El descubrimiento en la Amazonia de un yacimiento de ámbar formado durante el Mioceno medio prueba que la exuberante diversidad biológica de la región data de hace unos 16 millones de años, dijeron a Tierramérica miembros del equipo que realizó el hallazgo.
El Mioceno es la época de formación de la Tierra comprendida entre 23 millones y cinco millones de años atrás.
En 2004, un grupo de investigadores de Estados Unidos, Francia, Inglaterra, México y Perú descubrió en la Amazonia occidental, cerca de la septentrional ciudad peruana de Iquitos, un pequeño yacimiento de ámbar incrustado de fósiles de insectos y restos vegetales.
Los resultados preliminares del hallazgo fueron anunciados el 28 de agosto en París, por parte del equipo coordinado por Pierre Olivier Antoine, investigador del Laboratorio de Mecanismos de Transferencia en Geología de la Universidad Paul Sabatier, en Toulouse, Francia.
Los insectos encontrados -avispas, gorgojos, moscas, mosquitos minúsculos e incluso una araña atrapada en su propia red, a su vez fosilizada en el ámbar- pertenecen a 13 familias diferentes, un indicador suficiente para ilustrar la riqueza de la biodiversidad de la región durante el Mioceno medio. Hoy, en un jardín común, viven insectos de apenas tres familias.
"Dentro del ámbar encontramos diversos tipos de insectos como coleópteros, psocópteros, dípteros, hemípteros y arácnidos, además de microfósiles como esporas, polen y algas", explicó a Tierramérica Rodolfo Salas Gismondi, paleontólogo peruano que participó en el hallazgo.
También se descubrieron larvas acuáticas y restos vegetales incrustados en el ámbar.
"Entre las muestras hay cuatro especies de insectos indeterminados. No pudimos hacer identificaciones más precisas porque luego de 15 millones de años y con la casi total ausencia de fósiles de insectos en el mundo no existen muchos parámetros de clasificación disponibles", añadió Salas Gismondi, quien trabaja en el Museo de Historia Natural de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos de Lima.
El descubrimiento fue calificado de "extraordinario" por Antoine. "El ámbar (resina petrificada) es muy común, y fue encontrado en muchas partes del mundo, sobre todo en el hemisferio Norte, pero es muy raro que haya ámbar con fósiles proveniente de América del Sur", dijo el especialista francés a Tierramérica.
"A la fecha, y hasta antes de nuestro hallazgo, se descubrió ámbar con fósiles en tres ubicaciones —en la Patagonia, en Brasil oriental y en Guayana Francesa—, pero nunca en la región del Amazonas", detalló.
"Las piezas de ámbar que descubrimos son tan pequeñas que caben en una cajita de fósforos. Sin embargo, representan una gran diversidad biológica", aseguró.
Según Antoine, el hallazgo sugiere que durante el Mioceno medio en la cuenca occidental del Amazonas reinaba un clima húmedo y cálido en un ambiente forestal, con una muy precoz y variada diversidad de especies, comparable a la actual. La cuenca del Amazonas es considerada el biotopo más rico del mundo.
Este hallazgo desmentiría la teoría de que la biodiversidad amazónica es posterior al Mioceno, y que se habría desarrollado solamente después de la última glaciación, hace unos 10 millones de años.
"El ámbar encontrado confirma una de nuestras hipótesis: esa época (del Mioceno medio) fue una de las más megadiversas de todos los tiempos en la Amazonia y fue responsable de la gran biodiversidad actual", señaló Salas Gismondi.
Además, el hallazgo sugiere que la evolución biológica en lo que hoy se llama América del Sur siguió un camino independiente de procesos similares en América del Norte, dado que durante el Mioceno medio el actual subcontinente constituía un continente aislado del resto del mundo. El istmo centroamericano solamente se constituyó como un puente entre ambos hemisferios hace unos tres millones de años.
"En esta época, América del Sur era una gran isla y existía un enorme mar superficial en la región amazónica, conocido como Mar Pebas", dijo el experto peruano.
El descubrimiento fue casual, "un momento de suerte", según los paleontólogos. "Nuestro equipo buscaba restos vegetales y fósiles de grandes vertebrados para determinar la evolución del clima en la cuenca occidental del Amazonas. Pero no esperábamos encontrar restos de insectos, que no tienen esqueleto y por lo tanto son muy raros como fósiles", relató Antoine.
La investigación coordinada por Antoine integra un programa más amplio, dirigido por el Centro Nacional de Investigación Científica de Francia (CNRS son sus siglas en francés), cuyo título es "Evolución neogénica de la cuenca occidental del Amazonas y la biodiversidad, sus relaciones con la dinámica geológica de los Andes".
"A causa de la densidad forestal de la cuenca amazónica, los estudios paleontológicos y geológicos de la región en ese periodo son escasos", explicó Antoine.
Actualmente, el ámbar es sometido a análisis de ADN (ácido desoxirribonucleico) y proteínas en París, a fin de precisar sus características filogenéticas y taxonómicas, y en 2007 será transportado al Museo de Historia Natural de Lima. Las investigaciones del CNRS continuarán hasta 2008.
* El autor es corresponsal de IPS. Este artículo fue publicado originalmente el 23 de septiembre por la red latinoamericana de diarios de Tierramérica.