La Organización de las Naciones Unidas (ONU), frustrada en sus esfuerzos políticos para detener los bombardeos israelíes en Líbano, concentra su atención en brindar asistencia humanitaria a los cientos de miles de civiles afectados.
En el frente político, el Consejo de Seguridad todavía no ha logrado un consenso para pronunciarse sobre el ciclo de violencia causado por la ofensiva aérea de Israel en territorio libanés y los ataques con misiles del movimiento islamista chiita Hezbolá (Partido de Dios).
Con Estados Unidos protegiendo a Israel, las manos de los otros 14 miembros del órgano están atadas.
"No se puede desarmar al Hezbolá sólo por la fuerza. Tiene que haber un acuerdo político y un entendimiento político", sostuvo el lunes el secretario general del foro mundial, Kofi Annan, en abierta contradicción con la postura belicista de Estados Unidos e Israel.
Annan dijo esperar que Irán y Siria sean "parte de la solución", pero ni Washington ni Tel Aviv están interesados en dialogar con esos dos países, patrocinadores del Hezbolá.
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Mientras, en el frente humanitario, la ONU y sus agencias de asistencia siguen preocupadas por la destrucción de infraestructura y la pérdida de vidas por lo que Annan calificó de "desproporcionado uso de la fuerza" israelí.
La organización Human Rights Watch (HRW) condenó al gobierno de Israel por lanzar bombas de racimo en áreas civiles pobladas.
"Las bombas de racimo son armas imprecisas y poco fiables, e inaceptables cuando son usadas donde hay civiles. Nunca deberían ser utilizadas en áreas pobladas", señaló el director ejecutivo de HRW, Kenneth Roth.
"Desde mi punto de vista, cuando un tercio de los heridos y muertos son niños, niñas y mujeres, la cuestión va más allá de responder a esos grupos armados (como el Hezbolá) y a lo que hacen contra la población civil en Israel", dijo por su parte el subsecretario general de la ONU para Asuntos Humanitarios, Jan Egeland.
"Es algo incorrecto, según el derecho internacional, lanzar un ataque desproporcionado contra poblaciones civiles, como ocurre ahora en Líbano", añadió.
No obstante, la ONU confía en una buena respuesta a su pedido de más de 150 millones de dólares en fondos de emergencia para proveer alimentos y abrigo a más de medio millón de personas directamente afectadas.
"Le rogamos a la comunidad internacional que nos dé suficientes recursos para dar asistencia médica, materiales para refugios, comida, agua y servicios sanitarios a los cientos de miles de civiles libaneses que tuvieron que huir" de los bombardeos, dijo Egeland a periodistas en Chipre, de camino a Beirut.
El foro mundial también llamó a las partes en conflicto a crear "corredores humanitarios" para permitir un tránsito seguro de los desplazados y de los socorristas.
La directora ejecutiva del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Ann Veneman, dijo que su organización había hecho un pedido por 23,8 millones de dólares —dentro de los 150 millones solicitados por la ONU— para asistir a los niños y niñas atrapados en la crisis.
"Muchos de los que han sido desarraigados por la violencia son niños. Estos deben haber presenciado cómo sus seres queridos han muerto o han resultado heridos, y por eso sufren una gran angustia", añadió.
Más de 360 libaneses y 37 israelíes han muerto en el conflicto iniciado el 12 de este mes, cuando Israel respondió con bombardeos al secuestro de dos de sus soldados por parte del Hezbolá.
El domingo en Nairobi, el alto comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Antonio Guterres, señaló que "la penuria de los desplazados en Líbano se hace cada vez mayor conforme pasan las horas, y se hace crucial tener un cauce abierto de ayuda humanitaria".
Mientras, la directora ejecutiva del Fondo de las Naciones Unidas para la Población, Thoraya Obaid, pidió 6,2 millones de dólares a los donantes internacionales para atender la urgente crisis humanitaria en la población libanesa.
"Se necesita una acción urgente para proteger la salud y el bienestar de las mujeres, los niños y otros civiles inocentes. La destrucción propagada de la infraestructura y servicios públicos es peligrosa para todos, pero en especial para las mujeres, los heridos y otros que necesitan atención médica para sobrevivir", señaló Obaid.
Por su parte, la directora ejecutiva del Oakland Institute, centro académico independiente de la occidental ciudad estadounidense de San Francisco que sigue de cerca las emergencias humanitarias en el planeta, sostuvo que la comunidad internacional tendría que estar "horrorizada" por la crisis en Líbano.
"Lo que estamos viendo es algo creado por el hombre, una forma colectiva de castigo contra el pueblo de Líbano, mientras las reglas de la diplomacia internacional y la ONU son marginadas", dijo Mittal a IPS.
"La crisis se basa en el hecho de que la comunidad internacional no ha reconocido aún que el derecho a defenderse es algo absolutamente diferente al asesinato de civiles inocentes", añadió.