ELECCIONES-NICARAGUA: Aires de Guerra Fría

Nicaragua irá a las urnas este domingo bajo la observación de medio mundo y en un agitado ambiente electoral que traspasa sus fronteras y llega a Caracas, Washington y hasta a Moscú.

La posibilidad de una victoria del ex presidente Daniel Ortega (1985-1990), candidato del izquierdista Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), ameritó la intervención en la campaña de funcionarios del Departamento de Estado (cancillería) y del Congreso (legislativo) de Estados Unidos y de la propia Casa Blanca, amenazando con castigos políticos y económicos a Nicaragua en caso de que gane el postulante de 61 años.

Congresistas, gobernadores, funcionarios, ex diplomáticos, militares retirados y hasta influyentes agentes económicos de Estados Unidos han hecho proselitismo a favor o en contra de candidatos, y algunos han amenazado con promover un embargo a las remesas de los inmigrantes nicaragüenses que laboran en ese país, en caso del triunfo de Ortega, favorito según las encuestas.

El Departamento de Estado dijo el jueves que Estados Unidos no trata de "influir en la opinión ni tomar posición" en las elecciones, pero recordó que los cambios en las políticas de sus socios "se toman en cuenta" para la asignación de ayuda exterior.

La secretaria de Estado, Condoleezza Rice, "está al tanto" de la situación y "cree que cualquiera que resulte elegido debe ser decisión del pueblo nicaragüense en una elección libre, justa y transparente", dijo el portavoz Sean McCormack.
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El comentario fue formulado en un diálogo con reporteros estadounidenses ante declaraciones de otros funcionarios, entre ellos el secretario de Comercio, Carlos Gutiérrez, acerca de recortes de ayuda desde Washington.

McCormack dijo que en los comicios habrá observadores internacionales, incluidos los enviados por la Organización de los Estados Americanos (OEA), cuya evaluación "dará cuenta de la legalidad del proceso electoral".

"Esa es la posición de la secretaria" Rice, agregó. "No estamos tratando de influir en la opinión ni tomar posición. Esta es una elección democrática. Si se mira alrededor del mundo, se verá que no tomamos posición, no tratamos de influir en ninguna elección", dijo el portavoz.

Ortega, que gobernó el país entre 1979 y 1990, primero como miembro de una junta revolucionaria tras el derrocamiento de la dictadura somocista, y luego como presidente elegido, disputa por tercera vez la Presidencia desde 1990, cuando fue derrotado por Violeta Chamorro. Luego perdió en 1996 con Arnoldo Alemán, ahora condenado a 20 años de prisión por corrupción, y en 2001 ante el actual mandatario Enrique Bolaños.

Durante su gobierno, Washington aplicó un embargo comercial a Nicaragua y financió a las guerrillas contrarrevolucionarias, conocidas como "contra", que intentaron derrocar por las armas al régimen sandinista. Diez años de guerra civil dejaron más de 50.000 muertos y miles de millones de dólares en pérdidas económicas.

En 2002 y 2004 los sandinistas y los miembros del derechista y gobernante Partido Liberal Constitucionalista (PLC) afines a Alemán empujaron una reforma constitucional mediante la Ley Electoral que favorece a Ortega, pues para ganar los comicios en primera vuelta un candidato tiene que obtener 40 por ciento de los votos válidos o 35 por ciento y una diferencia de cinco puntos porcentuales respecto del postulante que ocupe el segundo lugar.

El posible triunfo de Ortega ha despertado un intenso interés internacional y la reaparición de oscuras figuras del pasado, como el coronel retirado estadounidense Oliver North, cabeza operativa del tráfico secreto de armas a Irán implementado por el gobierno de Ronald Reagan (1981-1989) para financiar a la contra nicaragüense.

North visitó el país y dijo que el triunfo del sandinismo "sería lo peor para Nicaragua".

La Casa Blanca designó esta semana como observadores de los comicios al embajador Paul Trivelli y a 48 funcionarios de su sede, así como al ex senador John Bennett Johnston y al ex congresista Bill Paxon.

Según las últimas encuestas, Ortega encabeza las preferencias electorales con un promedio de 33 por ciento de las intenciones de voto, seguido por Eduardo Montealegre, de la derechista Alianza Liberal Nicaragüense, con 22 por ciento.

En tercer lugar aparece José Rizo, del PLC, con 17 por ciento, seguido de Edmundo Jarquín, del disidente Movimiento Renovador Sandinista, con 14,8 por ciento, y por último el ex guerrillero Edén Pastora, con una intención de votos calculada en menos de uno por ciento.

La intrusión estadounidense en el proceso electoral provocó una queja de la misión de observadores de la OEA, que llamó a "respetar la decisión de los nicaragüenses".

Adversarios de Ortega, como Montealegre y Jarquín, han denunciado que no sólo hay intervención de Washington, sino también de Caracas, y acusaron al sandinista de recibir dinero del presidente venezolano Hugo Chávez para su campaña.

Ambos candidatos señalan que Chávez envió dos embarques de combustible a Nicaragua, para que las alcaldías sandinistas destinaran el producto de su venta a promover la candidatura de Ortega. En abril de este año, Chávez expresó su preferencia por el postulante.

A esos actores se suma Moscú, ex aliado político y comercial de Ortega en los años ochenta, cuando era capital de la disuelta Unión Soviética. El jueves el gobierno ruso condenó la "indisimulada interferencia" de Estados Unidos en el proceso electoral de Nicaragua.

"Semejante interferencia no sólo causa asombro sino inquietud. Consideramos categóricamente inadmisible crear obstáculos para la libre expresión de la voluntad del pueblo nicaragüense", dijo Mijaíl Kaminin, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia.

Kaminin recordó que fuentes oficiales y extraoficiales de Estados Unidos amenazan con interrumpir la ayuda y la cooperación con Nicaragua si gana el FSLN.

Las elecciones presidenciales y legislativas de este domingo son las más observadas desde los comicios en los que cayó el régimen sandinista en 1990. El presidente del Consejo Supremo Electoral (CSE), Roberto Rivas, dijo que se han acreditado más de 17.000 observadores, 16.000 nacionales y 1.000 extranjeros.

Además, el ejército movilizará a 8.356 efectivos para resguardar los comicios, mientras que la policía dispondrá más de 9.000 agentes para vigilar las Juntas Receptoras de Votos (JRV).

Participan observadores de la Unión Europea, de la OEA, del no gubernamental Centro Carter y del derechista Instituto Republicano Internacional, de Estados Unidos, y del Consejo de Expertos Electorales Latinoamericanos.

Según el portavoz del CSE, Félix Navarrete, se han acreditado 422 periodistas extranjeros. Las principales cadenas de televisión del mundo han despachado enviados especiales a Managua y la mayoría de las agencias de noticias reforzaron el personal de sus oficinas en esta capital.

Diarios como The New York Times y The Washington Post, de Estados Unidos, el francés Le Monde y el español El País también enviaron reporteros para contar con noticias de primera mano. Además, están acreditados 625 periodistas nacionales de radio, televisión y prensa.

La campaña, iniciada el 19 de agosto, entró en la recta final con un silencio electoral de cinco días a partir del miércoles.

Están habilitados a votar 3.652.335 ciudadanos mayores de 16 años. Se elegirán presidente y vicepresidente de la República, 92 diputados de la Asamblea Legislativa unicameral y 20 del Parlamento Centroamericano.

El CSE calcula que la concurrencia a las urnas será de 2,8 millones de personas, considerando un margen de abstención de 10 por ciento y los muertos y emigrantes que no fueron depurados del padrón. *****

+ Guerra a Daniel Ortega (https://ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=39100) (FIN/IPS/jas/dcl/ip hd cv pn sl/06)

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