Al menos cinco muertos y una decena de heridos es el resultado hasta ahora de los enfrentamientos que siguieron al anuncio en la República Democrática del Congo de que habrá una segunda vuelta electoral entre el actual presidente Joseph Kabila y el ex jefe guerrillero Jean-Pierre Bemba.
"A todos los que me eligieron, les digo gracias, es una gran victoria", declaró el domingo Kabila en un discurso emitido por televisión tras conocerse el veredicto de la primera vuelta presidencial del 30 de julio.
Sus palabras fueron opacadas por la violencia que se desató en la tarde cuando se enfrentaron en las calles de la capital congoleña los soldados leales a Bemba contra la guardia presidencial de Kabila.
La residencia de Bemba habría sido el objetivo de un ataque armado en la víspera, mientras este martes también se escucharon disparos en las cercanías del lugar, y esporádicamente, en otros barrios de la Kinshasa.
En la lucha se utilizaron armas ligeras, aunque también rifles de asalto. Los vehículos blindados para el mantenimiento de la paz, de la Unión Europea (UE) y de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), mantuvieron gran parte de la ciudad bloqueada.
La Comisión Electoral Independiente anunció el domingo que debe haber un segundo acto electoral entre los dos candidatos más votados porque ninguno de ellos había logrado superar el 50 por ciento de los votos necesarios para obtener el gobierno de modo directo en la primera ronda.
Tal como se esperaba, Kabila fue el más votado, con 45 por ciento de las adhesiones de quienes concurrieron a las urnas, mientras que Bemba cosechó poco más de 20 por ciento.
Bemba, líder del Movimiento de Liberación Congoleño, es además de ministro de Finanzas uno de los vicepresidentes del gobierno de transición que encabeza Kabila y que puso fin al conflicto en el país en 2002 y se comprometió a crear las condiciones para los primeros comicios en más de 40 años en este país.
Participaron 30 candidatos en los comicios que llevaron a las urnas a 70 por ciento de los 25 millones de habilitados para votar entre los 60 millones de habitantes de la República Democrática del Congo (RDC, ex Zaire).
Estos comicios fueron la mayor y más compleja operación supervisada por la ONU, según sus propios funcionarios, que continuará hasta que se lleve a cabo la segunda vuelta presidencial, el 29 de octubre.
En este país, unos 17.000 efectivos de la Misión de las Naciones Unidas en la República Democrática del Congo (Monuc), la mayor fuerza de paz del mundo, aseguran el correcto desarrollo de las elecciones y el desarme de los combatientes que aún están operativos en el este del país.
También colaboran con el mantenimiento de la paz unos 1.000 efectivos de la UE. El ejército de la RDC, integrado por ex combatientes, muy mal pagos y preparados, a menudo es acusado de saqueo, asesinato y violación.
Aun cuando Kabila pidió calma en su alocución televisada del domingo, la violencia puso de manifiesto las tensiones que siguen existiendo en el país, pese a lo cual reinó la calma durante los comicios.
Las elecciones del 30 de julio fueron las primeras en más de cuatro décadas, durante las cuales la corrupción y la guerra civil imperantes dejaron gran cantidad de víctimas en el país.
El país fue escenario de un conflicto desde 1996 que terminó con la dictadura de 32 años de Mobutu Sese Seko y que enfrentó a los rebeldes, respaldados por Rwanda y Uganda, contra las fuerzas del gobierno, respaldadas por Angola, Namibia y Zimbabwe.
En el último conflicto (1998-2002) murieron casi cuatro millones de personas a causa de los combates, las enfermedades y del hambre.
Laurent Kabila sucedió a Mobutu hasta que fue asesinado en 2001, cuando su hijo Joseph ocupó la presidencia.
A Joseph, quien pasó la mayor parte de su infancia en Tanzania donde su padre estuvo exiliado, lo han perseguido rumores de que no es realmente hijo de Laurent Kabila y, de hecho, ni siquiera sería congoleño.
Bemba utilizó este rumor en su campaña electoral y se presentó como "100 por ciento congoleño". Ese slogan le dio resultado en Kinshasa, donde obtuvo la mayoría de los votos.
"Bemba fue claro, tiene un plan para el país", dice Pierre Makengo, de 25 años, voluntario en Kinshasa. "Kabila rara vez nos habla. Es difícil saber qué piensa".
Mientras Bemba domina el lingala, la lengua de la capital y el occidente del país, parecería que Kabila no lo habla muy bien y se sentiría más cómodo con el swahili, de África oriental.
Pero la mayoría de la población de la región oriental de la RDC, donde Kabila obtuvo una gran mayoría, reconocen que tomó la iniciativa para terminar con la guerra.
El partido de Bemba se mostró preocupado por las supuestas fallas del proceso electoral.
"Nos molestan las irregularidades. Los seguidores de Kabila modificaron los resultados, sobre todo en el este de la RDC", declaró el portavoz, Dully Sesanga, del Movimiento de Liberación Congoleño, agregando que profundizarían en la cuestión.
La Comisión Electoral indicó que los partidos políticos pueden comenzar ya a elevar sus quejas a la Corte Suprema de Justicia.
Tras las últimas elecciones multipartidarias en el país, en 1960, el líder de la independencia Patrice Lumumba asumió el cargo de primer ministro, pero fue asesinado en enero del año siguiente, supuestamente con la participación de Bélgica y Estados Unidos.
Mobutu, quien era jefe del ejército y llevaba aún su nombre original Joseph Desiré Mobutu, dio un golpe de estado en 1965 y se perpetuó en el poder por más de tres décadas. En 1971 impuso como nuevo nombre del país el de Zaire, que sería cambiado nuevamente en 1997 por el actual RDC.
El gobierno dictatorial dejó al país sin caminos, vías férreas y otro tipo de infraestructura, una de las principales dificultades en la organización de las últimas elecciones.
***** + Misión de las Naciones Unidas en la República Democrática del Congo (http://www.un.org/spanish/Depts/dpko/monuc/index.html)
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