Una propuesta del ministro de Comercio de Senegal, Mamadou Diop, de postergar el plazo para firmar acuerdos de libre comercio con la Unión Europea (UE) halló mucho apoyo en una reunión este jueves en Bruselas de los países que fueron enclaves coloniales de la metrópoli.
El encuentro ministerial y de embajadores de los países ACP (África, el Caribe y el Pacífico), ex colonias europeas, es previo a las conversaciones de ministros de Comercio y Desarrollo de la UE que se realizarán los días 16 y 17 de este mes.
Algunos de los funcionarios de las naciones del Pacífico, parte de los 79 miembros del grupo ACP, dijeron que considerarían retirarse de las negociaciones de los Acuerdos de Asociación Económica (EPA, por sus siglas en inglés) entre la UE y las diferentes regiones ACP.
"En el Pacífico prevalece un ánimo pesimista", dijo el ministro de Comercio de Fiji, Kaliopate Tavola, en la reunión. "Al inicio de las negociaciones, esperábamos que la idea de los EPA se convirtiera en una herramienta para el desarrollo. Pero tal como están las cosas ahora, el acuerdo amenaza con sobrecargar a nuestras frágiles economías. Algunas islas pequeñas pueden decidir juntas no participar del acuerdo".
Las conversaciones sobre nuevos acuerdos comerciales entre la UE y los países ACP comenzaron en 2002, y ahora están en revisión. Se prevé que los acuerdos estén concretados a fines de 2007.
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Pero las propuestas de la UE amenazan con debilitar el desarrollo de esos países pobres, según coincidieron en la conferencia ministros y miembros de organizaciones no gubernamentales del grupo ACP.
Europa debería considerar alternativas genuinas en la inminente reunión de ministros de Comercio y Desarrollo de la UE, dijeron. Los países ACP exigen que los EPA sean una prioridad en la agenda de ese encuentro.
Varios países ACP se sintieron traicionados por la dirección que adoptaron las negociaciones. En 2000, los dos bloques firmaron el Acuerdo de Cotonou (en Benín, África occidental), que estableció el marco de la cooperación y las preferencias comerciales no recíprocas de la UE.
Ese documento establece que los EPA deberían promover el desarrollo, contribuir a la erradicación de la pobreza y alentar la integración de los países ACP a la economía mundial. Pero no es así como lucen las cosas ahora.
"En el Caribe, el sentimiento es que la UE está desatendiendo los problemas de los países pequeños", dijo la ministra de Comercio de Barbados, Dame Billie Miller. "Hasta ahora, solamente vemos una oferta limitada de apoyo vinculado al comercio. La UE debería invertir mucho más en el fortalecimiento de las instituciones y de la competitividad antes de liberar el comercio".
También debería haber más consideración por la pérdida de ingresos que implicarán los EPA, opinó. "Un alto porcentaje de los recursos fiscales en los países ACP ahora procede de los impuestos a las importaciones. La UE debería compensar la pérdida de esos ingresos cuando desaparezcan los aranceles".
Los países del Caribe proponen crear un fondo de ajuste de los EPA que permita a los países obtener apoyo financiero.
Miller expresó que los negociadores de la UE presionan para que se aprueben los acuerdos sin tener en cuenta las peculiaridades caribeñas. La UE dividió a los 79 países ACP en seis regiones para concluir acuerdos regionales separados, pero sus funcionarios a menudo adoptan un mismo enfoque general para todos.
"Estamos poniendo la carreta delante de los bueyes", dijo Diop, el ministro senegalés. "Todavía no tenemos un buen estudio de impacto de los EPA en África occidental. Y todavía no sabemos con qué flexibilidad pueden contar los países ACP en relación a las reglas generales de comercio en un periodo de dos años".
Al inicio de las negociaciones, el grupo ACP asumía que para 2004 la Organización Mundial del Comercio (OMC) habría logrado un acuerdo sobre liberalización comercial que contemplara un régimen de trato especial y flexible para los países pobres.
Pero las conversaciones de la OMC se estancaron, lo que significa que se aplicarán las actuales normas, más rígidas.
Los negociadores europeos deben dejar de imponer su agenda y empezar a concentrarse en asuntos de desarrollo, según Diop.
"Hasta ahora, no vemos un compromiso claro para aumentar la competitividad y la capacidad de producción en los países ACP y para acordar periodos de transición que sean suficientemente largos", agregó.
Durante años, las propuestas europeas de los EPA generaron críticas por parte de agricultores, industrias y organizaciones no gubernamentales en los países ACP. Estos sectores se oponen a la idea de reciprocidad que subyace a las negociaciones, por entender que se equipara a jugadores muy diferentes.
"Tal como están, los EPA serán un desastre para las perspectivas económicas de algunos de los pueblos más pobres del mundo. Los EPA necesitan una reforma radical", dijo Yash Tandon, director ejecutivo del intergubernamental Centro Sur, que organizó la conferencia.
La UE y los ACP han basado sus relaciones políticas y económicas en varias versiones de la Convención de Lomé, firmada en 1975 y renovada cada cinco años, cuyo principio rector era el reconocimiento de las diferencias entre las partes y la necesidad de cooperación y ayuda comercial europea a las antiguas colonias. En 2000, fue sustituida por el Acuerdo de Asociación de Cotonou.
La propuesta de los EPA surgió en el marco de la OMC, que exigía a la UE adaptar sus regímenes de preferencias arancelarias no recíprocas al libre comercio que el mundo adoptaría.
Las normas de la OMC requieren que ambas partes se liberalicen, y que los ACP se abran a casi todas las exportaciones de la UE para mantener las preferencias que ya disfrutan en el mercado europeo.
"Primero, Europa debería apoyar a los países ACP en su proceso de integración regional, y sólo entonces comenzar a ver cuándo las economías pueden abrirse al mundo", señaló Marc Maes, de la organización no gubernamental belga 11.11.11.
"Esa es la estrategia que la UE está siguiendo en América Latina y América Central", aseveró.