Docenas de bancos y entidades crediticias del mundo, incluyendo a pesos pesados como los estadounidenses Citigroup y JP Morgan Chase y el británico Standard Chartered, firmaron medidas de salvaguardia ambiental y social actualizadas que los compromete a otorgar préstamos de modo más responsable.
El compromiso asumido por más de 40 entidades financieras transnacionales implica que únicamente deberán apoyar aquellos proyectos que acaten los llamados Principios de Ecuador, como se denomina al conjunto de pautas ambientales y sociales voluntarias inspiradas en medidas preventivas adoptadas por el Grupo del Banco Mundial.
Con la aplicación de los Principios de Ecuador, que rigen los préstamos de los bancos privados, se pretende respetar los derechos de las personas desplazadas por los proyectos y proteger los ecosistemas en peligro.
Los signatarios, dentro de los que hay bancos de primera línea como el holandés ABN AMRO, los británicos HSBC y Barclays, el francés Crédit Lyonnais, el grupo suizo Crédit Suisse, el alemán Dresdner Bank y el Royal Bank de Canadá, a menudo se asocian para financiar proyectos con entidades multilaterales como el Banco Mundial, en las áreas de minería, petróleo, gas y sectores afines, que contaminan y desplazan a una gran cantidad de personas.
Esa medida subraya la creciente presión ejercida sobre bancos privados y organismos multilaterales para que inviertan en proyectos que protejan el ambiente y las sociedades.
Los Principios de Ecuador, nombre que procede de la región geográfica debajo de la línea del Ecuador donde tradicionalmente los organismos internacionales ignoraron el impacto ambiental y social de sus proyectos, se derivan de las normas reestructuradas de la Corporación Financiera Internacional (CFI), el brazo privado del Banco Mundial,
En la reunión, realizada el 6 de este mes en Londres, los bancos aceptaron la totalidad de las nuevas pautas de la CFI, redactadas en febrero, a pesar de que, ya desde 2003, han estado utilizando las normas ambientales y sociales como parámetros para el otorgamiento de préstamos.
Las nuevas pautas, a diferencia de las de 2003, obligan a las compañías a integrar las consideraciones ambientales y sociales en sus sistemas de administración, y se ampliaron para cubrir el asesoramiento financiero a los proyectos y no sólo a los préstamos.
Las nuevas normas piden a los signatarios que apliquen los principios a los proyectos que ascienden a 10 millones de dólares o más, y no sólo a partir de los 50 millones de dólares, como anteriormente.
Las entidades crediticias deberán realizar informes anuales respecto del progreso y el cumplimiento de los Principios de Ecuador, y establecer normas de control públicas más rígidas.
Las entidades financieras señalaron que esas pautas les proporcionan un contexto y un conjunto de normas claras y únicas que pueden adoptar, en vez de crear las suyas propias, para lidiar con la presión de las poblaciones en reclamo de una mayor protección ambiental y social.
"Los Principios de Ecuador suministran un marco sólido a la financiación de proyectos en el ámbito internacional", señaló Johnny Cameron, presidente del Royal Bank of Scotland (RBS) Corporate Markets.
"Le han dado un mayor rigor a la forma en que se evalúan los impactos ambientales y sociales de los grandes proyectos de infraestructura, tanto antes como durante su implementación".
En conjunto, los bancos signatarios conforman una fuerza financiera extraordinaria que opera en más de 100 países y representa a más de 80 por ciento del mercado mundial de financiación de proyectos.
La CFI, el mayor organismo multilateral de crédito que otorga préstamos, valores y administración de riesgo en los países en desarrollo, invitó a otros bancos privados e instituciones financieras —como Export Credit Agencies y bancos de los mercados emergentes como los de China e India— a que también adopten los Principios de Ecuador.
"Esto demuestra que los bancos que adhieren a los Principios de Ecuador, en vez de rehuir los proyectos difíciles, comprendan el proyecto de inversión para impulsar a que sus clientes lleven adelante rigurosas y apropiadas diligencias ambientales y sociales", indicó el vicepresidente ejecutivo de CFI, Lars Thunell.
Mientras que estas pautas se ganaron los aplausos de muchos críticos, otros siguen sosteniendo que los Principios de Ecuador aún deben reformar las directivas que rigen la forma en que las multinacionales hacen negocios en todo el mundo, a menudo en perjuicio de las comunidades locales y del ambiente.
Las organizaciones no gubernamentales consultadas al respecto se quejaron que sus propuestas más significativas para crear sistemas sólidos de conformidad y gobernanza, incluyendo mecanismos de responsabilidad, no fueron tomadas en cuenta por las pautas de la CFI.
Ambientalistas que llevan años trabajando para asegurarse que los proyectos de desarrollo financiados por el Banco Mundial contemplen sólidas normas ambientales y sociales, señalaron que el compromiso con los Principios aún no significa que los bancos vayan a actuar de forma transparente, respecto de los proyectos que financian, o que vayan a dejar de financiar proyectos perjudiciales.
Nueve de los bancos signatarios están financiando el controvertido proyecto de construcción del oleoducto Baku-Tblisi-Ceyhan, de unos 1.700 kilómetros, que llevará petróleo de Azerbaiyán a la costa mediterránea de Turquía.
El banco francés Caylon sigue siendo cuestionado por su interés en financiar el controvertido proyecto para construir una planta de celulosa en Uruguay, mientras el ABN AMRO está pidiendo el proyecto petrolero Sakahlin II, en Rusia, que amenaza a la última población de ballenas grises occidentales del mundo.
"Lamentablemente, los bancos que adhirieron a los Principios de Ecuador no han logrado utilizar este proceso de revisión para corregir algunas de las fallas funestas asociadas a esas pautas", indicó Michelle Chan-Fishel de Amigos de la tierra-Estados Unidos.
"Y dado que las organizaciones no gubernamentales son más bien escépticas respecto de la efectividad última de los Principios de Ecuador, en gran parte debido a que en este momento la mayoría de los bancos en puja por el proyecto Sakahlin II, son signatarios de estas pautas, debería haber sido una de sus principales prioridades garantizar su cumplimiento y responsabilidad", añadió.