Una conspiración derechista estuvo detrás de la publicación de las caricaturas de Mahoma en septiembre pasado por el periódico danés Jyllands-Posten y la ardiente polémica mundial que desató, según el legislador socialista de este país Kamal Qureshi.
La publicación de 12 viñetas sobre el profeta del Islam, iniciada en ese diario danés y reiterada en los meses siguientes por periódicos europeos y de otras regiones, desató una ola de indignación en naciones musulmanas, manifestada en protestas violentas y boicots comerciales.
"Las caricaturas no constituyeron, por sí mismas, el problema", dijo Qureshi a IPS. "Fueron la representación de una agenda muy xenófoba conducida en el parlamento por el radical y racista Partido del Pueblo Danés."
Este partido apoya la coalición de gobierno, sobre el que tiene una fuerte influencia, explicó Qureshi, quien nació en Pakistán, país de Asia meridional de amplia mayoría musulmana.
"El gabinete caerá si el Partido del Pueblo Danés le retira su respaldo. Por lo tanto, tiene un enorme predicamento sobre la política de inmigración y sobre el modo en que se aborda la discusión al respecto", sostuvo.
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Las caricaturas encarnaron esa tendencia, dijo. "Fueron producidas por un periódico muy derechista, el Jyllands-Posten, y eso fue parte de su política de confrontación con la cultura de los inmigrantes, la mayoría musulmanes, que el diario combatió durante un largo periodo", indicó.
Qureshi no considera que haya un vínculo formal entre el periódico y el gobierno, pero sí los ve como miembros del mismo club.
"La caricatura que creó la mayor controversia, la de Mahoma con un turbante con forma de bomba, no fue producida por un dibujante independiente, sino por el propio ilustrador del periódico", afirmó.
"El diario le dijo así a la comunidad musulmana que debe soportar la humillación y ser ridiculizada en el debate", añadió el legislador.
La misma publicación se había negado antes a publicar viñetas sobre Jesús y el holocausto judío. "Así que esto fue una declaración política, no una reafirmación de la libertad de expresión", aseveró Qureshi.
"Nunca cuestioné el derecho del periódico a publicar las caricaturas. Como político en una sociedad democrática, debo proteger el derecho de las personas a ser estúpidas", sostuvo.
El legislador afirmó, en ese sentido, que la libertad de expresión es "un derecho que las personas pueden usar equivocadamente para hacer cosas estúpidas. Y aún así uno tiene que proteger el derecho a hacerlo".
"Así que pienso que las caricaturas en sí mismas no habrían creado semejante caos si luego no hubieran ocurrido otras cosas", manifestó Qureshi.
Esas "otras cosas" procedieron del gobierno, aseguró. Entre ellas, la negativa del primer ministro a reunirse con 11 embajadores de países musulmanes.
La indignación de los musulmanes también fue avivada por policías daneses en sus reacciones hacia el Islam, que difieren radicalmente de las de otros países escandinavos y europeos, aseguró.
"Es muy importante saber por qué ocurrió esto en este país y no en otro", afirmó. Las caricaturas, las quejas y la negativa a la reunión con los embajadores marcaron, según él, una "tendencia xenófoba general en Dinamarca".
Se estima que en este país escandinavo viven unos 150.000 musulmanes, quienes, sin embargo, carecen de mezquita.
"El enfoque de Noruega y Suecia acerca de las minorías fue completamente diferente", relató Qureshi. "Suecia instaló una mezquita hace muchos años, en una de sus principales ciudades."
"Allí, el Partido Social Demócrata ganó las elecciones una y otra vez con esa plataforma, mientras que, en Dinamarca, sólo se fortaleció la agenda del Partido del Pueblo Danés y los partidos que tienen otro enfoque resultaron debilitados", evaluó.
La democracia no es solamente el derecho de la mayoría a decidir, destacó, añadiendo que "también tiene que ver con el respecto de la mayoría por las minorías"..
Tras la polémica y la violencia que siguieron a la publicación de las caricaturas, los musulmanes se volvieron aprensivos, señaló.
"En este momento, la comunidad musulmana en Dinamarca tiene mucho miedo de convertirse en chivo expiatorio y de un aumento de la xenofobia. Ese es el peor escenario. Y si se produce un ataque terrorista en Dinamarca, las cosas pueden estallar", señaló.
Muchos en Dinamarca procuran construir un entendimiento entre los musulmanes y el resto de la población, según Qureshi.
"Vmos dos niveles: el del gobierno, que con el Partido del Pueblo Danés mantiene la agenda xenófoba antes del comienzo de la crisis, y la población general, que ha comenzado a mostrarse favorable a una agenda más humana y de entendimiento".
Para Qureshi, entonces, sobre el telón de fondo de la agenda xenófoba del gobierno resalta un movimiento cívico cada vez mayor que se rebela contra ella, por lo que, a pesar de todo, "las cosas pueden resultar en una atmósfera positiva".