PERIODISMO-IRAQ: Una voz desde el peligro

Para IPS y para la familia y amigos del periodista Alaa Hassan, el 28 de junio fue un día diferente. Por primera vez desde el inicio de la guerra en Iraq, esta agencia de noticias perdió un reportero en cumplimiento de sus funciones.

El asesinato de Hassan fue la segunda vez en los 42 años de historia de IPS en que pierde a uno de los suyos por la violencia. En febrero de 1990, una banda armada secuestró y mató al reportero de IPS Richard De Zoysa en Sri Lanka.

Hassan recibió cinco disparos cuando su automóvil fue blanco de una ráfaga de ametralladora. Su muerte es un estremecedor recordatorio de los peligros que enfrentan muchos periodistas independientes que informan desde áreas azotadas por la guerra.

Informes iniciales del tiroteo sugirieron que Hassan no fue un blanco por ser periodista —o, más específicamente, un periodista iraquí—, sino que se encontraba "en el lugar equivocado en el momento equivocado". Pero el brutal ataque dio pie a declaraciones de condena y llamados a adoptar medidas más efectivas para garantizar la seguridad de los periodistas en Iraq.

Koichiro Matsuura, director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), única agencia de la ONU con el mandato de defender la libertad de expresión y una prensa libre, emitió una declaración denunciando el asesinato del periodista.
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"Condeno la matanza de Alaa Hassan", dijo Matsuura. "Los asesinatos son parte de la trágica realidad cotidiana de Iraq hoy, y los periodistas tienen que confrontarla más que (quienes ejercen) cualquier otra profesión".

Setenta por ciento de los 75 periodistas asesinados en Iraq desde la invasión a ese país por parte de una coalición liderada por Estados Unidos, en marzo de 2003, han sido iraquíes, dijo a IPS Frank Smyth, representante de Washington del Comité para la Protección de los Periodistas.

Sin embargo, en una declaración de condena al asesinato de Hassan, la Federación Internacional de Periodistas (FIP) señaló que son 131 los periodistas y trabajadores de medios de comunicación fallecidos en Iraq —incluyendo al de IPS— desde el inicio de la guerra.

"La muerte de otro iraquí nos llena de pena e indignación", dijo el secretario general de la FIP, Aidan White. "Este es un país en el que la violencia y las matanzas se han vuelto rutina y una característica intolerable de la vida cotidiana en la que los periodistas continúan destacándose entre las víctimas".

La FIP e IPS exigieron una completa e inmediata investigación del asesinato de Hassan.

"IPS llama al gobierno iraquí a realizar una plena investigación para determinar el motivo del asesinato de un periodista en funciones", dijo el director general de IPS, Mario Lubetkin, en una carta enviada al presidente iraquí Jalal Talabani.

"IPS es una de las pocas organizaciones de prensa que cubren información desde una perspectiva iraquí y en el lugar de los hechos", señaló Lubetkin en una misiva separada al secretario general de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), Kofi Annan.

"Como parte de esta ardua tarea periodística, nuestros reporteros y colaboradores tienen que interactuar regularmente con personas que viven en un entorno hostil de violencia creciente y mortal".

Contar la historia desde un ángulo iraquí como periodista no arraigado en Iraq es una tarea peligrosa. Requiere movilizarse ampliamente entre las trincheras de los insurgentes y otras áreas no controladas por fuerzas de la coalición para evaluar con precisión cómo viven esas personas y escuchar sus opiniones.

"Estar destacado en el lugar permite a los periodistas contar la versión de las tropas, pero no responde a la pregunta sobre las otras partes del acontecimiento", dijo a IPS Thomas Rosenstiel, director del Proyecto para la Excelencia en el Periodismo.

Como el conflicto en Iraq —y, más recientemente, los violentos enfrentamientos entre Israel y el movimiento islámico chiita Hezbolá en Líbano— no es entre dos gobiernos legítimos, sino más bien entre un gobierno o un poder ocupante y una organización insurgente, usar a los periodistas como blanco se ha convertido en una nueva estrategia en el campo de batalla, según Rosenstiel.

"La guerra moderna en el siglo XXI tiene que ver con la publicidad", opinó Rosenstiel. "Algunas personas piensan que matar periodistas forma parte de su interés militar estratégico".

"Para continuar haciendo su trabajo de informar al público sin restricciones, están permanentemente expuestos a la violencia que, tan horrorosamente, se ha convertido en un lugar común", dijo Matsuura en su declaración de condena al asesinato de Hassan.

"Saludamos su coraje, pero también debemos hacer lo máximo para mejorar su seguridad, dado que el trabajo de los periodistas es esencial para devolver la democracia a un país que soportó décadas de opresión y violencia", agregó.

Rosenstiel agregó que los periodistas que viajan solos, como lo hacía Hassan, deben hacerlo "con criterio", a causa de los muchos peligros. Señaló que contar con protección de una fuerza de seguridad es costoso y puede llamar la atención, especialmente en áreas donde mezclarse con la población reduce los riesgos de convertirse en blanco.

Como iraquí, Hassan no tuvo que hacer esto último, pero igualmente fue víctima de un círculo vicioso de violencia que ha arruinado los intentos de democratizar el país. A Hassan, que tenía solamente 35 años cuando fue asesinado, lo sobreviven su esposa embarazada, su madre, cinco hermanos y cinco hermanas.

Otros medios de comunicación también enviaron mensajes de condolencia y solidaridad. "Nosotros, en Antiwar.com, estamos tristes y estremecidos al oír sobre la muerte del señor Hassan", escribió a IPS Eric Garris, editor de ese popular sitio web antiimperialista. "Él era un periodista excelente y valiente. Muchos lo extrañarán".

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