuestión permanente", apuntó.
Kirchner agradeció "el apoyo y la gestión del Rey" de España para intentar resolver el conflicto, con la actuación del facilitador, pero dijo "esperar que con imaginación, creatividad, y respetando el Tratado del Río Uruguay, podamos encontrar con nuestros hermanos uruguayos una solución".
El dictamen de la Corte Internacional de Justicia fue recibida con satisfacción tanto por las autoridades argentinas como por los asambleístas de Gualeguaychú, ciudad ubicada 230 kilómetros al norte de Buenos Aires y frente a la occidental ciudad uruguaya de Fray Bentos, en cuyas cercanías se levanta la fábrica de Botina.
Unos 100 activistas de Gualeguaychú, en la oriental provincia de Entre Ríos, que bloquean la ruta 136 a la altura del paraje Arroyo Verde y que habían permanecido en vigilia a la espera de la resolución de la Corte, celebraron efusivamente no bien escucharon por radio y vieron en pantallas conectadas a Internet el dictamen de la Corte.
Estela Vence, uruguaya residente hace varios años en Gualeguaychú y una de las pioneras del bloqueo, dijo a IPS que recibieron la decisión "con mucha alegría", pues tenían "pocas expectativas".
Con el correr de las horas de este martes, se sumaron más activistas al "corte" en Arroyo Verde. "Ha llegado mucha gente y esto nos alienta más para seguir en la lucha, es un granito más de arena" después de haber "recibido tantos fracasos", sostuvo Vence.
"Acá estamos todos como locos, sorprendidos. La gente está muy contenta", dijo Jorge Fritzler, representante de la Asamblea Ambiental de Gualeguaychú, quien propuso la construcción de un refugio para albergar a los activistas que participen en el corte de la ruta "hasta que se vaya Botnia".
Desde Colón, ciudad también de Entre Ríos ubicada frente a la uruguaya Paysandú y donde está ubicado el segundo puente sobre el río Uruguay, respondió Poli Echeverría, una dirigente de la asamblea que organiza los bloqueos intermitentes de siete horas en solidaridad con Gualeguaychú.
"No esperábamos un fallo de esta categoría, esperábamos que no nos favoreciera", reconoció Echeverría a IPS.
"De todas maneras estábamos dispuestos a acompañar a Gualeguaychú" si el fallo era negativo, "pero esto nos cambia el panorama y nos trae más tranquilidad para los cortes periódicos que realizamos en la ruta 135", que bloquean el cruce a través del puente internacional General Artigas.
La sorpresa de los entrerrianos obedece a que el fallo de la Corte Internacional de Justicia era esperada con escepticismo en Argentina y con confianza en Uruguay.
Los bloqueos de ruta, conocido en Argentina como piquetes, impiden el tránsito de mercancías y vehículos entre los dos países, así como hacia y desde otros estados de la región. Pero en el verano austral afecta especialmente el turismo en Uruguay, destino de decenas de miles de argentinos que constituyen tradicionalmente 80 por ciento de los visitantes en esa estación.
Lescano indicó a IPS que los cortes de tránsito redujeron la temporada veraniega pasada el ingreso a Uruguay de argentinos, que fueron 116.800 menos que en la anterior, con un perjuicio de entre 70 millones y 90 millones de dólares. En la actual temporada, la merma se calcula en un 20 por ciento adicional.
Lescano atribuyó a los cortes de tránsito la merma en el ingreso de argentinos a Uruguay en la temporada veraniega pasada, que fueron 116.800 menos que en la anterior, con un perjuicio de entre 70 millones y 90 millones de dólares. En la actual temporada, la caída se calcula en un 20 por ciento adicional.
Por su parte, el canciller argentino Jorge Taiana dijo que el fallo permite eliminar "excusas para tratar el tema de fondo", que es la reubicación de la planta.
"La gran ventaja de esta decisión es quitar una cortina de humo y las excusas para no aceptar y no dialogar", enfatizó, tras manifestar confianza en las próximas gestiones del español Yañez.
Argentina planteó ante la Corte que Uruguay violó "reiteradamente" el Tratado del Río Uruguay, al haber obviado según sostiene el gobierno de Kirchner— las consultas para la instalación de empresas de la envergadura de la fábrica de celulosa en cuestión, estipulados en el convenio binacional firmado en 1975.
Se estima que el tribunal se expedirá al respecto en el segundo semestre de este año, aunque algunos expertos prevén hasta dos años más de deliberaciones.
Mientras, el director general de la cancillería uruguaya, José Luis Cancela, precisó que el fallo no significa una legitimación jurídica de los bloqueos argentinos, además de destacar que los jueces en La Haya instaron a Argentina a abstenerse de tomar medidas que puedan agravar el diferendo y obstaculizar la "buena administración de la justicia".