ESTADOS UNIDOS-IRÁN: Pakistán, pieza clave

Mientras se enrarece sin solución a la vista la crisis por el programa nuclear de Irán, Pakistán, país musulmán poseedor de armas atómicas, sufre las consecuencias de la agresiva política de Estados Unidos hacia su vecino.

El gobierno de Pervez Musharraf ya estaba bajo fuego de poderosas organizaciones y partidos políticos islamistas por su apoyo a la "guerra contra el terrorismo" liderada por Estados Unidos en Afganistán, especialmente en las áreas limítrofes de la Provincia de la Frontera Noroccidental.

Pero no satisfecho con ese respaldo, Estados Unidos presiona ahora a Pakistán y a India para que renuncien al proyecto de gasoducto para importar fluido desde Irán y piensen en otros modos de satisfacer la demanda de energía.

Washington ya le advirtió a Islamabad que puede esperar recibir fondos y asistencia si participa en el proyecto de oleoducto Turkmenistán-Afganistán-Pakistán y abandona el que transportará gas iraní.

También trata de persuadir a India a cambio de cooperación en materia de tecnología nuclear civil. La participación india volvería más atractivo el proyecto para Pakistán, pues le permitiría cobrarle a su rival y vecina de Asia meridional regalías por 700 millones de dólares.
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El ministro de Petróleo iraní Kazem Vaziri anunció el sábado en el Foro Internacional de Energía celebrado en Doha que Irán, India y Pakistán estaban cerca de concluir el acuerdo por el gasoducto, cuya construcción insumiría 7.000 millones de dólares.

Tanto el ministro de Petróleo de Pakistán, Amanullah Khan Jadoon, como su par indio, Murli Deora, confirmaron el plan, aunque observadores prevén que en Irán pueden ocurrir muchas cosas antes de que se firme el acuerdo tripartito, en junio.

"Parece que Estados Unidos no fuera capaz de ir a la guerra con Irán. Dado que tiene problemas inconclusos en Iraq y Afganistán, la idea de agregar un país aun más grande a la lista no tendría sentido", dijo a IPS el experto en política internacional Jafar Ahmad, de la Universidad de Karachi.

"Pero, por otro lado, el gobierno estadounidense acumuló una retórica fuerte y parece prepararse para la acción militar. Algunos dicen que la lógica de la guerra de Iraq exige a los estadounidenses tomar una fuerte acción militar también contra Irán", agregó Ahmad.

"Es improbable que Irán demuestre ser un objetivo blando, como Afganistán e Iraq, y la represalia es segura", aseguró. "Pakistán, al ser un vecino, está vitalmente preocupado, y soporta considerable presión de Estados Unidos. No se puede decidir una acción militar en Irán sin alguna clase de acuerdo con Pakistán", agregó.

De todos modos, Ahmad advirtió que Irán puede tomar, a su vez, medidas "considerables" en el plano militar.

"Puede cerrar el estrecho de Hormuz (al sur de Irán, entre el golfo de Omán y el golfo Pérsico), a través del cual tiene que pasar todo el comercio petrolero rumbo a Asia oriental. Le bastaría con hundir unos pocos buques de cargo de tamaño medio. La clase de nuevo equipamiento que Irán mostró recientemente vuelve vulnerables a las armadas de Estados Unidos en el golfo Pérsico", sentenció.

Luego está la pregunta del petróleo. "Si Irán deja de exportar crudo por algunos meses, puede causar una enorme agitación en el mercado petrolero. Los precios atravesarán el techo y la actividad económica mundial se verá severamente afectada", pronosticó Ahmad.

"Lo verdaderamente problemático es que Irán no descarta golpear a Israel directamente, igual que Israel también considera realizar un ataque unilateral sobre Irán", dijo el académico.

En Pakistán se manifiestan predominantemente opiniones contra cualquier apoyo a una acción militar contra Irán. Así se han pronunciado no solo organizaciones islamistas sino también académicos, intelectuales y conocidos políticos seculares.

"Pakistán e Irán son vecinos y sería mejor que no nos aliáramos con Estados Unidos contra ese país. Sin duda, hay una gran presión para que Pakistán se mantenga alineado con Estados Unidos. Pero eso no es algo que deba darse por sentado", opinó el líder del Partido Nacional de los Trabajadores, B.M. Kutty.

Mientras el presidente pakistaní Pervez Musharraf esté bajo presión de Washington, todavía será imposible oponer resistencia, pronosticó Kutty. "Pakistán debió aliarse con quienes están en contra de esta probable guerra, como China y Rusia. Los intereses nacionales de Pakistán no demandan ninguna ruptura con Irán", dijo.

La experiencia de Afganistán demuestra que el apoyo de Pakistán a las aventuras militares de Washington pone al país musulmán en riesgo de exacerbar divergencias entre sus muchos grupos étnicos, además de indignar al sistema religioso.

"Pakistán corre riesgo de que se agudicen sus divisiones sectarias. Alinearse con los estadounidenses pondría en peligro la paz social, pues grandes franjas de opinión nacionalistas en las provincias de Balochistán, Sindh y la Provincia de la Frontera Noroccidental no favorecen ninguna posición antiiraní", afirmó Kutty.

"Pakistán debería aconsejar precaución a Estados Unidos. Cualquier acción militar en Irán por parte de Estados Unidos o Israel generaría un impacto tremendo sobre buena parte de Asia meridional y central. No se puede prever qué fuerzas se desatarían", añadió.

"La línea oficial de Pakistán es correcta, pero es débil. Debería estar más fuertemente a favor de la paz y ser más pro-Irán", dijo Anis Haroon, secretaria general del capítulo pakistaní del Foro de los Pueblos Indo-Pakistaníes para la Paz y la Democracia.

"Es tiempo de que Pakistán deje en claro que no nos dejaremos mandonear. No hay razones para una acción militar estadounidense contra Irán", aseguró.

"Si Irán hace o no una bomba, eso dependerá de la situación internacional y a la luz de la gran cantidad de armas nucleares que posee Israel. Ninguna potencia de Medio Oriente que no esté alineada con Estados Unidos puede sentirse satisfecha al respecto", continuó.

"El deseo israelí de ser la única potencia nuclear de la región es puramente malintencionado y está guiado por su propio interés. Otros no pueden continuar tolerándolo, e Irán menos que nadie", puntualizó.

"Los estadounidenses deberían hacer un análisis costo-beneficio apropiado de una guerra en Irán. Deben decidir qué pesa más. Sólo podemos esperar y demandar que al final Estados Unidos opte por la paz", dijo Haroon.

"Los estadounidenses prácticamente mataron el Tratado de No Proliferación Nuclear al no implementar su parte en cuanto al desarme de buena fe, mientras se espera que otros abjuren de fabricar armas nucleares", afirmó el ex ministro de Justicia, Syed Iqbal Haider.

"Pakistán no puede no ser afectado si se comete una agresión contra Irán", dijo Haider. "Una guerra tendría un impacto político, social y psicológico directo sobre Pakistán."

"Los pakistaníes siempre contaron a los iraníes como sus amigos y es probable que continúen haciéndolo en el futuro. Pakistán tiene que mantenerse alejado de los estadounidenses", opinó Haider. "Por una vez, Pakistán debería seguir una fuerte línea independiente."

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