Egipto está en medio de una intensa polémica luego de que el gobierno anunció su intención de producir energía nuclear con fines pacíficos.
Gamal Mubarak, asistente de la secretaría general del gobernante Partido Nacional Democrático (PND) e hijo del presidente Hosni Mubarak, sorprendió a toda la convención de esa fuerza política el 19 de septiembre con el anuncio de que Egipto revivirá su estancado programa de desarrollo atómico.
"Muchos países en desarrollo propusieron y comenzaron a ejecutar planes por energías alternativas. Es tiempo de que Egipto lance la propuesta discutir el tema de las energías alternativas, incluyendo la nuclear", dijo Gamal Mubarak, quien además preside el influyente comité de políticas del PND.
Gamal Mubarak y otros funcionarios de gobierno rápidamente salieron a aclarar que la energía atómica sería producida solamente con fines pacíficos, según el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), del que Egipto es firmante. El pacto permite a las partes construir instalaciones atómicas siempre y cuando sean sometidas a supervisión internacional.
La declaración de Mubarak tuvo gran repercusión en la opinión pública. "Fue una sorpresa, aunque ya se habían dado algunas señales de que la producción nuclear estaba en la agenda del gobierno", dijo a IPS el analista político Joshua Stacher, de la Universidad Británica en Egipto. El experto sostuvo que El Cairo "está haciendo uso de sus derechos como miembro del TNP al usar energía nuclear con fines pacíficos".
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Nadie duda de que el gobierno egipcio necesite fuentes alternativas de energía para satisfacer la demanda interna. El Cairo gasta unos 7.000 millones de dólares al año para proveer energía, situación que se agravará si continúa el aumento de los precios internacionales del petróleo y del gas.
La demanda interna de electricidad crece a un promedio de siete por ciento anual.
En vísperas del anuncio, el ministro de Electricidad y Energía, Hassan Yunis, reveló planes para construir una central eléctrica en la localidad de Al Dabaa, sobre el mar Mediterráneo, unos 150 kilómetros al oeste de Alejandría, por un costo de 1.500 millones de dólares.
Subrayando la necesidad del país de disminuir su tradicional dependencia de los hidrocarburos para generar electricidad, Yunis dijo a la prensa estatal que Egipto podría tener una planta nuclear funcionando dentro de 10 años, con la ayuda de capital extranjero.
"El programa egipcio para el uso pacífico de energía nuclear incluirá varias plantas en diferentes regiones con el fin de garantizar el flujo de electricidad necesario para actividades de desarrollo", dijo Yunis al diario gubernamental Al Ahram.
El ministro añadió que el número de centrales nucleares "dependerá de la manera y las fuentes de financiamiento y de los recursos humanos y técnicos".
Yunis explicó que "el combustible nuclear a ser usado en las plantas egipcias será enriquecido en el exterior", aunque no especificó en qué país.
Inmediatamente después del anuncio, el gobierno mostró su determinación al crear un Consejo de Energía Nuclear, conformado por representantes de varios ministerios. El Consejo comenzó a trabajar en un estudio de factibilidad que será entregado al presidente.
Ésta no es la primera incursión egipcia en la arena nuclear. En 1963, el entonces presidente Gamal Abdel-Nasser decidió construir una central atómica, pero el proyecto se descarriló debido a la guerra con Israel cuatro años después.
Hubo un segundo intento en 1986, pero también fue abortado tras el desastre nuclear ese mismo año en Chernobyl, Ucrania.
El hecho de que el anuncio haya sido realizado por Gamal Mubarak, considerado el principal candidato a la sucesión presidencial, provocó intensas especulaciones en la prensa.
Un artículo en la edición del martes del semanario independiente Al Karama, abiertamente crítico a Gamal Mubarak y a todo intento de consolidar la dinastía de su familia en el poder, preguntó: "El programa propuesto, ¿representa el inicio de un nuevo equilibrio de poder en la región (de Medio Oriente), o es meramente propaganda para llevar al joven Mubarak a la presidencia?".
La intención egipcia de usar energía atómica adquiere especial relevancia en momentos de gran tensión internacional debido a los ensayos atómicos esta semana de Corea del Norte.
Varios analistas coinciden en que la iniciativa oficial tiene el único objetivo de impulsar la popularidad de Gamal Mubarak.
"Era importante que Gamal hiciera el anuncio. Fue por razones prácticas", sostuvo Stacher.
"Aunque se arguyeron razones nacionales de energía, la forma en que fue hecho el anuncio revela que es más bien un truco de relaciones públicas para ganar puntos políticos", añadió.
Stacher indicó que Gamal Mubarak, campeón de la liberalización económica y quien, como su padre, goza de estrechas relaciones con Washington, podría usar el tema nuclear para demostrar independencia política de Estados Unidos.
"El gobierno presentó sus ambiciones nucleares de forma muy similar a Irán, convirtiéndolo en un asunto nacional. De esta manera, Gamal Mubarak, quien ha hecho varias declaraciones expresando descontento con las políticas de Estados Unidos, podría estar presentando sus credenciales en un estilo 'Egipto ante todo'", señaló.
"Esencialmente, se trata de una táctica efectiva para usufructuar el orgullo nacional, para que Egipto dé una señal concreta de que es un país sofisticado y moderno. Gamal Mubarak se hará más popular por esto", sostuvo.