ECUADOR-COLOMBIA: De la crisis al Plan Victoria

La implementación del Plan Victoria por parte del gobierno colombiano y el deterioro de las relaciones diplomáticas con Ecuador anuncian una nueva fase en el conflicto interno que vive ese país andino desde hace más de 40 años.

En Quito se supo el martes 26 que una semana antes el presidente colombiano Álvaro Uribe aprobó el Plan Victoria, concebido, según sus palabras, para derrotar militarmente a las insurgentes FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) y obligarlas a negociar un proceso de paz.

"A estos tipos hay que capturarlos", fue la orden de Uribe a sus soldados en la base de Larandia, en el sureño departamento del Caquetá, al dar a conocer detalles del Plan Victoria, que apunta a capturar a los líderes de la organización guerrillera en armas desde los años 60.

Según el corresponsal del diario ecuatoriano El Universo en Bogotá, Felipe Guillén, el mandatario dio a entender que si no era capturada la dirección de las FARC, seguiría siendo imposible derrotar a esa fuerza guerrillera.

El Plan Victoria estará comandado por el general Alejandro Navas, al mando de 14.300 hombres desplazados al sur con apoyo de la fuerza aérea y la marina de guerra, que contarán con nuevos aviones Supertucano comprados a Brasil.
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El nuevo plan bélico es visto como la prolongación del Plan Patriota, una ofensiva general lanzada contra las FARC en el primer mandato de Uribe (2002-2006), pero cuyo saldo ha sido 137 militares muertos y 1.300 heridos, según fuentes oficiales.

A su vez, el Plan Patriota fue visto en su momento como la cara militar del Plan Colombia, financiado por Washington para combatir el narcotráfico y la guerrilla.

En septiembre, la revista Tintají de Quito informó en exclusiva que en enero de 2007 comenzaría una nueva fase del Plan Colombia, que afectaría directamente a Ecuador.

Esta nueva etapa, o Fase de Consolidación, fue advertida por primera vez en Ecuador por el presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador, Luis Macas, quien citó fuentes de las Fuerzas Armadas ecuatorianas que prefirió mantener en el anonimato.

"Esta nueva fase del Plan Colombia busca consolidar la presencia del ejército colombiano en zonas controladas por la guerrilla, mediante una ofensiva militar y paramilitar que contará con el apoyo directo de la base (ecuatoriana) de Manta y utilizará el territorio de los países fronterizos, particularmente de Ecuador, para ese fin", afirmó Macas en esa oportunidad.

Tanto el Ministerio de Defensa como las Fuerzas Armadas de Ecuador estaban al tanto de la nueva etapa y temían que involucrara aún más a este país en el conflicto del vecino norteño, afirmaba el periódico, citando fuentes militares.

Se trata de presionar a Ecuador "para consolidar la presencia militar ecuatoriana en la frontera con Colombia", no para proteger su soberanía "sino para involucrar más al país en el conflicto colombiano", aseguró la revista.

Días después, el ex presidente colombiano Andrés Pastrana (1998-2002) dejaba su cargo de embajador en Washington aseverando que en los meses siguientes el Plan Colombia entraría en su "Fase de Consolidación" con una duración de cinco años.

Según Pastrana, el Plan Colombia había logrado el objetivo de fortalecer al Estado colombiano para enfrentar al narcotráfico y la guerrilla, pero la nueva fase era necesaria para consolidar esos logros y fortalecer la relación de Bogotá y Washington.

"Estamos frente a una nueva relación con Estados Unidos y en eso será esencial la segunda etapa del Plan Colombia, es decir, la etapa de la consolidación", afirmó.

En la información publicada por Tintají se aseveraba que la Fase de Consolidación implicaría reforzar la presencia de las Fuerzas Armadas estadounidenses en la occidental base ecuatoriana de Manta, cedida a Washington para centro logístico de las operaciones aéreas de apoyo al Plan Colombia.

El presidente electo de Ecuador, Rafael Correa, ha anunciado que no renovará el convenio sobre Manta que vencerá en diciembre de 2009, mientras portavoces de Washington pretendían extender su vigencia hasta 2012.

Manta es el principal puerto marítimo de Ecuador sobre el océano Pacífico, 260 kilómetros al sudoeste de Quito.

La ex canciller colombiana Carolina Barco, sucesora de Pastrana en la sede diplomática en Washington, aseguró en septiembre que no era momento "de bajarle la fuerza al Plan Colombia".

"Es el momento de seguir adelante, introduciendo ajustes que veamos que sean necesarios, pero con el mismo empeño y con la misma fortaleza", aseguró Barco.

Así, el comienzo del Plan Victoria, la Fase de Consolidación del Plan Colombia y el reinicio este diciembre de fumigaciones aéreas a las plantaciones de coca en la frontera con Ecuador, no parecen hechos aislados.

Quito rechaza las fumigaciones, que han provocado una crisis diplomática entre los dos países sin solución a la vista.

Once días atrás, el gobierno ecuatoriano llamó en consultas a su embajador en Colombia y anunció que éste no regresaría hasta que la administración colombiana suspendiera las aspersiones, consideradas nocivas para otros cultivos y para las personas que habitan en las áreas rociadas.

A pesar de la tensión y el firme rechazo expresado por el canciller ecuatoriano Francisco Carrión, Correa aceptó la semana pasada una invitación del mandatario colombiano Uribe para reunirse en Bogotá.

Ante una situación delicada, "lo último que se debe hacer es cortar la comunicación", afirmó Correa, quien asumirá el cargo el 15 de enero.

Su canciller designada, María Fernanda Espinosa, aseguró que Correa viajaría a Colombia entre el 21 y el 22 de diciembre, luego de visitar Venezuela para reunirse con el presidente Hugo Chávez.

El asunto central de la cita con Uribe sería "detener las fumigaciones", consideradas "un acto hostil de Colombia a Ecuador", había dicho Correa, agregando que esperaba una conversación "franca" en la que Bogotá entendiera el "descontento del pueblo ecuatoriano".

Los dichos de Correa y Espinosa provocaron malestar en esferas diplomáticas y militares de este país, que las consideraron un grave error de los futuros gobernantes.

Fuentes del ejército aseguraron a IPS que una visita de Correa a Uribe hubiera mostrado desconocimiento de las normas que rigen la política internacional, ya que implicaba ignorar la postura del Estado ecuatoriano ante un asunto "tan delicado como las fumigaciones en la frontera".

"El presidente electo y la nueva canciller tienen que informarse para asumir una política de Estado, y no basarse en impulsos personales que pueden restar seriedad a su gobierno", afirmó la fuente.

"Hay una estrategia en marcha, en la que no puede interferir el mandatario electo, ni creer que la solución a este tipo de problemas se puede encontrar con actitudes espontáneas", argumentó.

Según el diario El Comercio de Quito, en la cancillería ecuatoriana existía preocupación porque la cita Correa-Uribe dejara sin base la postura de Ecuador, que pide a Bogotá la suspensión de las aspersiones aéreas hasta que un estudio independiente conducido por la Organización de las Naciones Unidas revele el verdadero efecto del herbicida glifosato.

Finalmente, luego de visitar Venezuela y tras algunas idas y vueltas, Correa decidió no continuar viaje a Colombia.

"Yo no podría visitar a nuestro hermano pueblo colombiano mientras nos están bombardeando con glifosato en la frontera", dijo Correa en la capital venezolana, y agregó que Bogotá debía al menos suspender las fumigaciones mientras él visitara Colombia, lo que no fue aceptado por el gobierno de ese país.

El ministro del Interior y Justicia de Colombia, Carlos Holguín, echó más leña al fuego al afirmar a la colombiana radio Caracol que "hubo un cambio de actitud" en Correa "entre lo que conversó" con "Álvaro Uribe el domingo" 17 de diciembre, y la posición "que asumió con posterioridad a su entrevista con el presidente Chávez".

El lunes, se sumó el general Jorge Castro, director de la policía de Colombia, quien aseguró haber detectado en un vuelo de inspección de las aspersiones en una región limítrofe con Ecuador, unas 15 hectáreas de cultivos de coca en territorio ecuatoriano, para luego justificar la "necesidad de continuar con la fumigación aérea".

El canciller Carrión dijo a IPS que las afirmaciones de Castro sobre presuntos cultivos ecuatorianos de coca son un nuevo paso "en la intención de que el Ecuador se involucre en el Plan Colombia".

"La policía colombiana hace una denuncia infundada" por medio de "una fotografía que bien pudiera haber sido tomada en otra época y que, según información que tengo, no es válida ni creíble", dijo el ministro ecuatoriano.

Por razones lógicas, "a las únicas (entidades) a las que hago caso son la policía y las Fuerzas Armadas de Ecuador, que han dicho que esa denuncia no tiene sustento", añadió Carrión.

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