Cada vez más legisladoras de América Latina deponen sus diferencias para agruparse en torno a la causa de los derechos de las mujeres mediante la estrategia de «bancadas» femeninas. Las últimas en hacerlo han sido las colombianas y las peruanas, quienes reconocen que la unión hace la fuerza.
Bajo el liderazgo de Dilian Francisca Toro, del Partido Social de Unidad Nacional (Partido de la U), se viene promoviendo el trabajo conjunto de las 26 legisladoras colombianas desde julio, cuando inició labores el Congreso legislativo y asumió Toro como su primera presidenta.
Esta bancada (bloque legislativo), que se forma en un momento histórico de gran polarización política en Colombia, reúne a 12 senadoras y 14 diputadas de tendencias tan disímiles como la liberal progresista Cecilia López Montaño, ex ministra y promotora de los derechos de las mujeres, hasta Gina Parody, del partido del actual presidente Álvaro Uribe.
"Están trabajando con mucho ahínco y se reúnen sin falta todos los miércoles" con el objetivo de fortalecer la representación femenina en el parlamento e impulsar iniciativas a favor de las mujeres, afirmó a IPS Adriana Cabiedes, jefa de prensa del Senado.
Las colombianas ocupan 11,7 por ciento de los escaños del Senado y 8,4 de los de la Cámara de Representantes.
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De manera muy similar, en Perú se instaló por primera vez una Mesa de Mujeres Parlamentarias recién elegidas, con el apoyo de la presidenta del Congreso legislativo, Mercedes Cabanillas, del gobernante Partido Aprista Peruano.
Las 35 congresistas que asumieron el 28 de julio y que representan un tercio de la actual legislatura, aseguran que integrarán esta tribuna para impulsar leyes que permitan igualdad de oportunidades para las peruanas en todos los sectores.
Las parlamentarias provienen de ocho partidos políticos. El mayor número de ellas pertenece a la alianza nacionalista Unión por el Perú y Partido Nacionalista Peruano, con 12 escaños.
"Esta vez, las parlamentarias elegidas tienen una visión más progresista sobre la equidad de género. En el Congreso anterior había mucho conservadurismo que no permitía avanzar en este tema, que es transversal porque abarca a todos los sectores, y que exige un esfuerzo de inclusión", explicó a IPS Cabanillas, elegida como legisladora por tercera vez.
La Mesa de Mujeres Parlamentarias servirá como antesala para debatir proyectos relacionados con la igualdad de oportunidades para la población femenina, con el objetivo de que cada legisladora impulse las propuestas desde sus respectivas comisiones. "Ya no queremos que todo se canalice solamente mediante la Comisión de la Mujer", agregó Cabanillas.
A diferencia del Congreso anterior, que contaba con 21 parlamentarias, esta vez las políticas han logrado obtener 30 por ciento de los escaños del Legislativo, precisamente la proporción que exige la ley peruana de cuotas sobre la representación femenina en ese ámbito.
En 1996 se empezó a aplicar la ley de cuotas en Brasil, que establece que los partidos deben tener por lo menos 20 por ciento de candidatas a diputaciones. El año siguiente se amplió a 30 por ciento. Sin embargo, la ley olvidó incluir una sanción por incumplimiento, por lo cual pocos partidos la respetan, ya que en este país las listas de candidatos son abiertas, es decir que el electorado vota por candidatos individuales.
Precisamente por eso, ahora la bancada femenina brasileña se abocará a una reforma política para lograr listas cerradas de candidatos (idealmente paritaria, como en Francia), así como el financiamiento público de las campañas electorales, de manera de asegurar a las mujeres postulantes por lo menos 30 por ciento de los fondos partidarios y del tiempo que la radio y la televisión deben conceder a los partidos antes de las elecciones.
Actualmente Brasil tiene 51 legisladoras nacionales, que representan 10,7 por ciento del Senado y 8,24 por ciento de la Cámara de Representantes. La mayoría de ellas militan en fuerzas de izquierda, especialmente en el gobernante Partido de los Trabajadores, que tiene cuatro senadoras y 16 diputadas.
El grupo de legisladoras tuvo una fuerte actuación en la Asamblea Constituyente que elaboró y aprobó la nueva Constitución brasileña en 1988. Con el fin de incluir el reconocimiento de los derechos de las mujeres, las parlamentarias se unieron en lo que algunos llamaron despectivamente la "bancada del lápiz labial".
La bancada vota en general unida, con posiciones suprapartidarias, pero se divide en cuestiones como aborto y unión civil de homosexuales, donde se imponen creencias religiosas y morales, señaló a IPS Almira Rodrigues, investigadora del Centro Feminista de Estudios y Asesoría, organización no gubernamental dedicada a proponer y acompañar materias de interés femenino en el Congreso.
Además del voto unitario, discursos y presiones en el parlamento, las legisladoras promueven o participan de seminarios, debates y actos públicos.
Este año protagonizaron una intensa movilización en medios políticos y en audiencias públicas por todo Brasil, para la aprobación de la ley sobre violencia contra la mujer, promulgada en agosto. Similar movilización adelantaron para aprobar la Ley de Directrices Presupuestarias, una norma que protege los presupuestos para programas sociales y a favor de la equidad de género.
La bancada ha alcanzado grandes logros. La ley de cuotas y la de violencia han sido sus mayores triunfos, según Rodrigues.
También en Uruguay la bancada femenina registra entre sus principales éxitos la creación de una herramienta para proteger la integridad física de la población femenina. En 2003 el grupo de legisladoras logró la aprobación de la ley de medidas cautelares para la prevención de la violencia doméstica, mediante la cual se evita la muerte de mujeres a manos de sus esposos o compañeros.
Esa norma, junto con la ley que otorga el derecho de licencia a todas las trabajadoras para realizarse el examen ginecológico anual, son algunos de los principales logros del grupo de parlamentarias, según dijo a IPS la senadora uruguaya Margarita Percovich.
La Bancada Femenina Bicameral se creó formalmente en Uruguay en 1992, por iniciativa de algunas mujeres no sólo de partidos políticos, sino también de la academia y del movimiento social, que ya venían trabajando conjuntamente en el período de transición de la dictadura a la democracia, a partir de mediados de los años 80.
Inicialmente, las edilas de la Junta Departamental de Montevideo (organismo legislativo municipal), lograron crear una red de legisladoras en el plano provincial, compuesta por coordinadoras de mujeres políticas de los 19 departamentos de Uruguay. Este es el único ámbito que sobrevive de la llamada Concertación Nacional Programática, de 1984, creada con el retorno a la democracia y conformada por mesas temáticas pluripartidistas con el fin de alcanzar consensos sobre políticas de Estado.
La bancada está compuesta por las 15 parlamentarias, cuatro senadoras y 11 diputadas, que sumadas equivalen a 11 por ciento de los escaños del parlamento de Uruguay.
"Tenemos una agenda conjunta, que incluye tanto proyectos de ley como políticas públicas, para el logro del objetivo mayor que es la equidad", explicó Percovich.
Además de lograr avanzar en la participación política de las mujeres mediante cursos de capacitación con las edilas departamentales, "la bancada puso el tema en discusión pública, ha habido un cambio de cultura, en los medios de comunicación somos más visibles, pero aún falta, como el uso del lenguaje", agregó la senadora de la Vertiente Artiguista, partido de la coalición izquierdista Frente Amplio, actualmente en el poder.
Esta estrategia también ha sido puesta en práctica en América Central. Según la diputada Irma Amaya, de El Salvador, las parlamentarias de las distintas facciones "consideraron necesario hacer un ejercicio de entendimiento a favor de las salvadoreñas y decidimos conformar, en agosto, el Grupo de Mujeres Parlamentarias, para impulsar iniciativas legislativas que favorezcan a la población femenina".
El grupo está compuesto por 13 diputadas, que representan 15 por ciento de los escaños de la Asamblea Legislativa unicameral. El izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional es mayoritario dentro del bloque femenino, con ocho parlamentarias, la derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena) tiene cuatro, y el Partido de Conciliación Nacional, una.
En el presupuesto 2006-2007 de la Asamblea Legislativa, las parlamentarias lograron la aprobación de una partida equivalente a 25.000 dólares para realizar capacitación sobre derechos de la mujer, género y participación femenina en la política.
También promoverán el Foro de Mujeres Políticas, una instancia en donde, además de legisladoras, participarán salvadoreñas de partidos, funcionarias públicas, dirigentes del movimiento de mujeres y otras figuras públicas.
Pero no ha sido fácil. Milena Calderón, de Arena, reconoce que cuando se discutía la creación del foro de mujeres "muchos hombres, de todas las facciones, se levantaron de la sesión plenaria porque no les interesan los problemas de las salvadoreñas. Todavía les falta mucho por entender".
* Con aportes de Mario Osava (Brasil), Helda Martínez (Colombia), Raúl Gutiérrez (El Salvador) y Milagros Salazar (Perú).