La información sobre las niñas, niños y adolescentes en los medios impresos de Venezuela mejora al paso del tiempo, aunque aún muestra lunares como el trato escaso de algunas problemáticas y el uso de términos peyorativos, según investigaciones de la agencia periodística Pana.
Pana, que significa amigo en la jerga juvenil caraqueña y es acrónimo de Periodismo a Favor de la Niñez y la Adolescencia, es filial de la red Agencia de Noticias de los Derechos de la Infancia (ANDI), nacida en Brasil hace 15 años y extendida a 12 países latinoamericanos en procura de más y mejor información para el segmento poblacional que cubre.
Uno de sus trabajos es hacer mediciones y el seguimiento de las informaciones sobre la infancia y recoger en documentos anuales las tendencias, temas, fuentes, fallas y logros observados. Pana lo ha hecho por dos años consecutivos, con auspicio del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y la filial sueca de la organización Save the Children (Salen a los Niños).
"Seguimos seis diarios venezolanos, cuatro de la capital y dos de provincia, y lo primero que registramos es un incremento de las informaciones sobre la niñez y la adolescencia", dijo a IPS la periodista Eurídice Vásquez, conductora de Pana.
En 2004 se registraron 15.834 informaciones sobre infancia, mientras que en 2005 fueron 22.505. Como el año pasado se agregó un diario a la investigación, el incremento neto se sitúa en 24 por ciento. Los datos son una referencia sobre los más de 60 periódicos que se editan en el país.
"Pero no sólo encontramos un avance en cuanto a la cantidad, sino también en la calidad", dijo Vásquez, quien explicó que ello se mide "por el uso de fuentes informativas, cobertura de temas que requieren más difusión y vigilancia, y por el margen de apertura para la participación de niños, niñas y adolescentes".
Por ejemplo, en la medición de 2004 se encontró que 55 por ciento de las informaciones eran básicamente denuncias y 45 por ciento apuntaban a la búsqueda de soluciones para los problemas tratados.
Pero en 2005 cambió el cuadro a 36 por ciento para las denuncias y 64 por ciento para la búsqueda de soluciones.
Los temas más tratados son educación, con 21,6 por ciento del total de lo informado sobre minoridad, con mayor visibilidad en los medios regionales y con más cantidad de informaciones acerca del acceso a la enseñanza superior, y el área de salud, con 11,4 por ciento, en particular en temas generales, como campañas de vacunación y adelantos científicos.
En este último caso se registra una crítica, pues el tratamiento informativo sobre virus de inmunodeficiencia humana (VIH), causante del sida, tuvo apenas 105 apariciones (cuatro por ciento en cuanto a información sobre salud y menos de uno por ciento del total) y sobre mortalidad infantil sólo 48.
Esos datos indican "un porcentaje ínfimo, que no se corresponde con la visibilidad que por su importancia ambos temas deberían tener en los medios de comunicación", señal el estudio.
En Venezuela, la tasa de mortalidad infantil es de 18,5 por cada 1.000 nacidos vivos, según Unicef. No existen estadísticas confiables sobre niños y jóvenes con sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), pero distintas estimaciones calculan entre 100.000 y 150.000 las personas infectadas, adultos en su inmensa mayoría, entre los 26,5 millones de habitantes de este país.
El informe registró que la violencia de la cual son víctimas niñas, niños y adolescentes captó 9,7 por ciento del total de informaciones en 2005 y descendió, respecto del año precedente, del segundo al quinto lugar. Casi todos los textos son descripciones de hechos y apenas 48, de los 2.189 artículos encuadrados en este segmento, fueron reflexivos o de análisis.
Entre los temas menos tratados estuvo el de la discapacidad, pese a que en Venezuela hay un millón de personas con alguna dificultad mental, motora o sensorial, según el estatal Instituto de Estadística.
Esa cifra oficial de discapacitados se eleva a 1,6 millones para el paraestatal Consejo para la Integración de Personas con Discapacidad y hasta 2,3 millones según informes presentados en la Organización Panamericana de Salud.
Otros temas poco tratados fueron las drogas, el abuso y explotación sexual, así como el drama del VIH/sida.
Para Gómez, también es llamativo que los medios de prensa hayan dejado de lado reportes de escuelas y hospitales sobre el incremento de casos de suicidio, o intentos, de adolescentes, en especial con la utilización del raticida "Campeón".
En diciembre pasado ingresó al hospital Los Magallanes, del populoso oeste de Caracas, un niño con problemas gastroesofágicos por haber ingerido intencionalmente ese veneno. Otros casos similares fueron registrados en otras tres ciudades del país.
Esos hechos indican que el fenómeno sale a la superficie cuando un psicólogo o médico atiende un caso y se hace público. Ocurre luego que, generalmente, debe atender otros más en los días sucesivos, según Henry González, del Instituto Nacional de Psiquiatría Infantil.
"Tampoco los medios reflejan bien el trabajo de los chamos (muchachos) en organizaciones sociales, o por la defensa de sus derechos o cuando rompen paradigmas", advirtió Abel, de 15 años, estudiante de secundaria y uno de los reclutados para el trabajo de seguimiento de la prensa en la agencia Pana.
Abel comentó a IPS que ahora "hay más presencia de los niños, niñas y adolescentes en la prensa, somos más visibles, pero, además de que faltan algunos temas, somos a veces tratados con términos peyorativos, como por ejemplo 'niños de la calle' (y no en situación de calle) o 'menores'". "Creo que no se hace con intencionalidad, sino por desconocimiento", apuntó.
Vásquez enumeró que entre esos términos peyorativos también aparecen "bichitos" o "malandritos" (pequeño delincuente), para señalar a niños infractores.
"También a veces el uso de apodos denigra al niño, niña o adolescente", precisó Abel, en alusión al modo al que a veces recurren los medios para sortear la disposición del Código Penal que prohíbe identificar públicamente con su nombre y apellido a los menores de 18 años aprehendidos en comisión de un delito, o a publicar su imagen.
Entre las mejoras que aprecia Abel en la prensa que revisa a diario está el hecho de que "la confrontación política, tan dura y sectaria en Venezuela, últimamente no ha llegado a los temas de infancia, que se tratan como una cosa aparte, sin utilizarnos".
María Daniela, de 13 años, cursante de séptimo grado escolar, comentó a IPS que "la escasez de informaciones sobre nosotros y los temas que nos interesan o que nos ayuden hace que dejemos a un lado los periódicos y vayamos a escuchar la radio o ver televisión".
Vásquez agregó que un número elevado, que equivale a 19,2 por ciento, de las informaciones medidas en 2005 sobre infancia careció de fuente, "lo cual incide sobre la credibilidad", en tanto los informantes más usados fueron los poderes públicos (24,5 por ciento), los niños, niñas, adolescentes y su entorno (20,5 por ciento) y los expertos (9,1 por ciento).
La periodista advirtió a continuación que, "de cualquier modo, nosotros no somos jueces de nadie, y el informe y demás actividades de Pana y la Red ANDI tienen como misión sobre todo entregar herramientas para un mejor trabajo y que se produzca más información, con la cual se apoyen las políticas públicas" hacia la infancia.
"Faltan números y datos que permitan dimensionar lo que sucede, con comparaciones y evaluaciones del impacto de los programas adscritos a los sistemas de políticas públicas creados para garantizar los derechos de los niños, niñas y adolescentes", consideró Oscar Misle, de la organización no gubernamental de infancia Cecodap, matriz de Pana.
Misle insistió en que "es importante denunciar lo que pasa, pero igual relevancia tiene anunciar las alternativas y los compromisos asumidos por los diferentes sectores involucrados para solucionar los problemas existentes".