La violencia física, psicológica y sexual contra las mujeres en Cuba alcanzó esta semana un reconocimiento sin precedentes que podría convertirse en la apertura a un debate menospreciado, excluido del discurso oficial y silenciado en la mayoría de los medios de comunicación.
Programas televisivos, entrevistas a expertos, propaganda, conferencias teóricas y acciones desde la sociedad civil se sucedieron en Cuba en las vísperas del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres.
"Todavía queda mucho por hacer, pero podemos entusiasmarnos con lo que está por venir", dijo a IPS Norma Vasallo, presidenta de la Cátedra de la Mujer de la Universidad de La Habana, institución académica que celebró sus 15 años de fundada el viernes con un panel en el Aula Magna del recinto universitario.
A juicio de Vasallo, el país empieza a vivir una apertura en el tratamiento de la violencia de género, sobre todo en espacios académicos y de toma de decisiones, pero aún hay mucha confusión.
"Se suele restringir la violencia al espacio intrafamiliar, algo que oculta su origen y limita la visión de su alcance", afirmó.
"En Cuba, todavía tenemos muchos prejuicios hacia todo aquello que pueda dañar nuestra imagen y opacar los grandes esfuerzos que hemos venido haciendo por construir una sociedad mejor", añadió una de las fundadoras de esta Cátedra que ha promovido la investigación del asunto desde la academia.
En el panel participaron representantes de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), organización femenina que agrupa a la mayoría de las mujeres mayores de 14 años de todo el país, del Centro de Estudios de la Mujer y del Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX), ambos gubernamentales.
La FMC coordina desde 1997 un grupo nacional de prevención de la violencia intrafamiliar y realiza un importante trabajo de atención a las víctimas, pero nunca antes había tenido un protagonismo similar en actividades públicas dedicadas a la violencia contra las mujeres en el mundo, pero también en Cuba.
Las presentaciones estuvieron matizadas por la información sobre los logros alcanzados por el país en materia de derechos y desarrollo de las mujeres, pero sin negar la existencia de violencia de género en todos los ámbitos de la vida, como era usual en décadas pasadas.
Los estudios realizados hasta ahora no permiten disponer de una visión del fenómeno en toda su dimensión cualitativa y cuantitativa, pero reflejan "resultados similares a los de otros países", indicó la experta Clotilde Proveyer, integrante de la Cátedra y del Grupo de Trabajo Nacional para la Atención y la Prevención de la Violencia Familiar.
En Cuba, no se reportan casos de matrimonios forzados o explotación infantil. Desde el triunfo de la Revolución Cubana, en enero de 1959, las mujeres gozan de servicios de aborto legal y planificación familiar, posibilidad de divorcio sin importar la causa y acceso equitativo a la educación y al trabajo.
Como muestra de los avances, las mujeres representan hoy más de 66 por ciento de los técnicos y profesionales del país. Pero siguen siendo minoría en los puestos de dirección y, según algunas investigaciones, el propio ascenso social de la mujer se convierte en causa de "impotencia" masculina y detonante de manifestaciones violentas.
"La violencia de género puede ser menor en Cuba que en México, pero siempre es demasiada", dijo a IPS la socióloga alemana Miriam Lang, quien ha realizado investigaciones en ambos países latinoamericanos.
De acuerdo con Lang, a diferencia de las mexicanas, las cubanas "pueden ser escandalosas, extravertidas y hasta agresivas sin perder la consideración de la sociedad", pero muchas aceptan que su pareja "le prohíba salir de su casa cuando quiere, encontrarse con quien quiera, incluso mirar adonde quiere o ponerse la ropa que le gusta".
"Este control permanente es visto como una prueba de amor", afirmó.
Se considera que la violencia intrafamiliar, física, psicológica o sexual está presente en la isla sin distinción de religión, nivel cultural, situación económica, color de piel, diferencias de edad o tiempo de relación de la pareja. "Un estudio sobre prevalencia nacional podría ofrecer un acercamiento más confiable", propuso Proveyer.
Autora de algunos de los trabajos más importantes sobre esta problemática en Cuba y profesora de la Facultad de Sociología de la Universidad de La Habana, Proveyer reconoció que se nota una "mayor preocupación de los actores sociales por la visualización" de la violencia de género "como parte de la lucha por la equidad".
El Grupo de Reflexión y Solidaridad Oscar Arnulfo Romero ha ido más allá de la preocupación y en los últimos años ha organizado talleres en tres comunidades vulnerables de La Habana (Pilar-Atares, Balcón Arimao y El Canal), con el fin de identificar "las diferentes manifestaciones de violencia que se dan en el día a día".
El Grupo, que tiene entre sus objetivos facilitar la capacitación sobre desafíos socioculturales actuales, en el ámbito comunitario, religioso y civil, realizó esta semana un encuentro para "sistematizar procesos en marcha para cambios de actitudes" y la promoción de prácticas adecuadas "que contribuyan a desnaturalizar la violencia"
"Visualizar los tipos de agresiones, las diferentes negligencias, omisiones, las 'normas' aprendidas y trasmitidas, el daño moral y físico, ente otros presupuestos, ha sido una constante en el actuar de la organización", indica la invitación al taller, que contó con expertos de diversos sectores y actores comunitarios. Por su parte, CENESEX organizó una intensa campaña por la no violencia contra las mujeres, en coordinación con otras organizaciones y redes. Entre otras actividades, se abrieron espacios al debate especializado sobre violencia intrafamiliar, los abusos durante la infancia y la adolescencia y violencia y masculinidad.
"Rompamos el silencio. Protejamos nuestra salud integral", fue el lema de la campaña que incluyó un aviso para su transmisión por la televisión nacional, la distribución de un pliego impreso con información para la prevención de la violencia contra niñas y adolescentes y divulgación de entrevistas televisivas a expertos del centro.
En tanto, una declaración conjunta de las organizaciones opositoras Arco Progresista y Coalición Diálogo Pro Derechos reconoció "el trabajo independiente que un grupo de mujeres viene realizando para detener y erradicar la violencia doméstica y la investigación y documentación que sobre este tipo de violencia desarrollan algunas instituciones oficiales".
"Todos estos esfuerzos deben converger en un punto común: hacer de Cuba un territorio libre de violencia en cualquiera de sus manifestaciones. Una tarea bien difícil en nuestro país porque la violencia entre nosotros tiene un fuerte arraigo cultural y se alimenta de múltiples fuentes: sociales, domésticas, comunicacionales, económicas y políticas", asegura la declaración.
Los grupos, que actúan en condiciones de ilegalidad, aprovecharon la celebración del 25 de noviembre, introducida por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), para convocar a "una jornada de reflexión en cada familia, con el lema de La Violencia no es la Solución.
Asimismo, pretenden abrir "un proceso de consulta" con la población e instituciones, entre este 25 de noviembre y el primero de marzo de 2007, con el fin de proponer la institución en Cuba del Día del Respeto a la Diferencia. "La violencia tiene su origen principalmente en la intolerancia en la que hemos crecido", asegura la convocatoria.
La aún incipiente apertura oficial, presente en la televisión y la radio pero ausente de la prensa, sucede a otro proceso similar que se viene dando en los últimos años en materia de diversidad sexual.
En esa línea, los habitantes de La Habana disfrutaron este mes por segunda ocasión de un festival de una semana de cine homosexual. La institución cultural Casa de las Américas dedicó su Semana del Autor al escritor y actor homosexual chileno Pedro Lemebel. "Esta es la primera vez que me dedican una semana", comentó el artista.