DROGAS-CANADÁ: Tras el «Príncipe de la marihuana»

El canadiense Marc Emery, llamado el «Príncipe de la marihuana», dice que el pedido de extradición a Estados Unidos que pende sobre él por vender semillas de esta hierba a través de Internet es una maniobra «sádica» del gobierno de Bush para acallar al movimiento pro-legalización de las drogas.

"Es un intento cruel y sádico del gobierno (de Estados Unidos) para castigar a los librepensantes", dijo Emery a Tierramérica. "La DEA (agencia antidrogas estadounidense) actúa como un todopoderoso escuadrón de la muerte que abarrota cárceles y despilfarra miles de millones de dólares", afirmó.

La audiencia por su extradición podría realizarse en diciembre y es probable que sea concedida, dada la clara inclinación a favor de la política antidrogas estadounidense del nuevo gobierno conservador de Canadá. Si es así, Emery enfrentaría más de 20 años de prisión.

Siempre en el centro de los reflectores, Emery comerció por Internet semillas de marihuana (Cannabis sativa) durante 11 años, con ventas anuales de hasta tres millones de dólares, según sus propios reportes. Pero nunca vendió marihuana, aunque agentes de la DEA a menudo intentaron tenderle una trampa haciéndose pasar por compradores.

Su negocio se vino abajo en julio de 2005 cuando la DEA y la Real Policía Montada de Canadá (RCMP) confiscaron sus propiedades y prácticamente todo lo vinculado a su empresa de venta de semillas.

Emery asegura, sin embargo, no ser un vendedor de drogas, sino un activista político que lucha por levantar la prohibición que pende sobre la marihuana. Es editor de la revista Cannabis Culture y líder del Partido de la Marihuana del sudoccidental estado canadiense de Columbia Británica.

En los últimos años ha donado unos cuatro millones de dólares para pagar a los abogados de los cultivadores de esta hierba que son llevados a juicio y para organizar conferencias a favor de la legalización.

La última, titulada "¿Podemos hablar?", tuvo lugar en la sudoriental ciudad canadiense de Montreal en la segunda semana de este mes, en coincidencia con la XXIV Conferencia Internacional sobre Represión de las Drogas, organizada por la DEA y la RCMP, a la que asistieron jerarcas policiales y de agencias antidrogas de más de 80 países.

La DEA y la RCMP fueron convidadas a participar en la reunión alternativa de Emery, pero rechazaron la invitación. También se negaron a ser entrevistadas para esta nota.

En el contra-simposio participaron prestigiosos oradores, como el juez argentino Martín Vázquez Acuñas, el juez canadiense Jerry Paradis, varios profesores de derecho, abogados y activistas por los derechos civiles.

"La guerra contra las drogas no está funcionando", dijo Terry Nelson, policía del estado de Texas que durante más de 30 años arrestó a muchos vendedores de drogas en la frontera entre Estados Unidos y México.

Lo mejor es legalizar todo, desde la marihuana hasta las drogas duras, como la cocaína y la heroína, afirmó a la prensa.

Marc-Boris St-Maurice, director ejecutivo de NORML-Canadá, una organización pro-legalización de la marihuana que participó en la organización de la cita, coincidió con Nelson: "La prohibición sobre las drogas fue un fracaso. Hay que explorar nuevos caminos".

"La mayoría en nuestra reunión cree que la legalización y regulación gubernamental de las drogas es el camino a seguir", aseveró St-Maurice.

Muchos concuerdan en que el juicio a Emery busca acallar al movimiento pro-legalización.

Emery ha sido arrestado 21 veces y encarcelado 17. Su último arresto fue a pedido del gobierno de Estados Unidos en julio de 2005, y coincidió con la confiscación de su empresa.

"Marc Emery Direct fue el mayor negocio de semillas de marihuana del mundo, con ventas anuales por entre 1,5 y tres millones de dólares", informó Emery con orgullo. Su catálogo de semillas llegó a incluir hasta 540 variedades de marihuana de todo el mundo. "Teníamos todos los tipos que a las personas les gustaban: con hojas de diferente color, variedades largas y cortas, resistentes al hielo y al frío".

Una red de cultivadores independientes, principalmente canadienses, obtuvo semillas de otros países y las sembró para obtener características únicas. Los clientes de Emery hacían su selección a partir del catálogo y mandaban su orden con un giro postal. Las semillas, tratadas con aceite para evitar olores, se enviaban por correo en pequeños sobres convencionales con plástico corrugado en su interior.

"Los funcionarios de aduanas nunca hallaron un solo sobre y yo casi nunca oí que nadie fuera capturado por la policía por comprar semillas en Internet", señaló Emery.

El "Príncipe de la marihuana" no llevó registros de sus 140.000 clientes ni de los cultivadores de semillas, pero no ocultó que las vendía para sobrevivir. Pagó alrededor de medio millón de dólares en impuestos sobre sus ventas, aunque estas son ilegales en Canadá.

Emery asegura que cuando el uso medicinal de la marihuana se legalizó, hace pocos años, funcionarios sanitarios del gobierno lo recomendaron a él como fuente de semillas.

Ahora el gobierno cultiva sus propias semillas. Y aunque Emery fue multado por venderlas, "nadie fue jamás a la cárcel en Canadá" por eso.

Las cosas son diferentes en Estados Unidos. Un amigo de Emery cumple una sentencia de 30 años en el central estado estadounidense de Oklahoma por cultivar 200 plantas.

En el otoño (boreal) pasado, una encuesta independiente reveló que 58 por ciento de los canadienses eran contrarios a la extradición de Emery y, según él, aún más se oponen hoy. "Mi arresto estuvo políticamente motivado", aseguró.

* El autor es colaborador de Tierramérica. Este artículo fue publicado originalmente el 13 de mayo por la red latinoamericana de Tierramérica.

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