Con un fuerte llamado a la solidaridad hacia los países de menor tamaño del bloque y un mayor compromiso con el desarrollo social, finalizó este viernes en esta central provincia argentina la XXX Cumbre del Mercosur (Mercado Común del Sur).
"La solidaridad debe regir nuestras acciones", exhortó el presidente de Argentina, Néstor Kirchner, anfitrión en Córdoba, la capital de la provincia homónima, de sus pares de los países miembros plenos del Mercosur, Luiz Inácio Lula da Silva, de Brasil, Nicanor Duarte Frutos, de Paraguay, Tabaré Vázquez, de Uruguay, y Hugo Chávez, de Venezuela.
"Hay países con mayores fortalezas y otros con economías más chicas y (por eso) será difícil consolidar el Mercosur si no hay solidaridad", añadió.
Por su parte, Lula, quien asumió la presidencia semestral del bloque dejada por Argentina, confirmó ese camino solidario al indicar que tenía "la seguridad de un nuevo pacto, que permita el desarrollo equilibrado de las economías más pequeñas, con beneficios para todos".
Los fuertes reclamos de atención a las asimetrías de parte de Paraguay y Uruguay, los dos países más chicos del bloque, tuvieron eco entre los mandatarios y se erigieron en uno de los ejes principales de la cumbre de Córdoba.
"No queremos caridad", aclaró Duarte Frutos, pues eso "es dar lo que a uno le sobra y nosotros queremos compartir lo que se tiene". "Esa es la auténtica solidaridad", remarcó.
La cita comenzó en el jueves por la noche con la llegada de Kirchner a Córdoba, una de las ciudades más importantes de Argentina, y la cena brindada posteriormente a los visitantes, entre ellos Chávez, quien participó por primera vez de una cumbre del Mercosur con su país con voz y voto.
En esta reunión participaron, además, los mandatarios Evo Morales, de Bolivia, y Michelle Bachelet, de Chile, dos de los cuatro estados asociados del Mercosur, además del presidente Fidel Castro, de Cuba, quien firmó acuerdos de complementación económica.
Los problemas que causan al bloque las asimetrías de los países acapararon buena parte de los debates en las reuniones preparatorias de ministros de Economía y de Relaciones Exteriores. Aunque se volcaron propuestas en ese ámbito, los representantes de Paraguay y Uruguay exigieron avances concretos al respecto.
La ministra de Economía de Argentina, Felisa Miceli, llevó a la cita un borrador de creación de un Banco de Desarrollo del Mercosur, mientras que tuvo avances más definidos la instalación de un Fondo Estructural de 100 millones de dólares para beneficio de los países más chicos.
Uruguay reaccionó demostrando que ya no cree en promesas y es la hora de los hechos. En cambio Paraguay, si bien insistió en la urgencia del reclamo de desarrollo equilibrado, se manifestó por boca de su presidente esperanzado en la "nueva conciencia" que impera en el bloque.
En ese marco, impactó entre los estados mayores como una amenaza la idea expresada por el ministro uruguayo de Economía, Danilo Astori, de que se permitiera a los países miembro del Mercosur que avancen en acuerdos comerciales con economías ajenas al bloque.
No obstante, el coordinador nacional argentino del Mercosur, Alfredo Chiaradía, admitió la posibilidad de que Uruguay establezca un acuerdo de preferencias arancelarias fijas con otros países, siempre que no perjudique a los miembros del bloque.
A la hora del plenario de mandatarios, Vázquez en su discurso logró introducir en el Mercosur el diferendo que mantiene con el gobierno de Argentina por la instalación de dos grandes plantas de celulosa sobre la margen oriental del limítrofe río Uruguay.
"El río Uruguay nos debe unir, no separar", dijo Vázquez en tono conciliador ante la atenta mirada de Kirchner.
"Debemos encontrar los caminos de entendimiento", declaró el gobernante uruguayo, para luego pedir "el beneficio de la duda" respecto de los temores de contaminación de las fábricas de parte de Buenos Aires y, especialmente, de los habitantes de la ciudad argentina de Gualeguaychú, próxima a la zona donde se levantan ambas fábricas río de por medio.
Los mandatarios mercosureños también hicieron hincapié en la orientación social que debe tener el bloque. Así, la presidenta Bachelet se mostró satisfecha por la "incorporación de la agenda social" a las preocupaciones de la región.
Duarte Frutos, a su vez, advirtió que "los pueblos están hartos de retórica", pero aseguró percibir que en el bloque hay "una mayor conciencia de la miseria" que sobrevive en las sociedades latinoamericanas.
También Morales revindicó el mayor sesgo social del bloque. "El Mecosur debe dar una solución a las víctimas del modelo económico orientado a saquear los recursos naturales", remarcó, en referencia a la implementación de políticas neoliberal en los años 90 y a las extracciones de minerales por compañías transnacionales a lo largo de su historia.
Advirtió, además, que sufre "amenazas" y "chantajes" por su voluntad de avanzar en la nacionalización de los hidrocarburos y pidió a las empresas energéticas estatales de los países del bloque, como Petrobras, Energía Argentina Sociedad Anónima y Petróleos de Venezuela, que lo ayuden a certificar las reservas de gas natural en su país.
El mandatario aseguró en la cumbre que, luego de su anuncio al respecto el 1 de marzo, las firmas transnacionales comenzaron a bajar drásticamente sus reservas denunciadas de gas natural en Bolivia.
A su vez, Lula mencionó a Bolivia como un país que podría ser el próximo en sumarse al bloque como integrante pleno.
"No esperen que me pelee con Morales", dijo el presidente brasileño, quien respondió así a periodistas que lo consultaron sobre la relación bilateral luego de la nacionalización anunciada por Bolivia que afecta directamente a Petrobras, la empresa con mayor inversión en hidrocarburos en ese país.
Lula se refirió así a la pendiente discusión acerca del precio del gas natural que Bolivia le vende a su país y otros asuntos relacionados.
Además, el ahora presidente del Mercosur hasta fin de año destacó también que en la región ya "nadie habla del ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas)", la iniciativa de Estados Unidos que ha caído en desgracia.
"Quien quiera hablar de ALCA tiene que hablar primero del Mercosur", dijo. "Queremos que nuestras economías sean respetadas, y defender nuestro interés", añadió.
Finalmente, el presidente del Consejo de Representantes Permanentes del Mercosur, el argentino Carlos "Chacho" Álvarez, destacó que la región está "ante una coyuntura excepcional" luego de la incorporación de Venezuela.
"Más allá de las diferencias de matices, en la región hay hoy presidentes que comparten un ideario común, y, si el proceso de integración es básicamente una construcción política, tenemos las condiciones para avanzar", declaró entusiasta, sin hacer referencia a la crisis que había vapuleado el bloque en los últimos tiempos.