NEPAL: Maoístas endurecen postura

Los rebeldes maoístas de Nepal cambiaron de opinión y propusieron al gobierno resolver las diferencias políticas entre ambas partes antes de iniciar el proceso de desarme, contemplado en un acuerdo de paz auspiciado por la ONU.

Esta última demanda supone un desafío para las conversaciones de paz entre los rebeldes y la gobernante Alianza de los Siete Partidos (SPA), iniciadas en abril, luego de que el rey Gyanendra fue obligado a deponer el poder absoluto —pero no la corona— a raíz de un enérgico movimiento popular que duró 19 días.

Observadores temen que el proceso de paz se estanque y se reanuden los enfrentamientos en los próximos meses. "Esto supone un punto muerto, pero podría ser también una táctica de negociación. En las próximas semanas veremos las cosas más claras", sostuvo el editor de la revista Samay, Yubaraj Ghimire.

La intransigencia de los rebeldes y del gobierno dificulta la mediación de la misión de paz de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), liderada por Ian Martin, quien llegó a este país la semana pasada luego de ser nombrado representante personal del secretario general del foro mundial, Kofi Annan.

La situación se volvió más compleja por la intervención de la comunidad internacional, que comenzó a instar al gobierno nepalés a que adoptara una posición más severa para con los maoístas.
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Fuentes diplomáticas señalaron que Estados Unidos e India, países que apoyaron el proceso de paz en el pasado, ahora llaman a la SPA a que no incluya a los rebeldes en un gobierno interino a menos que se desarmen.

La formación de un gobierno interino es el próximo paso en el proceso de paz, pero la SPA no está dispuesta a incluir a los maoístas en ese arreglo a menos de que entreguen las armas.

El mes pasado, un acuerdo auspiciado por la ONU estableció que ambas partes debían acuartelar a sus efectivos. Pero la puesta en práctica de este punto se ha dificultado.

Autoridades indias temen que la entrada de los rebeldes al gobierno interino sin un desarme previo podría enviar un mensaje peligroso a los varios grupos insurgentes dentro de India, amenazando la estabilidad de toda Asia meridional.

"No podemos permitir un partido político que mantenga sus armas", dijo un diplomático que no quiso dar su nombre.

Pero los rebeldes tienen otra opinión. Los maoístas sospechan de las últimas iniciativas del gobierno para estrechar vínculos con los militares y con el rey.

"Sospechamos que el gobierno una vez más está acercándose a las fuerzas reaccionarias. Están respaldando al ejército. También trabajan para el rey. Hay razones para creer que el gobierno no es serio" en sus intenciones de paz, dijo el jefe negociador maoísta Krishna Bahadur Mahara.

La semana pasada, el comité central maoísta decidió suspender la aplicación de los puntos del acuerdo que llamaban a acuartelar a los efectivos de las dos partes

"No confinaremos nuestro Ejército Popular de Liberación hasta que estos asuntos políticos sean resueltos. Si el gobierno no acepta nuestra demanda, lideraremos un levantamiento urbano para presionar", dijo Mahara a IPS.

Las amenazas de los maoístas preocupan al gobierno y a los donantes internacionales. Cualquier error de cálculo de una parte podría dañar el proceso de paz en forma permanente y reanudar las hostilidades, según analistas.

Este tropiezo en el proceso se produce casi un año después de que los rebeldes y la SPA unieran sus manos para forzar la caída de la monarquía absoluta.

Nepal, un país con profunda pobreza ubicado entre dos potencias regionales como China e India, necesita paz y estabilidad para sus planes de desarrollo. Diez años de enfrentamientos entre maoístas y fuerzas del gobierno han dejado más de 13.000 muertos y miles de personas más sin hogar.

La principal demanda de los rebeldes es que Nepal deje de ser una monarquía para convertirse en una república. Los principales partidos de la SPA tienen sus reservas, y esperan que una asamblea constituyente sea la que resuelva estos asuntos. Los maoístas, sin embargo, quieren declarar al país una república antes de convocar a elecciones.

"Había un acuerdo tácito de que una asamblea constituyente decidiría sobre este tema. Esperaremos a eso. Ellos (los rebeldes) hablan de temas políticos, cuando el mayor problema hoy es la administración de las armas", sostuvo el ministro de Finanzas del gobierno interino, Ram Sharan Mahat.

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