Venezuela ingresó como miembro pleno del Mercosur, conformado desde 1991 por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, trayendo consigo su potencial energético y también financiero, como lo demuestra al anunciar con Buenos Aires la emisión de un bono conjunto para invertir en la región.
El Mercosur (Mercado Común del Sur) tiene ahora más de 255 millones de habitantes en un territorio que llega a 12,8 millones de kilómetros cuadrados, un producto interno bruto superior al billón de dólares y un comercio exterior sobre los 300.000 millones de dólares, recordó el argentino Alfredo Atanasof, presidente de la comisión parlamentaria conjunta del bloque.
Los presidentes Néstor Kirchner, de Argentina, Luiz Inácio Lula da Silva, de Brasil, Nicanor Duarte, de Paraguay, y Tabaré Vázquez de Uruguay, además del invitado Evo Morales, de Bolivia, país asociado al bloque, se dieron cita en Caracas para formalizar el ingreso venezolano, en un acto junto al mandatario anfitrión, Hugo Chávez.
Kirchner, primero en llegar, se reunió con Chávez este martes "para hablar de inversiones, integración, del gasoducto sudamericano y de la consolidación energética de la región hacia 2015", según relató el propio mandatario argentino.
También anunció que Buenos Aires y Caracas emitirán conjuntamente el llamado "bono del Sur", cuyo monto no indicó, "trabajado en 60 a 90 días, como un bono prestigioso y fuente de ingresos importante para consolidar proyectos estratégicos de inversión".
Kirchner consideró que estos valores "pueden ser el pre-inicio de un banco o espacio financiero del sur", una iniciativa alentada desde hace varios años por Chávez, quien consideró que el bono del Sur es "una idea maravillosa".
Venezuela hasta ahora ha comprado 3.240 millones de dólares en papeles de deuda argentina, 1.450 millones de los cuales en lo que va de 2006.
Economistas de la oposición en Venezuela critican la compra de papeles argentinos, a los que llaman "bonos chatarra", como un dispendio por parte del gobierno.
En cambio, el independiente Daniel Márquez, profesor en la Universidad de Nuevas Profesiones, dijo a IPS que el bono conjunto "es una buena iniciativa en la dirección de la integración regional, y más si, como se anuncia, va encaminado a obtener recursos para inversiones en infraestructura, porque fortalece al Mercosur".
Agregó que los críticos de la adquisición de papeles argentinos "obvian el hecho de que la banca privada venezolana recompra esos títulos y no lo harían si fuese chatarra" realmente.
Otro gran proyecto anexo al ingreso venezolano al Mercosur es el llamado Gasoducto del Sur, un proyecto para tender tuberías que puedan llevar gas natural desde las costas venezolanas del mar Caribe y el océano Atlántico hasta las ciudades e industrias del Río de la Plata.
Venezuela tiene las mayores reservas de gas en la región, unos 150 billones de pies cúbicos, aunque en su mayor parte están asociadas al petróleo (lo que obliga a mayores inversiones para la explotación) y el proyecto acariciado por el Mercosur es sumar a Bolivia, que tiene las segunda mayor reserva de gas libre, y en el futuro incluso a Perú.
El proyecto implica invertir más de 20.000 millones de dólares ûdependiendo de las instalaciones y el trazado— antes de que el fluido venezolano pueda encender la primera flama en los países vecinos y ahora nuevos socios del Sur.
Por lo demás, la incorporación de Venezuela al Mercosur es percibida como un fortalecimiento del bloque en tiempos en que no ha podido ocultar sus fisuras, como las diferencias comerciales y la controversia entre Montevideo y Buenos Aires a raíz de la decisión uruguaya de instalar dos plantas de celulosa junto al río Uruguay, que sirve de límite entre ambos países.
Para Venezuela "hay beneficios muy concretos, porque se abre un mercado con alta capacidad de demanda y de consumo, amén de que estrechamos vínculos con estos pueblos y se incrementan las posibilidades de integración y de acercamiento", dijo a IPS el vicecanciller venezolano para América Latina y el Caribe, Pavel Rondón.
También usó a Argentina como ejemplo de "los múltiples beneficios, pues hemos pasado en dos años de menos de 500 millones de dólares a casi 2.500 millones de intercambio comercial, y mientras nosotros aportamos energéticos recibimos vaquillonas adaptadas a nuestros distintos climas", abundó Rondón.
Pero en algunos filas empresariales de la región despierta aprensión la llegada de Venezuela al Mercosur. En Brasil, portavoces de varios sectores advierten que un presidente como Chávez puede dar un polémico énfasis político al grupo, por su enfrentamiento con Estados Unidos.
En Venezuela, José Luis Betancourt, presidente de la mayor asociación patronal del país, Fedecámaras, sostuvo que el gobierno no consultó al sector privado para decidir el ingreso al Mercosur y algunos sectores agrícolas y de la manufactura temen por la competencia de países vecinos avanzados en esas materias, como Argentina y Brasil.
En los próximos seis meses, mientras los parlamentos de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay deliberan para ratificar la adhesión de Venezuela, comisiones técnicas discutirán las particularidades de esa incorporación a los esquemas arancelarios del Mercosur.
Chávez, finalmente, consolida una de sus estrategias internacionales, la de llevar a su país al grupo del Cono Sur de América, tras el retiro de la Comunidad Andina de Naciones, que integraba con Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú, después que Bogotá y Lima pactaron sendos tratados de libre comercio con Estados Unidos.
