La nacionalización de los hidrocarburos dispuesta en Bolivia va mucho más allá de ser un problema empresarial, económico o político doméstico sino que plantea grandes interrogantes en el campo internacional, como indican la reacción de España y de otros países con empresas afectadas.
La decisión del gobierno boliviano del izquierdista Evo Morales, anunciada el lunes, ha causado preocupación en especial en España, Brasil, Argentina y Estados Unidos, algunos de los países de donde proceden las mayores inversiones en el sector nacionalizado, pero hasta ahora las respuestas han sido moderadas.
El jefe del gobierno español, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, tras una conversación de su canciller, Miguel Ángel Moratinos, con Morales, decidió enviar una misión mixta para negociar, la cual estará encabezada por Bernardino León, secretario de Estado para Relaciones Internacionales e Iberoamérica.
"Por lo que conocemos, las cosas no se presentan bien, pero esperamos que el proceso pueda permitir a las empresas españolas mantenerse en Bolivia de una manera razonable", señaló León a IPS, al consultarlo sobre sus expectativas respecto del viaje.
La solución que se buscará será negociada en un asunto que va más allá de una simple nacionalización, según se desprende de las reacciones moderadas de Madrid y de la propia empresa transnacional española Repsol-YPF, también con capitales argentinos y que perderá el control accionario de su filial en Bolivia con la consecuente reducción de sus ganancias,
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El asunto se ubica en un nuevo contexto mundial, marcado por la creciente disminución de las reservas energéticas de origen fósil, el aumento día a día del precio del petróleo y del gas natural y la disputa por su control entre las potencias tradicionales, como Estados Unidos y Rusia, y las emergentes, como China.
Mientras Washington endurece su posición ante la actitud de La Paz, en Europa la tendencia es a negociar y en eso se inscribe la declaración de Zapatero respecto del decreto de Morales, que dispone la recuperación del petróleo, gas natural y derivados para el Estado y convierte a las firmas privadas en operadoras transitorias de la cadena de producción, distribución y ventas.
La estatal brasileña Petrobrás, las británicas British Gas y British Petroleum y la franco-belga Total Fina LF están entre las principales empresas instaladas en Bolivia, poseedora de la segunda mayor reserva de gas natural de América del Sur, después de Venezuela, con 53 trillones de pies cúbicos, cuyo valor estimado es de 100.000 millones de dólares.
El proceso puesto en marcha el Día Internacional de los Trabajadores entrega a la reflotada firma Yacimiento Petrolíferos Fiscales Bolivianos la producción de las empresas transnacionales —que podrán seguir operando con nuevas condiciones— y dirigirá la comercialización, fijará volúmenes de industrialización y los precios para el mercado interno y la exportación..
Zapatero aseguró el miércoles que su gobierno hará "un esfuerzo político y diplomático" para zanjar de la mejor manera lo que calificó como "un problema puntual" entre ambos países y que este incidente no afectará, de ninguna manera, "la ayuda al desarrollo que España destina a Bolivia".
Asimismo, especificó que "el pueblo boliviano tendrá siempre a España a su lado más allá del conflicto puntual".
El mandatario español reconoció la entidad del conflicto, aunque expresó que seguirá los pasos diplomáticos, asegurando no tener prisa, dado que "hay 180 días de plazo", que es el otorgado en el decreto para que las inversiones extranjeras se adecuen al nuevo sistema.
Ese lapso deja suficiente margen "para escuchar con calma al gobierno boliviano, conocer la oferta que éste realiza a las empresas afectadas" y "decidir con calma y racionalidad" las respuestas, apuntó..
Además, en estos 180 días, el gobierno español mantendrá intensos contactos con los otros países afectados, especialmente con Brasil, informó Moratinos, quien ya dialogó al respecto con su par de ese país, Celso Amorim.
Asimismo, con el objetivo de escucharlas y hacerles partícipe de las negociaciones, Madrid ha convocado una reunión para los próximos días en la que estarán presentes representantes de todas las empresas españolas radicadas en Bolivia.
Este encuentro "es una prueba de que gobierno se preocupa y ocupa, además de por los trabajadores, por los intereses de las empresas españolas en el extranjero", enfatizó la vicepresidenta del gobierno, María Teresa Fernández de la Vega.
Ejecutivos de Repsol-YPF, entre tanto, se han mostrado "preocupados" por el nuevo escenario, y señalaron que la empresa está dispuesta a dialogar con Morales para abrir un proceso de renegociación de sus contratos de explotación, con la esperanza de llegar a una solución.
Las acciones de Repsol-YPF iniciaron la sesión de la Bolsa de Comercio el miércoles con una pérdida de 2,03 por ciento, mientras que en la jornada anterior el retroceso había sido de 0,63 por ciento.
Según lo anunciado por La Paz, Repsol-YPF perderá tres por ciento de sus acciones en la firma filial en Bolivia para quedar con 48 por ciento. Pese a ello y a las nuevas condiciones, la empresa podrá seguir operando, para lo cual quiere negociar la mejor posición posible.
En el marco de las negociaciones, tras la misión encabezada por León, también se esperan conversaciones al más alto nivel en Viena, donde el 11 de este mes se celebrará la cumbre Unión Europea-América Latina y el Caribe.
En medios gubernamentales españoles se da por seguro que en esa cita se producirá un encuentro entre Morales y Zapatero, y también del mandatario español con otros presidentes latinoamericanos, como el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, el argentino Néstor Kirchner y el venezolano Hugo Chávez, todos ellos involucrados directa o indirectamente en la cuestión.
El problema —o crisis como lo califican otros— ha sido utilizado por el jefe de la oposición, Mariano Rajoy, líder del centroderechista Partido Popular, quien calificó la decisión de Morales de "muy mala noticia para España y para Bolivia".
"Es un varapalo" para Zapatero por haber mantenido una buena relación con Morales, Chávez y el presidente cubano Fidel Castro, comentó Rajoy. Por ello, le planteó que revise su política internacional.
Por el contrario, la organización ambientalista "Ecologistas en Acción" se congratuló por el paso dado por Morales y brindó su apoyo a la nacionalización del petróleo y el gas en Bolivia "con vistas a una gestión más ecológica de los mismos". Pidió, además, que la medida "busque el beneficio de toda la sociedad y respete el equilibrio con el entorno".