Uruguay sólo quiere «flexibilidad» para firmar acuerdos bilaterales fuera del Mercosur «no incompatibles» con la integración del bloque, explicó este viernes el ministro de Economía y Finanzas de ese país, Danilo Astori.
No está en cuestión una ruptura, sino buscar un mecanismo "para corregir asimetrías" que afectan a las economías más pequeñas, señaló en rueda de prensa después de la Reunión de Ministros de Economía de países miembros y asociados del Mercosur (Mercado Común del Sur), celebrada el jueves y este viernes en Río de Janeiro.
Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela son los miembros plenos del Mercosur, mientras los asociados son Chile, Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú.
En opinión de Astori, es posible firmar acuerdos que fomenten el comercio de un socio sin perjudicar a los demás, y así "fortalecer el espíritu asociativo" al reducir desequilibrios. Por ahora su gobierno hace consultas "exploratorias e informales" con Estados Unidos y otros "pocos" países, para formalizar una propuesta de "flexibilización" de reglas al Mercosur en el futuro.
La ministra argentina de Economía y Producción, Felisa Miceli, comentó que el Mercosur ya fue flexible en casos anteriores, pero sólo podrá decidir ante una propuesta concreta. Hay un "límite", que es poner en riesgo la consolidación del Mercosur, afirmó.
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"Reconocemos las asimetrías y comprendemos las dificultades" de los países menores para ampliar su comercio dentro del bloque, por ello se puede aceptar un acuerdo que "no viole el arancel externo común", dijo por su parte el ministro brasileño de Hacienda, Guido Mántega.
Las noticias sobre negociaciones para un acuerdo de libre comercio entre Uruguay y Estados Unidos aparecen como un factor de debilitamiento del bloque sudamericano, junto a discordias por proyectos de la industria papelera en Uruguay, rechazados por los argentinos que temen la contaminación de un río fronterizo.
Pero ese no fue tema de la reunión ministerial, dedicada a tres cuestiones: el comercio con monedas locales, un balance del intercambio interno con sus asimetrías y desafíos, y la actuación conjunta en organismos multilaterales, como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial.
La iniciativa del comercio sin intermediación del dólar fue acordada de modo bilateral entre Argentina y Brasil, pero otros podrán sumarse ahora o en el futuro, señaló Miceli. Los bancos centrales de ambos países deberán discutir y formular un "proyecto piloto" a ser aprobado en la Cumbre del Mercosur, el 15 de diciembre, para su implantación en el próximo año, informó Mántega.
Será necesario diseñar una "nueva arquitectura" para la compensación de los créditos, cerrar el cambio cada día, con un flujo promedio de 18 millones de dólares, y adaptar leyes, observó el ministro brasileño.
El uso de monedas nacionales facilitará el intercambio y abatirá sus costos, al reducir a una las tres operaciones cambiarias actuales de cada exportación, contribuyendo así a aumentar el comercio bilateral y a aliviar las presiones sobre el cambio en ambos países, ya que "dejarán de entrar y salir dólares", sostuvo.
En ocasiones anteriores, el Mercosur tuvo inclusive planes más ambiciosos, el de implantar una moneda única como hizo Unión Europea, pero la idea fue abandonada, así como la intención de coordinar políticas macroeconómicas, con metas para inflación y déficit fiscal.
Ahora el objetivo es más limitado y, según Mántega, hay mejores condiciones. Todos los países miembros tienen una "situación fiscal más sólida", acumularon reservas cambiarias y redujeron la "vulnerabilidad externa", "no hay crisis cambiaria en el horizonte", destacó.
Creció también la "voluntad política" de consolidar el Mercosur, lo que permite "optimismo" en la superación de asimetrías y otros desafíos de la integración comercial, según su par argentina.
Astori prefirió hablar de "realismo", porque hay problemas a enfrentar que "exigen mucha dedicación futura", tanto en el comercio intrabloque como en coordinar políticas económicas de los países, que en el pasado "frecuentemente fueron contradictorias". Recordó, por ejemplo, que desde 2000 los ministros de Economía no tenían reuniones propias.
En relación a posiciones comunes en organismos multilaterales, los ministros informaron que pretenden mayor participación de América del Sur en el capital del FMI, cuando se discuta una redistribución de sus cuotas. Eso significaría mayor acceso a financiamientos y sería más proporcional a la importancia económica y política de la región en el mundo actual.
Pero en la reunión del FMI en Singapur, en dos semanas, solo se discutirá el aumento de la participación de China, Corea del Sur, México y Turquía.
Además, los países del Mercosur defienden la creación de una línea de crédito contingente, pero de liberación "automática", sin condiciones, informó Miceli.