AMBIENTE-VENEZUELA: Lluvias vuelven con enfermedad y miedo

«Duermo con un ojo abierto y otro cerrado», dice Antonia Rodríguez, de 47 años y jefa de un hogar de seis personas en la capital venezolana. Por «si las quebradas crecen y la tierra se desploma, tengo un bolso lleno con lo indispensable para salir corriendo con los muchachos», aseguró.

La familia Rodríguez es una de las 1.500 amenazadas por una treintena de hendiduras en la montaña y terrenos frágiles en Antímano, en el sudoeste de Caracas, pero tanto su caso como sus previsiones son casi idénticas a quienes viven junto al río Anauco, que como una cuña entra por el norte desde el Ávila, la altura de 2600 metros que separa la urbe del mar Caribe.

Los casos se repiten en otras zonas de Caracas, donde 60 por ciento de sus cuatro millones de habitantes viven sobre terrenos inestables, según el alcalde Freddy Bernal, mientras en el interior del país la mitad de los estados afrontan problemas con la llegada de las lluvias.

"Hasta ahora tenemos 23.000 personas afectadas, entre varios miles hemos repartido 100 toneladas de alimentos, agua y medicinas", dijo el coronel Antonio Rivero, director nacional de Protección Civil. Las familias completamente damnificadas ya son 240.

Seis personas murieron por la entrada del período lluvioso, que tradicionalmente en Venezuela es de mayo a octubre, aunque ha sido alterado con aguaceros fuera de temporada desde la última década del siglo XX. Algunas personas murieron en derrumbes, otros cuando ríos desbordados anegaron vías de tránsito y arrastraron puentes.
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El niño Miguel Vázquez, de cinco años, su tía Suhey Barrios, de 32, de la etnia indígena wayúu, en el extremo noroeste fronterizo con Colombia, fueron las primeras víctimas al caer ambos en el río Santa Rita.

En el occidental estado de Zulia, que rodea el lago de Maracaibo, posiblemente el más afectado por el desbordamiento de ríos, varias poblaciones resultaron inundadas y, a medidas que descienden las aguas, han aparecido brotes de dengue.

"Las inundaciones que siguieron al desbordamiento de algunos ríos han dejado ciénagas donde ha logrado reproducirse el Aedes aegipty (mosquito transmisor del dengue), ocasionando nuevos brotes en el Zulia", dijo a IPS el director de epidemiología en el Ministerio de Salud, Manuel García.

En lo que va del año, hasta el 13 de este mes, se registraron en todo el país 2.439 casos de dengue, según el Ministerio de Salud, frente a 931 registrados en el mismo período de 2005. Un cinco por ciento de los casos son de dengue hemorrágico.

Protección Civil multiplica sus llamados a la población para que colabore en el desalojo de zonas en riesgo, algo resistido por los pobladores en todo el país.

"No tengo a dónde ir. Las autoridades varias veces hacen censos de casas en peligro y ofrecen nuevas viviendas, pero no nos las dan. Con el dinero que dicen que entregan como compensación no podemos comprar otras casa", comentó a IPS Ana Pino, residente en la zona caraqueña de Anauco.

En Maracay, ciudad ubicada 60 kilómetros al oeste de Caracas, decenas de habitantes del barrio Platanal, que reclaman indemnizaciones tras el desalojo de sus viviendas inutilizadas al desbordarse el lago de Valencia, se tendieron el 22 de este mes sobre la autopista del centro, principal arteria vial del país, cortando el tráfico durante dos horas.

"Nos quieren engañar otorgándonos una cantidad inferior al costo que representan nuestras propiedades", dijo a periodistas la portavoz del grupo, Yetzabé Araujo.

La cantidad ofrecida por las autoridades a cada familia fue el equivalente a unos 10.500 dólares, pero los residentes se guían por indemnizaciones últimas del gobierno a familias forzosamente desalojadas de barriadas en peligro.

Cuando un viaducto de la autopista que enlaza Caracas con su litoral Caribe amenazaba con desplomarse el pasado enero, el gobierno ofreció a cada familia hasta 23.200 dólares, y muchos aceptaron bajo protesta alegando que las viviendas más baratas en la capital, aún en zonas humildes, costaban más de 30.000 dólares.

Venezuela, con 26,5 millones de habitantes y 6,2 millones de hogares, según estadísticas estatales, presenta un déficit de vivienda que distintas entidades académicas y no gubernamentales estiman entre 600.000 y 1,5 millones.

Los damnificados por desastres son llevados a refugios, pero una matriz común entre las familias afectadas es el rechazo a esa alternativa, casi siempre bajo quejas de que son lugares inseguros y no se les garantiza atención a su problema de vivienda pendiente.

Mientras las lluvias hacían una pausa al promediar la cuarta semana de mayo, las autoridades admitían la necesidad de preparase para temporales aún más severos cuando llegue a la región del Caribe la temporada de huracanes, prevista para entre junio y noviembre.

Huracanes como Katrina asolaron en 2005 las costas norte del mar Caribe y del golfo de México, y el año anterior fenómenos como Iván golpearon a varias islas y las zonas que reciben los vientos alisios en Venezuela y Colombia.

El recalentamiento de las aguas en el océano Atlántico presagia una nueva e intensa temporada de huracanes, recordó Ángel Graterol, del Centro de Alerta y Pronósticos Hidrometeorológicos de Venezuela, con base en estimados de que la ruta de paso de varios de esos huracanes se moverá "un poco más al sur" en esta oportunidad.

Venezuela "prácticamente está ubicada a la orilla de la autopista por donde pasan estos huracanes y no dispondremos de más de tres días para establecer con precisión cuál afectará y cuál no las costas venezolanas", alertó Graterol.

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