Para los casi 100 delegados de 63 partidos comunistas y obreros de distintas parte del mundo, reunidos en Portugal, no existen dudas de que más temprano que tarde el socialismo triunfará, especialmente en América Latina.
Con inmensos cuadros de Karl Marx, Frederick Engels y Vladimir Lenin como telón de fondo y bajo las conocidas consignas de "la lucha continúa", "venceremos", "el pueblo unido jamás será vencido" o "la victoria es cierta", los representantes comunistas analizaron la situación partidaria y política en la cita internacionalista de tres días en Lisboa.
Desde 1998, estas reuniones anuales se hacían en Grecia, pero esta vez el encuentro fue organizado por el Partido Comunista Portugués (PCP), que con el control de 9,6 por ciento de los electores de este país, es uno de los mayores del mundo occidental.
Entre los partidos comunistas en el poder, participaron representaciones de Cuba, Italia y de Sudáfrica, mientras el Partido del Trabajo de Corea del Norte declinó asistir. El gran ausente, pese a haberse anunciado previamente su presencia, fue la delegación de las insurgentes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
La mayor parte de los debates que transcurrieron entre el viernes y el domingo se centraron en las experiencias políticas de países da América Latina, como Brasil, Venezuela, Nicaragua, Bolivia y Uruguay, donde bastaba su mención para provocar la ovación.
"Existen señales de recuperación de los partidos comunistas y revolucionarios de varios países, especialmente latinoamericanos, debido a la reducción de la base social de apoyo del capitalismo", explicó a los periodistas el dirigente del PCP Ângelo Alves, al definir el actual contexto político de esa región como "un profundo laboratorio social".
Sin embargo, reconoció a renglón seguido que esas experiencias "no necesariamente significan un fortalecimiento de los movimientos revolucionarios", sino más bien "una toma de conciencia por parte de los pueblos de que el sistema capitalista acentúa desigualdades".
De este malestar por las desigualdades sociales cada vez más acentuadas y la creciente inseguridad laboral, no sólo en América Latina, sino en todo el mundo ¿pueden nacer alternativas políticas? consultó IPS.
"Lo que nos interesa es comprender la dinámica y la alteración de la correlación de fuerzas", explicó Alves y admitió que existen cambios sustanciales no sólo en América Latina, sino también en países como India, con 3,3 millones de kilómetros cuadrados de territorio y 1.100 millones de habitantes.
El diálogo informal con varios delegados en los bastidores de la antesala del encuentro permite deducir que existe entre ellos una diversidad considerable y que, pese al común denominador del narxismo-leninismo, resaltan diferencias emanadas de cuestiones históricas y de opciones políticas concretas derivadas de las distintas realidades nacionales.
Las "recetas" para hacer triunfar las revoluciones y la aplicación práctica del socialismo real ya no parecen plausibles a comienzos de este siglo. Es el caso de India, donde los dos partidos comunistas, antes rivales, en las elecciones de hace dos años lograron la mayor votación de sus respectivas historias y hoy coinciden en dar apoyo parlamentario al gobierno del centrista Partido del Congreso del primer ministro Manmohan Singh, condicionado al tipo de medidas que se proponga.
En Italia, Refundación Comunista participa en el gobierno de centroizquierda de Romano Prodi y su líder, Fausto Bertinotti, ocupa la presidencia de la Cámara de Diputados, el segundo cargo en jerarquía del Estado tras el del presidente de la república, el ex comunista Giorgio Napolitano.
Son casos de "partidos hermanos" que poco o nada dicen a Cuba. Para Fernando Ramírez Estenoz, jefe de relaciones internacionales del Partido Comunista de esa isla caribeña, lo fundamental es que la revolución "no está sola" y cuenta con el apoyo de "otras revoluciones", como la venezolana y la boliviana, y de los "compañeros de izquierda" de Brasil.
Para el PCP, la tarea es la constante denuncia contra el gobierno del primer ministro socialista José Sócrates, cuyas medidas económicas han sido de tal manera drásticas, en términos de reducción de derechos sociales, que la derecha ha quedado sin estandartes para encabezar la oposición, dejándola en manos de los partidos marxistas lusos.
"La gente no se engañó al votar en el Partido Socialista (PS) sino que fue éste que engañó a la gente", señaló el secretario general del PCP, Jerónimo de Sousa.
El dirigente del comunismo portugués sostuvo que Sócrates "avergonzó" a Portugal en la Cumbre Iberoamericana, realizada a comienzos de este mes en Montevideo, por sostener allí que Estados Unidos es el campeón del respeto de los derechos humanos, pese a la "aprobación por el Congreso de ese país de la legalización de la tortura".
El ataque contra Estados Unidos, centrado especialmente en su presidente, George W. Bush, y en el dimitido secretario (ministro) de defensa, Donald Rumsfeld, fue la tónica dominante de las intervenciones.
También incluyeron una severa crítica a las democracias occidentales, en especial a los gobiernos de la Unión Europea (UE), por no haber reaccionado de manera significativa a la legalización de ciertas formas de tortura por parte de Washington.
Una de las más contundentes críticas a la conducta de Estados Unidos la señaló el portavoz del Partido Comunista Sudafricano, Francis Malesela Maleka, al apuntar que la Agencia Central de Inteligencia (CIA) tiene "las manos manchadas de sangre africana".
Haciendo historia, recordó que entre la década del 60 a la del 80 participaron en los asesinatos de Amílcar Cabral, del Partido Africano para la Independencia de Guinea y Cabo Verde, de Eduardo Mondlane, fundador del Frente de Liberación de Mozambique, del presidente de ese país, Moisés Samora Machel, y de Patrice Lumumba, en la República Democrática del Congo. Las luchas futuras del movimiento comunista internacional no se llevarán solo en el campo social y económico.
Manuela Bernardino, jefa del departamento internacional del PCP y que habló en nombre de los delegados presentes en su calidad de anfitriona, indicó que "son varias las iniciativas posibles de los partidos comunistas y revolucionarios".
"La lucha por la solidariedad con los pueblos, en especial los de Palestina, Iraq, Líbano y Afganistán, víctimas de la ocupación imperialista, el combate al militarismo y la guerra y la defensa de la libertad y de la democracia", detalló.
La propia palabra socialismo, los comunistas no parecen dispuestos a cederla, ya que los partidos con ese nombre, o laboristas y socialdemócratas "se han mantenido fieles al modelo neoliberal, que provocó una gran pobreza en estos últimos 20 años", sostuvo el dirigente comunista mexicano Pável Blanco Cabrera.
Las llamadas soluciones intermedias encontradas por algunos países de América Latina, como Brasil y Uruguay, son reconocidas por Blanco Cabrera como "cambios progresistas, pero que no representan necesariamente una ruptura con el modelo neoliberal".
"Son mutaciones que permiten resolver algunos problemas, pero el principal continúa pendiente", aclaró.
A modo de balance, se concluye que los comunistas no darán tan fácilmente su brazo a torcer ante los imperativos descritos como ineludibles por la llamada "nueva izquierda moderna", basada en la "tercera vía" lanzada hace un lustro por el primer ministro de Gran Bretaña, Tony Blair.
El líder del Partido Comunista de la Federación Rusa, Guenadi Ziugannov, no escondió a IPS su optimismo sobre las perspectivas futuras, pues cada día, dijo, "se verifica que habitamos un planeta que está cada vez más rojo".