Los dirigentes comunistas de Vietnam están enterrando sus diferencias con vistas al décimo Congreso Nacional de mediados de este mes, cuyo propósito es diseñar un plan capaz de sacar al país del subdesarrollo, reteniendo el control político total.
El Congreso se convoca cada cinco años para elegir a los líderes del Comité Central y del Politburó (dirección ejecutiva) del gobernante y único Partido Comunista (PCV), así como los altos cargos de gobierno, presidente, primer ministro y presidente de la asamblea nacional legislativa.
El Congreso, entre el 18 y el 25 de abril, tendrá lugar mientras Vietnam negocia su ingreso a la Organización Mundial del Comercio (OMC) y realiza esfuerzos para acompasarse con la economía global.
Este país también se prepara para ser anfitrión de la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean) de 10 naciones, algunas con economías solventes como Malasia, Singapur y Tailandia. Otros miembros son Brunei, Birmania, Camboya, Filipinas, Indonesia y Laos.
Los miembros del Comité Central y el Politburó del PCV están divididos. Todos coinciden en la necesidad de reformas económicas, pero algunos se inclinan por el modelo chino, una economía abierta controlada por una dictadura política dura, mientras otros creen que los buenos resultados se obtendrán con una economía de mercado en un contexto más democrático.
La controversia ha sido tan grande dentro del Comité Central, que éste decidió consultar al pueblo, o a algunos de sus ciudadanos, en busca de ideas que formarían parte de un borrador del informe político que se presentará en el congreso.
Desde febrero, funcionarios de alto rango, cuadros medios, veteranos revolucionarios, intelectuales, estudiantes y ciudadanos residentes en el extranjero han participado con entusiasmo en la generación de más de 1.500 ideas. Algunas se publicaron en diarios y sitios de Internet oficialistas.
El Comité Central las incluirá en un informe de 22 páginas que podría ayudar al congreso a diseñar políticas y medidas capaces de superar la pobreza y eliminar la corrupción.
A pesar de los logros de los últimos cinco años, como el crecimiento del producto interno bruto de 7,5 por ciento anual y el encomiable progreso en la erradicación de la pobreza y el hambre, Vietnam sigue siendo uno de los países más pobres del mundo, bien conocido además por su burocracia, corrupción y falta de transparencia.
Para enfrentar estos problemas, el borrador del informe sugiere que en los próximos cinco años se realicen esfuerzos para "mejorar la capacidad de liderazgo del partido y su espíritu de lucha, desarrollar el poderío de todo el país y acelerar el proceso de reforma". El objetivo es sentar las bases de un país industrializado para 2020.
Algunas propuestas fueron lo bastante audaces como para cuestionar la legitimidad del liderazgo del PCV y la racionalidad del "socialismo orientado al mercado".
La debilidad de los dirigentes se debe a su alejamiento del "marxismo-leninismo", explicó en un artículo publicado en el órgano oficial partidario Nhan Dan, un ex miembro del politburó e importante teórico, Nguyen Van Binh. Los líderes más destacados perdieron su espíritu revolucionario y la perspectiva comunista, sostuvo.
En vez de impulsar al sector estatal de la economía, los dirigentes han favorecido el desarrollo del sector privado y permitido que los cuadros partidarios establecieran sus propios negocios, arguyó Binh.
Para que el partido cumpla con su "misión histórica", debe "seguir firmemente el camino del marxismo-leninismo y seguir siendo la fuerza que abra nuevos caminos para la clase trabajadora. Los cuadros comunistas no deben transformarse en capitalistas", afirmó.
La opinión de Binh no es compartida por muchos comunistas. Los argumentos conservadores se pierden rápidamente en un montón de comentarios progresistas, algunos reclamando la profundización del proceso "doi moi" (de reestructura). Otros sugieren abandonar el socialismo por considerarlo una traba al desarrollo.
El PCV debe renovarse en primer lugar, según Nguyen Trung, ex embajador en Tailandia y Australia y miembro del grupo asesor sobre economía extranjera del primer ministro. "Esta es una oportunidad sin igual para el partido", señaló en declaraciones a la prensa.
Trung acusó a los líderes de carecer de "virtudes y capacidades intelectuales para llevar adelante la misión del partido y conducir al pueblo por el camino del rejuvenecimiento del país".
"La burocracia, la corrupción y el negativismo son las señales más evidentes de la falta de virtud de nuestro partido", escribió Trung, instando al congreso a asumir el valor de "enfrentar la verdad" y democratizar a la fuerza gobernante.
Muchos observadores, coincidentes con Trung, reclaman más dinamismo y creatividad. Desde su punto de vista, no hay nada nuevo en el informe y, como siempre, faltan medidas concretas para los problemas de corrupción, burocracia y atraso.
"Para ser franco, tenía muchas esperanzas de que hubiera cambios. En el título del informe se puede leer 'plan de innovación totalmente mejorado', haciendo creer que el sistema ideológico y el enfoque del liderazgo iban a renovarse y profundizarse", dijo Says Phan The Hai, ex corresponsal de economía de la revista Noticias Económicas de Vietnam.
Las palabras son "muy lindas", pero no se corresponden con lo que hay en su interior, añadió.
En el informe abundan las frases como "socialismo orientado hacia una economía de mercado" y "democracia centralizada (o socialista)", que llevan a los críticos a calificarlo de "vago" y "contradictorio".
Afirmaciones como "construyendo un país socialista orientado al mercado" simplemente no tienen sentido porque el país no es socialista ni está orientado al mercado, dijo Le Hong Ha, ex miembro destacado del PCV.
Una de las expresiones recurrentes que surgieron de las consultas fue "democracia", que aparece también en varios artículos del ex primer ministro Vo Van Kiet, quien acusó al PCV de prácticas antidemocráticas alejadas del ideal del héroe nacional y fundador del partido, Ho Chi Minh (1890-1969) para transformar a Vietnam en un país democrático.
Recordó que este país se llamó primero República Democrática de Vietnam, para pasar luego a República Socialista de Vietnam.
Muchos sugieren que el PCV analice la realidad del marxismo-leninismo en el mundo de hoy. "El marxismo-leninismo es como una luz que se apaga, y no es lógico que una antorcha agonizante guíe a nuestro país", dijo Dang Van Viet, legendario héroe de guerra.
"Si la apertura tuvo grandes resultados en cuanto al desarrollo económico, ¿por qué no aplicarla a la política? Es tiempo de apertura política", argumentó el abogado Le Cong Dinh, residente en Ho Chi Minh,
Los observadores señalan que en comparación con ideas subversivas de disidentes políticos (como derogar el artículo 4 de la Constitución que asegura el liderazgo absoluto del PCV), las contribuciones ciudadanas fueron en general tímidas, reservadas y razonable para fomentar la línea "doi moi".
Los pesimistas señalan que no es la primera vez que el partido efectúa consultas públicas, pero luego nunca las tiene en cuenta. "Es solo propaganda. No va a pasar nada mientras el PCV sea el dueño de la verdad", comentó el escritor Tran Manh Hao, ex miembro del partido.
Algunos observadores recordaron que en 1956, el PCV fomentó las críticas públicas al partido para luego cortarlas abruptamente, reprimiendo la libertad de expresión y volviéndose más conservador.
Otros desconfían de la presencia de una delegación del Partido Comunista Chino en las reuniones preliminares del congreso, interpretada como una señal de que el PCV se está volcando hacia una línea política dura. No es la primera vez que los chinos envían delegados a las sesiones previas del congreso para apoyar a sus favoritos.
La suerte está echada. El décimo congreso decidirá el camino. (