TIMOR ORIENTAL: Equilibrio precario en terreno pantanoso

Los platos de la balanza política de Timor Oriental continúan repletos de dudas y de signos contradictorios. Tras siglos de colonización portuguesa y posterior ocupación militar de Indonesia, la inestabilidad y la violencia persisten porfiadamente en la joven república asiática.

Desde que accedió a la independencia en mayo de 2002, la incertidumbre parece marcar los caminos del futuro de esta pequeña ex colonia insular portuguesa del archipiélago de Java, martirizada por siglos de enfrentamientos violentos y que ostenta el primado de víctima del mayor genocidio proporcional a la población de un país en el Siglo XX.

Los violentos enfrentamientos que tuvieron su auge en junio de este año parecen indicar que la larga lucha por la libertad se convirtió ahora en combate por el poder.

Los dirigentes políticos invocan la Constitución, con sus imperativos y sutilezas, mientras en las calles jóvenes de grupos rivales capaces de colocar el país a hierro y fuego luchan entre sí a puñaladas y machetazos, queman casas indiscriminadamente y atacan a militares extranjeros de las fuerzas de paz.

Todo eso a la vista de las fuerzas especiales de militares australianos, notoriamente la autoridad de seguridad de Timor Oriental. En tanto, Portugal, con 130 soldados de su Guardia Nacional Republicana (GNR) y unos 20 agentes de la policía, mantiene en la isla una presencia armada poco más que simbólica, en tributo a la historia común.
[related_articles]
Los disturbios registrados en los últimos días, que se saldaron con la muerte de dos jóvenes son interpretados por Taur Matan Ruak, comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, como un claro intento para derrocar al gobierno encabezado por José Ramos-Horta, ganador en 1996 del premio Nobel de la Paz.

El conflicto actual encubre como grandes objetivos "la caída del (Poder) Ejecutivo, la disolución del parlamento y el establecimiento de un gobierno de unidad nacional", según Matan Ruak, el legendario jefe guerrillero que durante 25 años resistió en la selva la invasión de Indonesia desde 1975.

Esa invasión indonesia se saldó con la muerte de un tercio de los 660.000 habitantes que tenía Timor Oriental en la época.

En estos últimos dos días, los manifestantes han centrado sus ataques contra los efectivos australianos, luego de que el martes éstos dispararon gases lacrimógeno en un campo de refugiados improvisado en el aeropuerto de Díli, capital del país, provocando heridas en un niño.

Ese día, los solados australianos abrieron fuego al ser atacado su cuartel, refriegas que dejaron dos personas muertas y cinco heridas. Para la defensa de la posición, fue también llamada la GNR portuguesa, que despierta menos animosidad en la población.

Una de las víctimas mortales fue baleada, la segunda falleció a consecuencia de varias puñaladas, mientras dos de los heridos fueron alcanzados por los "rama-ambon", pequeñas flechas lanzadas mediante cerbatanas artesanales. Los restantes tres heridos, dos son soldados de la GNR y un comando australiano.

Desde el domingo pasado se han registrado cuatro muertos y 47 heridos, según reveló a los corresponsales portugueses el director del hospital de Dili, Antonio Calere.

La Oficina de las Naciones Unidas en Timor Oriental (Unotil) pidió en la víspera el retiro de las fuerzas australianas para que sean reemplazadas por la policía de la ONU, comandadas por el comisario portugués Antero Lopes e integrada por la GNR y agentes de Malasia y de Bangladesh.

El comisario Lopez dijo a la prensa portuguesa que el miércoles se había llegado "a niveles de violencia sin precedentes" en los últimos cinco meses.

El primer ministro de Timor Oriental, José Ramos-Horta, que se encuentra en Roma participando en un seminario internacional y en visita al Vaticano para convidar al papa Benedicto XVI a visitar su país, comentó telefónicamente a IPS estos últimos actos de violencia en su país.

"Varios grupos en Timor intentan manipular a las fuerzas armadas extranjeras, una vez acusando a los portugueses, otra a los australianos", explicó este jefe de gobierno, que también ocupa la cartera de Defensa Nacional.

Todo depende, "si se trata de un miembro o miembros de un grupo que fue neutralizado por los australianos, les acusan a ellos de estar apoyando al otro lado, si fue la GNR, la que neutralizó a otro grupo, ellos acusan a los portugueses de favorecer al otro lado. Es una historia de nunca acabar", puntualizó.

"Las fuerzas australianas, neozelandesas, malasias y portuguesas fueron a Timor Oriental a pedido de nuestros tres órganos de soberanía: la presidencia de la república, el parlamento y el gobierno. En general, el comportamiento de esas fuerzas ha sido ejemplar. Se han registrado incidentes, pero nunca fueron deliberados", apuntó el primer ministro.

Destacó también el papel desempeñado por las fuerzas armadas bajo su autoridad y el comando de Matan Ruak, "que se han comportado con mucha dignidad, coraje y humildad".

Ramos-Horta recordó a este respecto que las fuerzas de defensa y el propio Matan Ruak "aceptaron y presentaron disculpas públicas" tras las conclusiones del Informe de la Comisión Independiente de Investigación designada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

"Es muy raro que una fuerza militar, en cualquier parte del mundo, alguna vez haya mostrado esa integridad, coraje y humildad, actitudes que van a ayudar a curar muchas heridas en nuestra sociedad", añadió.

La Comisión Independiente investigó los hechos iniciados el 27 de abril, cuando se desató una vasta crisis político-militar, cuyos condimentos fueron la desintegración de la Policía Nacional y fuertes divisiones entre los militares, en su mayoría ex guerrilleros que combatieron a los indonesios.

Los enfrentamientos se prolongaron por varios meses, adquiriendo una vasta dimensión en junio, cuando se registraron 40 muertos y el mayor de ejército Alfredo Reinado desertó con unos 20 hombres, atrincherándose en la densa jungla, donde aún permanece.

A fines de junio, el presidente de Timor Oriental, José Alexandre Xanana Gusmão, pidió la renuncia del entonces primer ministro, Mari Alkatiri, y del ministro de Defensa, Roque Rodrigues, nombrando en ambos cargos al hasta ese mes canciller Ramos-Horta.

La excusa fue, y sigue siendo, una presunta discriminación étnica contra los Loromunus, timorenses de la parte occidental, por parte de los Lorosae, del sector oriental, que según los primeros son subyugados por la jerarquía que controla los segundos en las Fuerzas Armadas y en la Policía Nacional.

Empero, diversos análisis independientes publicados en la prensa internacional, en especial en Portugal y Australia, aseguran que el problema no es étnico sino más bien debido a las ricas reservas de petróleo y gas natural existentes en los 15.007 kilómetros cuadrados de ese país hoy con 880.000 habitantes.

Antes de la crisis, "la situación en Timor era tranquila, pacifica, con índices de criminalidad común sorprendentemente bajos si tomamos en cuenta la pobreza del país, el alto nivel de desocupación, las fragilidades de las instituciones del Estado, en especial de los tribunales y de las agencias de ley y orden", recordó Ramos-Horta a IPS.

Inclusive hoy, la violencia, está localizada en especial en Dili, porque "si alguien viaja por el interior del país no se ve un solo militar o policía, no se ve un agente de autoridad y esos lugares son completamente pacíficos", añadió

Admitió, empero, que "las dificultades son enormes y la pobreza es generalizada". "No tenemos una clase media en el verdadero sentido de la palabra ni un sector privado significativo, y digo esto porque no existe ningún país que se desarrolle sin un sector privado y una clase media", puntualizó.

"Como es sabido, todo esto lleva muchos años para desarrollarse. A veces las personas olvidan que estamos solo en el cuarto año de nuestra independencia", expresó.

El informe de la ONU, en la óptica de las Fuerzas Armadas, no basta. Será necesario crear una comisión parlamentaria de investigación "para garantizar el rápido regreso de la paz", cuyo objetivo sería, según Matan Ruak, "determinar los objetivos, las estrategias y los autores morales e intelectuales de los que estuvieron detrás de la crisis y, sobretodo, responsabilizarlos" de esos hechos.

La ONU pide en su informe una nueva investigación que inicie procesos judiciales contra 90 personas, entre las cuales están Rodrigues y Matan Ruak.

Ramos-Horta califica de "natural" que la ONU recomiende más investigaciones, "pero es competencia del Fiscal General determinar si es necesario o no".

"Por mi parte, mantengo la confianza total en el general de brigada Taur Matan Ruak", apuntó Ramos-Horta, un político frecuentemente descrito como prudente, hábil y discreto, que gobierna un país donde el sillón de primer ministro es un auténtico barril de pólvora.

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe