INDONESIA: Niños y niñas dejan atrás la ola de la muerte

«Los niños de Aceh estamos vivos otra vez. Somos como caballos al galope, llenos de entusiasmo y convicción», escribió Titan Putra Arian, de 10 años, en esta ciudad al norte de la isla indonesia de Sumatra.

Se refería a las consecuencias del tsunami en el océano Índico que afectó a 12 países de Asia sudoriental y meridional y de África oriental hace 18 meses, el 26 de diciembre de 2004.

"Ya no sufrimos más y queremos reconstruir Aceh", escribió Andika Putera, compañero de Titan en cuarto grado escolar. Estos textos muestran la fortaleza de los niños y niñas para superar la muerte y la destrucción que causó el tsunami en el norte de Sumatra.

El desastre natural se cobró, en total, 220.000 muertes en los 12 países. La provincia de Aceh fue el área más golpeada, con 150.000 muertos. En Sri Lanka murieron unas 35.000 personas, seguida por el sur de India, donde hubo 18.000, y Maldivas, con 108.

También fueron afectadas por la tragedia, Birmania y Malasia y, en África oriental, Kenia, Madagascar, Somalia, Seychelles y Tanzania.

"Estamos todos bien. Ahora estamos contentos. Volvimos a la escuela y queremos seguir con nuestras vidas", garabateó Agung Ma'ruf, representante de los estudiantes de cuarto grado en la escuela SD-29, en Banda Aceh.

"No queremos rendirnos. Queremos seguir adelante", dijo Rizasyah.

A fines de mayo, se pidió a los alumnos de la escuela SD-29 que redactaran un diario titulado "Aceh después del tsunami". Casi todos escribieron que sus vidas habían vuelto a la normalidad.

Titan, Andika, Agung y Rizasyah estuvieron entre los cientos de niños que dijeron haber superado el desastre dejado por el tsunami.

Debajo sus relatos, realizaron bellos y coloridos dibujos. Rizky Ayunda Putri ilustró un sol brillante y flores, mientras que Adamfiqh Rifandy pintó pájaros volando en el cielo.

Algunos estudiantes representaron el futuro. Riska Novia, quien quiere ser policía cuando sea grande, dibujó a una agente femenina en acción. Los padres de esta niña de 10 años fueron arrastrados por las olas, por lo que ahora ella debe vivir con otros familiares.

"Mis padres se fueron. Pero estoy contenta de haber empezado otras vez la escuela", escribió esta pequeña cuyo pasatiempo preferido es dibujar.

Más de 420 escuelas en Aceh quedaron destruidas tras el tsunami. El ministro de Educación Nacional informó que murieron más de 1.200 maestros en esta provincia de mayoría musulmana. La escuela pública SD-29 perdió a 30 de sus 430 estudiantes y a tres de sus 18 maestros.

Cut Tarif, de nueve años, estaba viendo la televisión cuando el maremoto inundó su casa. "Mi casa se movió y alguien gritó que el agua estaba subiendo. Así que todos trepamos al techo de la casa", relató.

Al igual que Cut, Karisma, de tercer grado, también tuvo mucha suerte. Todos sus familiares sobrevivieron porque escaparon de su casa y se refugiaron en la mezquita de Baiturrahman, la más grande de Aceh.

"Mientras íbamos hacia la mezquita, vimos muchos cuerpos flotando por ahí. El agua era como asfalto", recordó Karisma, de nueve años.

La directora de la escuela SD-29, Deni Hayati, señaló que se implementaron actividades deportivas, entre ellos fútbol y bádminton, como terapia para los estudiantes, la mayoría de los cuales quieren ser doctores o maestros cuando sean grandes.

"Cada mañana hacemos calistenia para estar más felices y saludables", comentó Rayyan Juniswar, de 10 años.

Además de los deportes, se incentiva a los estudiantes de Aceh a que hagan danza o toquen algún instrumento musical para paliar el impacto y el dolor causados por el desastre, calificado por el presidente indonesio Susilo Bambang Yudhoyono, del "mayor desastre natural de nuestro tiempo".

También se los motiva a responder cartas de estudiantes de otras escuelas, con el fin de ayudarlos a lidiar con los trágicos recuerdos que les dejó el tsunami.

Varias escuelas de Yakarta, como Sekolah Bina Nusantara y la Escuela Internacional de esa ciudad, se han carteado con estudiantes de Aceh para ayudarlos a superar su dolor.

En Indonesia, por lo menos 30 por ciento de los entre 100.000 a 300.000 niños que se estima quedaron huérfanos, o separados de sus padres y otros miembros de su familia, sufren traumas severos. La mayoría tienen entre cuatro y 10 años, de acuerdo a información brindada por la Comisión Nacional para la Protección infantil.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) colaboró con las víctimas menores implementando 21 centros de atención infantil, entre otras cosas, en las zonas devastadas por el tsunami, para centralizar actividades de apoyo psicosocial, incluyendo programas para superación de traumas. Estos centros reúnen unos 17.000 niños por semana.

Dos años y seis meses después del desastre dejado por el tsunami en Aceh, una apariencia de normalidad parece finalmente haberse instalado. Los niños volvieron a jugar en las calles que no hace mucho estaban silenciosas, ensombrecidas por la muerte.

"Aceh volvió a la vida", señaló Kate Fuller, coordinadora de proyectos en Indonesia para la no gubernamental Organización del Bachillerato Internacional, dedicada a la educación, con sede en Ginebra, Suiza.

"Se construyeron casas, edificios y escuelas, y, hay nuevos restaurantes y cafeterías. Para algunos los negocios parecen mejorar", sostuvo Fuller, quien está a cargo de vincular las escuelas de Aceh con las de otras partes del mundo.

Fuller considera que la mayoría de las escuelas de Aceh "no necesitan efectivo, sino conocimientos".

"En cierta forma el tsunami fue una bendición", sostuvo Bahyuni, de 47 años, quien perdió a su esposa y a su hijo mayor tras la catástrofe y vio cómo el agua arrasó el pueblo de Lepung, donde sólo sobrevivieron 26 personas de las 12.000 que habitaban allí antes del desastre.

Bahyuni, ex comerciante que ahora trabaja de chofer para una empresa de alquiler de automóviles, señaló que antes del tsunami, la población de Aceh tenía miedo de salir de noche por los enfrentamientos entre las fuerzas armadas de Indonesia y la guerrilla separatista Movimiento Aceh Libre (GAM).

"Ahora, hasta podemos andar a medianoche por la ciudad ", comentó este hombre quien hace dos meses volvió a casarse.

El 15 de agosto de 2005, el gobierno indonesio y el GAM, forzados por la atención que concentró Aceh a causa del desastre, firmaron un acuerdo de paz en Helsinki que terminó con 30 años de lucha armada, tras lo cual se levantó la ley marcial y la provincia se abrió al mundo para que la asistencia humanitaria pudiera llegar.

Se destruyeron las armas entregadas por el GAM y el ejército se retiró de la provincia, todo a causa del impacto del tsunami que cambió las reglas del juego.

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