Al calor de la convergencia antiestadounidense, los gobiernos de Venezuela e Irán pactaron 30 acuerdos de cooperación por miles de millones de dólares en las áreas de petróleo, gas, petroquímica, siderurgia, cemento y para la fabricación conjunta desde bicicletas hasta aviones.
El presidente de Irán, Mahmoud Ahmadinejad, estuvo en Venezuela sólo 30 horas, entre el domingo y este lunes, para rubricar los acuerdos con su par anfitrión, Hugo Chávez, con quien intercambió elogios y un trato de "hermanos", en un acto de casi cuatro horas de duración transmitido por cadena nacional de radio y televisión.
"Hoy es uno de los mejores días de mi vida. Hugo (Chávez) es mi hermano, el campeón, el líder de la lucha contra el imperialismo en todo el continente americano", proclamó Ahmadinejad tras recibir la Orden del Libertador Simón Bolívar, máxima condecoración venezolana.
"Estamos contigo, hermano, estamos con Irán", dijo por su parte Chávez, tras reiterar su respaldo al programa nuclear emprendido por el gobierno del mandatario visitante. "Irán no tiene ninguna bomba atómica. Los que tienen bastantes bombas atómicas son los imperialistas de Estados Unidos y sus aliados en el mundo", arengó.
Los gobernantes, tocados con cascos rojos (color de los seguidores de Chávez), visitaron este lunes un pozo petrolero que perfora en el oriente del país sudamericano una empresa conjunta de Petróleos de Venezuela SA (Pdvsa) y Petropars, de Irán, y en el sudeste la fábrica binacional de tractores Venirán, que produce 20 unidades diarias.
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Además, en la víspera se comunicaron por videoconferencia con ingenieros iraníes y venezolanos que construyen una planta de cemento, y siguieron la inauguración de un centro de capacitación petroquímica, junto al que habrá una pequeña mezquita para los profesores iraníes.
La analista Maruja Tarre, profesora en universidades venezolanas, comentó a IPS que el encuentro de Caracas "es sobre todo una demostración política, en la que ambos gobernantes aprovechan la coyuntura internacional, de animadversión hacia el presidente (estadounidense) George W. Bush para abonar su propio liderazgo".
"Están tratando de presentarse como los pequeños David enfrentados al Goliat encarnado por Estados Unidos", dijo Tarre, militante de la oposición.
En la acera de enfrente, el ministro venezolano de Información, Willian Lara, consideró que "la cooperación entre Venezuela e Irán debería ser modelo en la comunidad internacional", por los beneficios que trae para ambos pueblos.
"No obstante su distancia geográfica y diferencias culturales, ambos países coinciden en empinarse sobre la prepotencia y la soberbia de los halcones que pretenden sojuzgar a todos los pueblos del mundo", agregó Lara en clara referencia a Washington y sus aliados.
El abanico de proyectos de cooperación y empresas conjuntas se sostendrá con un fondo binacional, de sustento financiero, de 2.000 millones de dólares, que ambos gobiernos decidieron aportar de inmediato, a partes iguales.
Las empresas conjuntas se abocarán a la exploración y explotación petrolera y de gas, a instalar en Venezuela una petroquímica que costará 1.500 millones de dólares y producirá 600.000 toneladas por año, dos fábricas de cemento con capacidad para un millón de toneladas anuales cada una y una siderúrgica capaz de colar 800.000 toneladas de acero al año.
Se construirán fábricas para la producción de aviones, de pólvora, de más tractores, de automóviles, bicicletas, derivados del plástico, productos médicos y farmacéuticos, "todas ellas con transferencia de tecnología iraní", destacó Chávez.
También las aerolíneas Irán Air y Conviasa establecerán una ruta de vuelos Teherán-Caracas, y entidades iraníes participarán en la formación de técnicos venezolanos en distintas disciplinas y en un programa de reurbanización de barrios insalubres en las grandes ciudades, que Chávez desea dirigir personalmente.
Venezuela, con la ayuda de Irán, "va a ser una potencia en este continente, insh'allah (quiera Dios), además de una potencia energética mundial", dijo Chávez.
Pozos como el que perforan Pdvsa y la firma iraní buscan certificar las reservas que Venezuela posee en la sudoriental Faja del Orinoco, bajo un territorio de 65.000 kilómetros cuadrados.
Según Caracas, esa área es un depósito de 230.000 millones de barriles de crudo explotable, lo que sumado a sus ya certificados 86.000 millones de barriles le colocarían a la cabeza del planeta en cuanto a reservas de petróleo.
La cooperación entre Irán y Venezuela y sus recíprocas expresiones de respaldo político datan de tiempo atrás y un ejemplo de ello es que Mohamed Jatamí, antecesor de Ahmadinejad de 1997 y 2005, visitó Caracas en dos oportunidades.
En la última reunión de la Organización Internacional de Energía Atómica, el apoyo de Venezuela a Irán fue, con Cuba y Siria, de los escasos obtenidos por Teherán en su confrontación con las potencias nucleares.
Ahmadinejad y Chávez coincidieron en la XIV Cumbre del Movimiento de Países No Alineados, efectuada la semana pasada en La Habana, y lo harán nuevamente desde este martes en la asamblea anual de la Organización de las Naciones Unidas.
La visita de Ahmadinejad a Venezuela, en el breve paréntesis entre ambas citas internacionales, subrayó las posiciones comunes e incrementará la presencia económica de Irán en América del Sur.
Empero, analistas como Tarre dudan de que Teherán tenga la capacidad industrial, comercial y tecnológica como para rivalizar con tradicionales potencias, como Estados Unidos y países de Europa, y las nuevas que incursionan en esta región, como China.