Cereales, carnes, frutas, pescados, café, leche, azúcar, miel, jugos y hasta el buen vino, todo lo proveen en cantidad y calidad los países del Mercosur y asociados, y lo seguirán haciendo pese —y gracias— a la abultada y creciente demanda de gigantes como China e India.
El boom agropecuario en Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, los fundadores en 1991 del Mercosur (Mercado Común del Sur), y también en sus asociados más antiguos, Chile y Bolivia, se explica por sus conocidas condiciones naturales, pero más por las inversiones en tecnología e infraestructura y las mejoras sanitarias incorporadas en los últimos tiempos.
Ese avance en la producción y en el valor agregado del sector de alimentos le ha permitido a la región atender con eficacia las exigencias de compra en expansión que empujan los precios internacionales al alza.
Analistas consultados por IPS vaticinan que, pese a algunas dificultades internas, las buenas perspectivas de la oferta y la demanda se mantendrán al menos en los próximos tres años. No obstante algunos aconsejan invertir más y diversificar los mercados a fin de que el comercio contribuya al desarrollo del bloque y aledaños.
"Nuestros países son exportadores netos de alimentos desde hace siglos por sus ventajas naturales, pero en los últimos cinco años el desempeño de la región ha sido extraordinario", destacó a IPS el representante en Argentina del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), Benedito Rosa do Espirito Santo.
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"La presión de la demanda de China y de sus vecinos en estos años fue tan grande que revirtió una tendencia decreciente de precios que se arrastraba desde hacía una década y cambió la balanza de pagos al punto de favorecer el desendeudamiento", dijo el experto, aludiendo a políticas aplicadas en Argentina, Brasil y Uruguay, que cancelaron sus adeudos con el Fondo Monetario Internacional.
Espíritu Santo entiende que China incorpora más de 20 millones de consumidores al año, y eso garantizará el mercado en crecimiento "por muchos años". En la región, los que tienen más posibilidades de responder a esa necesidad mediante un aumento de la oferta son Argentina y Brasil, las economías más grandes del bloque, añadió.
Argentina lo está haciendo mediante inversiones en infraestructura y tecnología para la manufactura de productos agropecuarios, explicó. También a través de una mayor diversidad de oferta, que mueve a las economías del interior del país con la producción de frutas variadas, vinos, miel, pescado y mariscos.
En cambio, Brasil, con más ventajas para expandir el área sembrada que sus vecinos, deberá invertir en rutas y puertos y mejorar la gestión del negocio, sostuvo el representante del IICA. Tiene, además, la desventaja de un tipo de cambio no competitivo y una carga tributaria más alta que en el resto de la región, advirtió.
A pesar de eso, Brasil será este año el mayor exportador mundial de carne vacuna en volumen y en ingresos y ya es líder en la venta de carnes porcinas y de ave, además de producir a gran escala soja, caña de azúcar, jugos y café. De 2000 a 2006, sus exportaciones agropecuarias pasaron de 20.000 millones de dólares a 50.000 millones.
El buen desempeño en ese país se debe "al aumento de la productividad" por mayor capacitación del agricultor, mejoras en las semillas y en técnicas de cultivo, y también "a la expansión del área sembrada", remarcó a IPS Paulo Molinari, consultor de Safras y Mercados, analistas del sector.
Pero respecto de la rentabilidad, Molinari admitió que el sector agropecuario afronta una grave crisis debido a la sobrevaluación de la moneda local (el real) respecto del dólar. "Es un factor que afecta a todos los productos" de exportación, lamentó. En este sentido, las protestas de los actores del área se hicieron escuchar con fuerza este año en las oficinas responsables de la política financiera.
No obstante, auguró que el problema "tocó fondo" y podría comenzar la recuperación el año entrante.
En Argentina, el área sembrada será en 2007 la mayor de su historia, con cultivos de soja, girasol, maní, maíz, trigo, arroz y cebada entre otros cultivos. Las ventas de carne vacuna, pese a las restricciones gubernamentales para asegurar la demanda interna, ubicarán al país en el tercer lugar en la lista de los mayores exportadores del mundo.
"Las inversiones en maquinaria, fertilizantes, y adelantos incorporados de la biotecnología en la última década nos permitieron dar un salto de productividad y comenzar a hacerlo en gran escala, con buen manejo empresario y cosechas cada vez mayores", indicó a IPS Ernesto Ambrosetti, de la Sociedad Rural Argentina.
Para este economista de la tradicional asociación de empresarios agropecuarios, los buenos precios internacionales, si bien no superaron las marcas de 1996-1997, estimularon la inversión. Atribuyó ese alza de valores a la sostenida demanda de Asia. Estas necesidades se mantendrán por el lado de los alimentos y del mercado de las energías renovables, vaticinó.
Mientras la industria de la alimentación crece, diversos productos del campo tendrán también ahora un nuevo destino. El maíz servirá a la producción de etanol y el aceite de soja para fabricar combustible para motores diesel. Lo mismo señaló el experto Molinari, de Safras y Mercados. El mayor uso de combustible alternativo favorecerá las ventas de Argentina, Brasil y Uruguay.
Si bien el último panorama de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe señala que los incrementos de precios de los productos agropecuarios, que motorizaron un fuerte desarrollo de la región, se están desacelerando, los especialistas consultados por IPS creen que el horizonte sigue siendo alentador.
En Uruguay, la producción agropecuaria creció seis por ciento este año que finaliza, respecto de 2005. La exportación total de carne vacuna no tiene precedentes por su magnitud en valor y, además, este pequeño país de sólo 3,2 millones de habitantes se consolidó como el sexto productor mundial de arroz, con cuatro por ciento de la producción del planeta.
"Es un período histórico de bonanza por una coyuntura internacional favorable, como es la mejora en los precios por el aumento de la demanda asiática y por la necesidad de granos para los combustibles alternativos", explicó a IPS Daniela Alfaro, asesora de la Asociación Rural de Uruguay.
En los últimos cuatro años, el sector agropecuario de la economía más pequeña del Mercosur creció más que en los 30 años anteriores. Aquí también las inversiones en tecnología, realizadas en los últimos años en los sectores lácteos, carnes, granos y arroz, están empujando el auge.
Paraguay, y en menor medida Bolivia, sigue aumentando sus exportaciones de soja y otros productos rurales, aunque con límites.
Es que en La Paz no hay voluntad política de avanzar con un programa de expansión de la soja, mientras que Paraguay está al límite de su capacidad por falta de inversiones, sostuvo Espíritu Santo.
A sui vez, Chile, libre de problemas sanitarios, se destaca por sus colocaciones de pescados, frutas y vinos. "Es como una isla, eso favorece su competitividad", sostuvo la fuente, refiriéndose a la inmensa cordillera de los Andes que separa a ese país de sus vecinos del Mercosur, del que últimamente es miembro pleno también Venezuela.
* Aportes de Mario Osava (Brasil) y Raúl Pierri (Uruguay)