Los procesos judiciales en los que están involucrados Augusto Pinochet y sus secuaces continuarán, aunque el ex dictador chileno haya fallecido, precisó este lunes a IPS el juez español Baltasar Garzón.
Pinochet comenzó a ser procesado hace ocho años. El 16 de octubre de 1998, Garzón pidió su extradición a España y logró que lo arrestaran con ese fin cuando convalecía de una operación a una hernia inguinal en un centro de salud de Londres, donde también había acudido por un negocio de compra-venta de armas.
Este juez no logró que se apruebe finalmente el envió de Pinochet a Madrid, debido a un acuerdo del gobierno de Gran Bretaña con las autoridades de entonces de Chile, que reclamaron competencia para que se lo juzgara en su país, lo cual se concretó pero sin que hasta el día de su muerte, este domingo, se dictara sentencia definitiva en ninguna de las causas que se tramitan en su contra.
"La justicia debe seguir actuando, aunque el principal imputado haya fallecido, ya que hay otros copartícipes en las actividades criminales, a los que se está investigando", precisó Garzón.
Esas actuaciones, aclaró, no se limitan sólo a los delitos contra los derechos humanos durante su dictadura de 1973 a 1990, que dejó 3.000 personas asesinadas y desaparecidas, 35.000 torturadas y 800.000 exiliadas, sino también por corrupción, como la que se investiga respecto de cuentas no declaradas por Pinochet y descubiertas en el estadounidense Banco Riggs.
[related_articles]
En esta causa por delitos económicos están imputados también Lucía Hiriart, la esposa del ex dictador, y Marco Antonio Pinochet, uno de los hijos del matrimonio, prosiguió Garzón, quien espera viajar a Chile cuando la Corte Suprema de Justicia de ese país fije la fecha para que se le tome declaración como dispuso en octubre.
Al preguntarle por qué los procedimientos demoran tanto, al extremo de que acusados como Pinochet mueran de viejos antes de ser juzgados, Garzón respondió que el sistema judicial supranacional "debe ser agilizado y para ello son muchas las instancias que deben intervenir, tanto en lo local como internacionales".
Esa lentitud hizo que pasara mucho tiempo antes de que se lo pudiera llevar a Pinochet ante un tribunal en su país. Pero se avanzó, ya que desde que Garzón dictó la orden de prisión en 1998 y dio inicio a los procesos judiciales, Pinochet fue despojado 14 veces de su inmunidad como senador vitalicio y ex presidente y llevado ante los jueces, aunque ningún proceso se pudo terminar.
Por otro lado, la diputada chilena Isabel Allende declaró este lunes, en conferencia de prensa, que no esperaba verlo a Pinochet en la cárcel, por la edad que tenía y porque la legislación vigente en su país determina que las penas de prisión de los ancianos se cumplan en su domicilio.
No obstante, "una sentencia condenatoria habría sido importante para Chile y para el Estado de derecho, pues hubiera dejado claro que frente a la justicia todos somos iguales", sostuvo la legisladora, hija de Salvador Allende, el presidente democrático derrocado el 11 de septiembre de 1973 por el golpe militar que dio origen a 17 años de dictadura de Pinochet.
Recordó que el fallecido eludió enfrentarse los tribunales muchas veces, tanto "haciéndose pasar por un demente senil", como acogiéndose a la inmunidad parlamentaria como senador vitalicio, que había accedido como ex presidente según la Constitución aprobada en 1980, y luego de renunciar al escaño en julio de 2002 por una prerrogativa especial del propio Congreso.
Allende ofreció su rueda de prensa en la sede en Madrid del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), donde fue recibida por el secretario general de la agrupación y presidente del gobierno de este país, José Luis Rodríguez Zapatero.
Para ella, la muerte del ex dictador es "totalmente irrelevante desde el punto de vista político", pues Chile marcha hoy por el camino de la democracia.
Lo importante es que la justicia chilena siga su curso y mantenga abiertas y activas las causas contra más de cuatro centenares de acusados por los delitos contra la humanidad perpetrados bajo el mandato de Pinochet. Lo importante ahora, puntualizó la diputada chilena, es que se producta "el reencuentro en el nunca más , nunca más un golpe de Estado, nunca más la ruptura del orden constitucional, nunca más violaciones de los derechos humanos".
Con el dolor, el pueblo chileno "aprendió que la democracia es el valor más importante y que debemos perseverar en ella", puntualizó.
Ninguna fuerza política española defendió la figura de Pinochet al conocer su muerte. El portavoz del gobernante PSOE en el Congreso, Diego López Garrido, calificó de "lamentable" el hecho de que el dictador haya muerto antes de que se produjeran las sentencias en los procesos que tenía abiertos.
También manifestó que se debe recordar que España fue el país "que permitió dar un salto de gigante", con el juicio iniciado por Garzón, para que los autores de crímenes de lesa humanidad no queden impunes.
Jorge Moragas, responsable de Relaciones Internacionales de la mayor fuerza de oposición, el centroderechista Partido Popular (PP), declaró que había desaparecido "un hombre que ejerció de dictador", causando "mucho dolor y sufrimiento a su pueblo". Pero también expresó respeto por el modo en que Chile decidió juzgarlo.
Otro dirigente del PP y portavoz de exteriores de ese partido en el Congreso, Gustavo de Arístegui, calificó a Pinochet de "brutal dictador" a quien, aclaró, "no se lo echará de menos".
Al mismo tiempo pidió a otras formaciones políticas que, así como rechazaron a Pinochet, hagan lo mismo "con otros dictadores que siguen gobernando en la actualidad". Aunque el legislador centroderechista no dio nombres, colaboradores suyos dijeron que se refería, entre otros, al presidente de Cuba, Fidel Castro, retirado temporalmente del cargo por razones de salud.
Dirigentes de los demás partidos, como Izquierda Unida, Partido Nacionalista Vasco, Convergencia y Unión, Bloque Nacionalista Gallego y otros minoritarios, también se expresaron criticando la dictadura pinochetista y lamentando que no haya sido condenado en los varios juicios que fueron iniciados en su contra.
