EEUU-CUBA: Académicos superan confrontación

Mientras los gobiernos de Estados Unidos y Cuba cruzan acusaciones mutuas en el último capítulo del enfrentamiento bilateral, un grupo de la comunidad científica y estudiantil del país norteamericano promueve intercambios entre las dos naciones.

El profesor Charles Verharen, de la Universidad Howard, con sede en Washington, dijo a IPS que los nexos son "indispensables porque sin comunicación entre los académicos no habría fundamento teórico para la aproximación entre las dos naciones".

El experto está enfrascado en una investigación sobre la extensión de las instituciones de altos estudios hacia los barrios en este país, que posibilitan a grandes masas el aprendizaje de carreras universitarias fuera de los tradicionales campus.

Según el entrevistado, sin este vínculo "no habrá posibilidades de aproximación o de reconciliación política, económica, social y, lo más importante, filosófica entre los dos países".

Los nexos entre La Habana y Washington continuaron deteriorándose a principios de este mes, cuando la Oficina de Intereses de Estados Unidos en esta capital informó de cortes de agua y energía, a los que calificó de hostigamiento de las autoridades de la isla.

Mediante un comunicado publicado en la prensa local, el gobierno cubano respondió alegando que los representantes de Washington buscaban pretextos para poner fin a los precarios nexos diplomáticos aún existentes.

Verharen reconoció que "son crecientes las dificultades" para los estadounidenses que desean visitar Cuba, y que la "única razón" por la que se encuentra aquí es por su condición de investigador.

Sin embargo, no ocultó cierto grado de inquietud porque "es probable que la administración conservadora del presidente George W. Bush incluso comience a prohibir este tipo de intercambios académicos".

En mayo, de acuerdo con reportes de prensa de Estados Unidos, Bush aplazó el anuncio de nuevas medidas para "restringir más los viajes, los contactos académicos y las delegaciones religiosas a la isla".

En marzo de 2003 el gobierno estadounidense suspendió los permisos otorgados para intercambios educativos, y en mayo de 2004 añadió requisitos más estrictos de viajes para todas las categorías de personas.

Allison Hayes-Conroy, graduada en geografía cultural y política, realiza en La Habana "contactos para llevar a cabo una investigación" en el ámbito de la alimentación y la agricultura.

Hayes-Conroy afirmó a IPS que aunque es su derecho viajar desde la nororiental ciudad de Filadelfia a Cuba para afinar los detalles preliminares de su estudio, "me preocupa no saber si podré hacerlo en el futuro, y eso es completamente injusto".

La investigadora consideró "terribles" las restricciones de viajes a Cuba, porque "es muy importante tanto para profesores como estudiantes interactuar e intercambiar conocimientos" con la comunidad académica cubana.

En su investigación "ha sido interesante la relación entre la agricultura y la alimentación y la situación en Cuba en los últimos diez años", y esa experiencia "podría ser útil para los estadounidenses".

La doctora en sociología Jualynne Dodson, profesora de la universidad estatal de Michigan, realiza por estos días un trabajo de campo en Cuba. Ella defiende "el libre flujo de ideas e información" alentado por las instituciones académicas de su país.

En entrevista con IPS, contrastó la política estadounidense respecto de los intercambios religiosos entre los dos países, que en su opinión favorece a algunos grupos en detrimento de otros.

"El gobierno determina quién recibe la licencia" para viajar a Cuba por asuntos religiosos, aseveró Dodson y añadió que "a organizaciones religiosas estadounidenses como el Consejo Nacional de Iglesias le fueron denegadas" las licencias el año pasado.

En 2005 el Consejo Nacional de Iglesias y el Servicio Mundial de Iglesias, junto a otras cuatro organizaciones protestantes, fueron notificados por la Oficina de Control de Activos del Departamento del Tesoro que las autorizaciones para viajes por motivos religiosos a Cuba no serían renovadas.

Dodson relató que en la occidental provincia cubana de Pinar del Río conoció a "un grupo de jóvenes misioneros de Florida", sur de Estados Unidos, que en su opinión "más que evangelizar lo que hacen es repartir dinero y cosas materiales a gente pobre del campo".

Aunque "aparecen como misioneros", esos jóvenes procuran "dividir al pueblo cubano, y muchos de estos grupos han recibido licencias para este tipo de trabajo religioso", opinó.

El religioso cubano Raúl Suárez, consultado por IPS, confirmó la existencia de "unos 70 grupos de este tipo procedentes de Estados Unidos, que entran con visas de turistas" y se han "distribuido en todo el país, aunque la zona oriental les ha interesado mucho".

La socióloga estadounidense agregó que las actuales regulaciones sobre intercambios con Cuba son "muy fuertes", pero una ley en la materia aprobada por el estado de Florida "tendrá muchas consecuencias negativas".

El 3 de mayo, la asamblea legislativa de Florida aprobó la Ley de Viajes a Estados Terroristas, promulgada por el gobernador Jeb Bush a fines de ese mes, que prohíbe a las universidades del estado financiar viajes a Cuba y a otros cuatro países.

Dodson consideró equivocada esa norma, porque "las universidades no deberían estar a la zaga de la política, la política no debería comenzar a dictar lo que las universidades deben hacer".

Acerca del escenario que se despliega con la nueva regulación, el profesor y abogado Mark Kruger, de la Universidad de Saint Louis, manifestó "temor de que el gobierno federal pueda hacer lo mismo".

El académico realiza un estudio comparativo entre las sociedades civiles y organizaciones de masas en las dos naciones, y aseguró a IPS que un grupo "del que forma parte" ha comenzado una batalla legal contra la norma de Florida.

El grupo de académicos esgrimirá ante el gobierno estadounidense que "existe el derecho de que se realicen viajes" con fines educativos y académicos a Cuba, dijo Kruger.

Además, el 13 de este mes, la Unión Americana de Libertades Civiles presentó ante un tribunal federal de Miami una demanda de inconstitucionalidad contra la ley, pues contraviene facultades federales en materia de política exterior.

"En Estados Unidos habrá una batalla en torno a esto, no vamos a renunciar a estos intercambios y esto implica una lucha", concluyó.

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