El presidente francés Jacques Chirac concluyó su visita a Brasil y embarcó hacia Chile este viernes con 14 acuerdos y documentos firmados que consolidan el acercamiento bilateral, pero sin avances en una cuestión clave para el mundo, la negociación agrícola global.
Chirac arguyó que Europa ya hizo "todas las concesiones posibles" en las negociaciones de la Organización Mundial del Comercio (OMC) que deberían concluirse este año, y que todo depende ahora de que Estados Unidos acepte modificar su política agrícola.
Su intento es poner a Brasil y a otros países en desarrollo que componen el Grupo de los 20 (G-20) en contra de Washington, sacando a la Unión Europea (UE), y especialmente a Francia, de la incómoda situación de principales obstáculos a un acuerdo en la Ronda Doha de la OMC, iniciada a fines de 2001 para liberalizar la agricultura, por los abultados subsidios que conceden a sus agricultores.
Pero de hecho, a esta altura es Estados Unidos el que viene mostrándose más inflexible para reducir sus subsidios domésticos trabando las negociaciones, mientras la UE avanzó en sus ofertas, disponiéndose a recortar en 75 por ciento las subvenciones que distorsionan el comercio, confirmó a IPS André Nassar, coordinador del no gubernamental Instituto de Estudios del Comercio y Negociaciones Internacionales.
Esa posición estadounidense se basa en dos investigaciones académicas que señalan pérdidas de ingresos para la agricultura de ese país. Las ganancias por la ampliación del comercio internacional y un ligero aumento de precios, que propiciaría la liberalización, no compensarían los subsidios recortados.
Es difícil un acuerdo antes de fin de junio como se pretende, pero se puede lograr en los meses siguientes, vaticinó Nassar. Estados Unidos quiere, como contrapartida a la reducción de subsidios, que países en desarrollo como China, India e Indonesia bajen sus aranceles, permitiendo un mayor aumento de las exportaciones agrícolas estadounidenses, informó.
Esa solución interesa también a otros grandes exportadores como Brasil que, sin embargo, permanece neutral en esa disputa, por cuenta de sus alianzas.
En respuesta a las declaraciones de Chirac, presionando a Washington, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva reclamó mayores concesiones tanto de Estados Unidos como de la UE.
"Todos dicen haber hecho lo posible", pero son necesarios mayores esfuerzos como parte de una decisión política para concluir un acuerdo en la OMC, sostuvo Lula.
Francia importa anualmente 2.500 millones de dólares de América Latina, seis veces más de lo que exporta a la región, arguyó Chirac para rechazar que su país y la UE son mercados cerrados y proteccionistas.
En cuestiones bilaterales y otras iniciativas internacionales, sin embargo, hubo un fuerte acercamiento entre los gobiernos de Brasil y Francia, pese a las diferencias de orientación política de los dos mandatarios.
Entre los documentos firmados se destaca la Declaración sobre Biocombustibles, en la cual los dos países se comprometen a promover la agricultura energética para la producción de etanol, biodiesel y otros combustibles renovables en regiones pobres como África y el Caribe, especialmente en Haití, un país que interesa a ambos países.
Mayor cooperación en innovaciones tecnológicas, ambiente y educación hacen parte de los 14 acuerdos y protocolos firmados por los presidentes, ministros y empresas de los dos países. Compañías francesas apoyarán la modernización de la producción de helicópteros y radares en Brasil.
Pero Lula y Chirac desarrollaron últimamente una fuerte afinidad en el movimiento de combate al hambre y la miseria en el mundo. Encabezan, por ejemplo, la campaña para la adopción de "contribuciones solidarias a favor del desarrollo" en la forma de tasas a los pasajes aéreos internacionales y a las transacciones financieras.
Otra iniciativa compartida es la Central Internacional de Compras de Medicamentos, con la que se busca ampliar el acceso a fármacos vitales contra el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida), la malaria y la tuberculosis en países muy pobres, especialmente en África.
Al acercamiento bilateral contribuyó mucho el intercambio cultural. El "Año de Brasil en Francia" atrajo a 15 millones de personas a numerosas actividades culturales y sociales el año pasado y se acordó la contrapartida, el Año de Francia en Brasil, en 2009.
Las relaciones bilaterales ya cuentan con seis Grupos de Trabajo Brasil-Francia que tratan de energía nuclear, fuentes renovables, tecnologías de defensa y espaciales y de la cooperación conjunta con África. En la visita de Chirac a Brasilia fueron instalados otro grupo de ambiente y un comité mixto sobre agricultura.