«Es hora de que los líderes del Grupo de los Ocho (G-8) países más poderosos apoyen a la sociedad civil junto a las agencias multilaterales», para combatir contra la pandemia del sida en el mundo, advirtió el activista Joost van der Meer, en coincidencia con organizaciones no gubernamentales.
Los gobiernos ricos deben tomar iniciativas "para implementar estrategias que respondan a las necesidades de los más marginados y de personas vulnerables como drogadictos, trabajadores sexuales y presos ", dijo a IPS Van der Meer, director ejecutivo de AFEW, en un comentario enviado por correo electrónico.
La Fundación contra el Sida Este-Oeste (AFEW) y la organización Socios Transatlánticos contra el Sida (TPAA) se manifestaron esperanzadas respecto del apoyo futuro a la lucha contra esta enfermedad de parte de los países miembro del G-8, Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón y Rusia.
Esas dos organizaciones no gubernamentales dedicadas a atender a portadores del VIH (virus de inmunodeficiencia humana, causante del sida) en Rusia y en la región de Asia central recomendaron a los países más industrializados tratar esta pandemia y otras enfermedades.
Los líderes del G-8, que se reunieron el 17 de este mes en la noroccidental ciudad rusa de San Petersburgo, deben contribuir a la erradicación del estigma y la discriminación contra las personas enfermas de sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), especialmente levantando las restricciones de viaje, y trabajar junto a la sociedad civil, sostuvo Van der Meer.
"Es necesario que los países miembro del G-8 impulsen enérgicamente los acuerdos de libre comercio que tomen en cuenta necesidades de salud pública y dejen de restringir el acceso a medicamentos esenciales", señaló.
Por su parte, el presidente de TPAA, John Tedstrom, dijo a IPS que Rusia, que por lejos cuenta con el producto interno bruto por habitante más bajo de todos los integrantes del G-8, ha realizado inversiones significativas en salud pública, y que esto se refleja en los aumentos del presupuesto federal destinado a la lucha contra esa enfermedad.
Entre 2005 y 2006, Rusia incrementó el presupuesto destinado a la lucha contra el sida 20 veces y se multiplicará por dos para 2007.
"Los resultados de la cumbre del G-8 fueron menos alentadores que en años anteriores, pero esto es un reflejo principalmente de asuntos prioritarios como la seguridad energética, la paz en Medio Oriente y su guerra contra el terrorismo; en segundo lugar", indicó Van der Meer.
Pero "la lucha contra el sida está pasando por una fase de consolidación respecto de compromisos previos, promesas e iniciativas", aseguró.
Hasta que éstos no se alcancen, será difícil que los gobiernos se comprometan más, añadió.
"Creo que la cumbre perdió la oportunidad de colocar el asunto del sida en 'Eurasia' en un lugar estratégico de su agenda", señaló Tedstrom.
"La epidemia en China, India y Rusia, en especial, requiere más atención de los gobiernos nacionales y de la comunidad internacional", añadió.
Los líderes del G-8 renovaron su compromiso de cumplir las promesas hechas en las cumbres anteriores tendentes a revertir la propagación del VIH a través del Fondo mundial de la lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria.
Los miembros del G-8 reiteraron en una declaración conjunta que los compromisos serían cumplidos aunque "movilizando el apoyo al Fondo mundial" y "seguirán buscando, en la medida de sus posibilidades, el acceso universal al tratamiento contra el VIH/sida para todos los que lo necesiten, para 2010".
El documento establece "la promoción de un enfoque balanceado y global para abordar el VIH/sida, que incluye prevención, tratamiento y asistencia; aumentar el apoyo para tratar las crecientes tasas de nuevas infecciones por el virus entre la gente joven, especialmente niñas y mujeres".
También "la participación continua de todos los socios relevantes, incluyendo la sociedad civil, el sector privado y personas con VIH/sida, en las actividades para tratar esta pandemia y reducir el estigma y la discriminación contra las personas enfermas".
En otro tramo de la declaración, los países ricos se comprometen a *respaldar la implementación continua de estrategias de prevención global, basadas en evidencias, y el desarrollo de nuevos métodos innovadores, tal como microbicidas, y vacunas contra enfermedades que incrementan el riesgo de transmisión del VIH, facilitar el acceso a la prevención, tratamiento y atención para los segmentos más vulnerables de la población".
"Consolidar los sistemas de atención sanitaria de los países pobres mediante contratación, capacitación y despliegue de trabajadores del sector público y privado; y aumentar la conciencia pública respecto de la amenaza existente en todos los países afectados", es otro de los puntos de la declaración.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, señaló tras la cumbre de la que fue anfitrión que, "se tomaron decisiones significativas en la lucha contra las enfermedades infecciosas y pretendemos trabajar profundamente para impulsar los esfuerzos internacionales tendentes a prevenir y contener la propagación de las epidemias".