Varias organizaciones ecologistas globales demandan una moratoria internacional de la pesca de arrastre, técnica que destruye la vida en la profundidad del mar. Pero la propuesta no consiguió el consenso entre los delegados a una conferencia sobre reservas pesqueras en la ONU.
Varios delegados a la primera reunión de revisión del Acuerdo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre Poblaciones de Peces, suscrito en 1995, reconocieron que la práctica del arrastre es un tema preocupante, pero se mostraron indecisos en torno a cómo abordarlo.
La pesca de arrastre involucra el uso de enormes y pesadas redes a lo largo del suelo marino. Las grandes piezas de metal y las ruedas de goma adjuntas a estas redes se mueven en las profundidades y aplastan casi todo lo que encuentran a su paso, señaló la organización ambientalista Greenpeace.
La misma asegura que al menos unos 200 barcos de 11 países practican este tipo de pesca, cuya actividad supone el 0,5 por ciento de las capturas mundiales. Y que a las formas de vida que se desarrollan en aguas profundas les lleva décadas e incluso siglos recuperarse del daño
"Hay muchas propuestas para limitar la capacidad" de estas naves, y "hemos oído muchos pedidos de acción de parte de los ministros", dijo David Balton, representante de Estados Unidos y presidente de la conferencia, que tuvo lugar entre el 22 y el 26 de este mes en la sede de la ONU en Nueva York.
Pero el funcionario reconoció que no hay consenso en torno a una moratoria y que, hasta ahora, las medidas más fuertes para combatir la pesca ilegal están relegadas al rastreo satelital de barcos pesqueros y a estrictos controles portuarios.
"La pesca pirata es un problema global que requiere una solución global", dijo Sari Tolvanen, de Greenpeace, en una declaración en la que urgió a la comunidad mundial a aprobar una inmediata prohibición de la ONU a toda la pesca de arrastre en alta mar.
La organización ambiental difundió un nuevo informe el 23 de este mes, detallando las actividades de cinco barcas de pesca de alta mar que continúan vulnerando la vida submarina en bahías europeas, pese a estar en la lista negra de la Unión Europea y de la Comisión de Pesca del Atlántico Norte el año pasado.
El informe destacó que en los últimos seis meses los barcos que estaban en la lista negra cambiaron sus nombres y banderas y estuvieron en servicio en Alemania, Lituania y Polonia antes de regresar a sus antiguos lugares de pesca.
También dijo haber hallado 64 barcos pescando en aguas internacionales del mar de Irminger, en el Atlántico norte, conocido por sus corales de agua fría.
Quienes se oponen a la moratoria dicen, sin embargo, que no hay ningún estudio científico que demuestre los impactos adversos de la pesca de arrastre.
"En vez de prohibir esta práctica, los gobiernos deberían dar más pasos para frenar la pesca ilegal", dijo a Tierramérica Javier Garat Pérez, vicepresidente de la Coalición Internacional de Asociaciones de Pesca, que representa los intereses de la industria.
Pero quienes están preocupados por el impacto de esta práctica discrepan.
"No sabemos a ciencia cierta cuáles son sus efectos", explicó a Tierramérica Harlan Cohen, de la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN). Su organización apoya la idea de una prohibición interina.
Los delegados también parecen mantener opiniones diversas sobre si los esfuerzos regionales serían una mejor alternativa que una moratoria internacional.
La conferencia se centró en los esfuerzos por fortalecer el Acuerdo sobre las Poblaciones de Peces, que aspira a asegurar la pesca responsable de recursos altamente migratorios y otros que se extienden en el límite entre aguas de jurisdicción nacional e internacional.
Hasta ahora, apenas 56 países suscribieron este acuerdo, y seis de los 10 principales productores pesqueros del mundo permanecen fuera del mismo.
Se necesita más participación para apoyar más ampliamente el acuerdo, expresó David Doulman, de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), en una declaración escrita que enfatizó la necesidad de una mayor asistencia a los países en desarrollo para que puedan cumplir sus obligaciones en el marco de este acuerdo.
Para Greenpeace, "la naturaleza global de la piratería pesquera" sugiere que ninguna acción individual de los gobiernos sería efectiva sin una moratoria internacionalmente acordada sobre la pesca de arrastre.
La organización considera lanzar una nueva campaña a favor de su demanda de moratoria, reuniendo un millón de firmas para fines de febrero.
* El autor es colaborador de Tierramérica. Este artículo fue publicado originalmente el 27 de mayo por la red latinoamericana de Tierramérica.