AMBIENTE-CHILE: Verdes quieren Chiloé libre de transgénicos

Ambientalistas exigen a las autoridades chilenas declarar zona libre de transgénicos al austral archipiélago de Chiloé, ubicado 1.190 kilómetros al suroeste de Santiago y reconocido como centro de origen de la papa (Solanum tuberosum) junto con Bolivia y Perú.

En Chile no está permitido el cultivo de alimentos genéticamente modificados, pero sí multiplicar semillas transgénicas para su exportación. En 2005 existían 12.928 hectáreas de terrenos ocupados con éstas: 93,7 por ciento de maíz, 4,85 de raps y 1,28 por ciento de soja.

En la décima región de Los Lagos, donde está el archipiélago de Chiloé, hay pocas hectáreas dedicadas a la multiplicación de semillas de papas transgénicas, pero a la isla y sus islotes todavía no ingresó esta biotecnología.

María Isabel Manzur, de la no gubernamental Fundación Sociedades Sustentables (FSS), dijo a Tierramérica que el principal riesgo de liberar transgénicos en este territorio insular es la eventual contaminación que pueden sufrir sus productos autóctonos, sobre todo la papa, lo que haría desaparecer variedades milenarias.

La papa fue domesticada hace 10.000 años e introducida en Europa por los conquistadores españoles en el siglo XVI. Actualmente es el cuarto cultivo alimenticio más importante del mundo, con una producción anual cercana a los 300 millones de toneladas.

"Las papas son la base de la cultura de Chiloé y muchas de sus variedades fueron mejoradas en países de Europa", señaló a Tierramérica el director del Centro de Tecnología de Chiloé (CET), Carlos Venegas.

El conocimiento sobre las papas se ha traspasado a través de las generaciones de chilotes, la mayoría de quienes se rige por ritos y supersticiones. Muchos de ellos sólo siembran con luna menguante, creyendo que así asegurarán una mejor producción.

Además, "existe una diversidad tan grande de papas, de distintas formas, colores y sabores, que es posible preparar un sinnúmero de platos distintos", indicó Venegas, quien aboga por una política gubernamental de promoción de la gastronomía chilota, que pueda incentivar aún más el turismo y la economía locales.

Tonta, colorada, guapa, clavela banca y azul, zapatona, noventa días, cabeza de santo y cachimba son algunos de los curiosos nombres de las variedades del tubérculo. Algunas sirven para la alimentación y otras para la medicina, ya que recetas hechas con base en papas servirían para dolencias del hígado o la vesícula.

Los días 17 y 18 de octubre se realizarán los seminarios "Cultivos transgénicos y papas autóctonas de Chiloé", organizados por FSS y CET, en dos ciudades de la décima región: Castro y Puerto Montt.

Manzur explicó que su objetivo será reforzar la conciencia ciudadana sobre las papas nativas y juntar firmas con el fin de presionar a las autoridades para que se declare al archipiélago zona libre de transgénicos.

La ambientalista advirtió que actualmente no existe una figura legal que pueda utilizarse para establecer esta categoría, pero recalcó que es una demanda ciudadana que debe ser atendida por el gobierno y los parlamentarios.

Los habitantes de la Isla Grande de Chiloé volvieron a valorar sus papas nativas gracias a la importante labor realizada por diferentes organizaciones de la zona, como el CET, que en 1987 creó un banco de especies que hoy mantiene más de 200 variedades.

Las semillas son recolectadas por los propios campesinos, que intercambian variedades para cultivar en sus predios, que en general no superan las 15 hectáreas, dijo Venegas. La experiencia fue tan exitosa que los agricultores crearon otros tres bancos de papas.

En abril, la Universidad Austral de Chile inició un proyecto auspiciado por el gobierno para rescatar, proteger, sanear y comercializar variedades de papas nativas de Chiloé, que contempla la descripción e inscripción de las especies chilotas en el Registro de Variedades de Papas del gubernamental Servicio Agrícola y Ganadero.

Asimismo, el CET y otras instituciones locales postularon tres sitios del archipiélago al proyecto "Sistemas Ingeniosos de Patrimonio Agrícola Mundial", lanzado en 2002 por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y otras agencias de desarrollo.

Según Venegas, la propuesta del CET fue aprobada y debería implementarse a fines de este año o a comienzos de 2007. Se pretende estimular la sustentabilidad social, económica y ambiental, a través de la creación de capacidades locales, la promoción global de sus valores y la difusión de los conocimientos tradicionales.

Según datos del Centro Internacional de la Papa, desde la década del 60 la superficie cultivada en los países en desarrollo creció más rápidamente que la de cualquier otro cultivo alimenticio.

* La autora es corresponsal de IPS. Este artículo fue publicado originalmente el 14 de octubre por la red latinoamericana de diarios de Tierramérica.

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