CUBA-REPÚBLICA CHECA: Máxima tensión

La negativa del gobierno de Cuba a prorrogar la visa de un diplomático de República Checa, que en reacción aplicó igual medida a un funcionario de la isla en Praga, remarca el bajo nivel político en que se mueven las relaciones entre ambos países.

"Es un gesto inhabitual e inamistoso", dijo a IPS Stanislav Kazecky, primer secretario para asuntos políticos, culturales y de prensa, quien recibió el miércoles un plazo de 72 horas para abandonar La Habana, luego que no le fuera renovado su documento diplomático de estadía.

Kazecky abandonará Cuba este sábado.

"Es un hecho sin precedentes", añadió el funcionario, quien admite que se ha reunido en varias ocasiones con miembros de la oposición interna, no reconocidos por el gobierno cubano, tal como hacen otros diplomáticos acreditados en La Habana.

"La República Checa mantiene una postura de principio hacia los derechos humanos y acá estamos haciendo lo que hacen otras embajadas", dijo en declaraciones a IPS.

Este viernes, el ministro cubano de Relaciones Exteriores, Felipe Pérez Roque, rompió el mutismo guardado inicialmente en torno el caso y acusó a Kazecky de realizar "continuamente trabajo de inteligencia, tareas subversivas" en la isla.

En opinión del jefe de la diplomacia cubana, el funcionario checo, quien ocupaba su cargo desde abril de 2004, trabajaba "realmente no para el gobierno checo sino para el gobierno de Estados Unidos" y su "aparato de subversión".

"Hemos tenido que requerirlo varias veces por intentar fotografiar, penetrar, tener acceso en las cercanías de instalaciones militares, en lugares donde no tiene nada que hacer; es un diplomático checo que se supone que venía aquí para representar los intereses de su gobierno", señaló.

En tanto, la cancillería checa decidió aplicar reciprocidad y anunció que no prorrogará el visado a Manuel Ángel Baltar, un diplomático cubano acreditado en Praga. Los documentos de Baltar vencen el próximo miércoles. Pero el canciller cubano restó importancia al asunto.

La "reacción que tenga el ministro checo (de Relaciones Exteriores, Cyril Svoboda) me tiene sin cuidado", dijo Pérez Roque a periodistas poco antes de reunirse con el canciller de la República del Congo, Rodolphe Adada, quien visita Cuba esta semana.

La República Checa es uno de los más fuertes partidarios de que la Unión Europea (UE) mantenga una política "dura" hacia La Habana y también desarrolla un gran activismo para censurar el historial de derechos humanos de Cuba en foros sobre el tema de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

Esa postura es considerada la fuente principal de frecuentes roces entre los dos países, el más reciente de los cuales aconteció en enero a raíz de la detención en La Habana durante unas 11 horas de la modelo Helena Houdova, Miss República Checa en 1999.

Houdova quiso realizar en un barrio popular habanero fotografías para un documental que las autoridades cubanas consideraron "inapropiadas".

La legislación cubana exige que todo visitante extranjero que entre al país para realizar actividades ajenas al turismo debe solicitar una visa especial y que puede disponerse la deportación de toda persona que no haya cumplido ese requisito.

A la vez, el 28 de octubre del pasado año, las autoridades impidieron que la embajada checa ofreciera una recepción con asistencia de numerosos disidentes en un hotel de la capital, con motivo de la fiesta nacional de ese país, que ingresó a la Unión Europea entre los 10 países que se sumaron el 1 de mayo de 2004.

En mayo de 2005, el senador checo Karel Schwanzenberg, fue deportado junto a otros legisladores europeos que quisieron asistir a un congreso de dos días en Cuba de la opositora Asamblea para Promover la Sociedad Civil.

Pero en la cita, sorprendentemente tolerada por el gobierno, que considera a todos los disidentes "mercenarios a sueldo del imperio", sí pudieron estar presentes miembros del cuerpo diplomático acreditado en la isla, entre ellos Kazecky.

Pero la crisis más prolongada se remonta a 2001, cuando los ciudadanos checos Ivan Pilip, ex ministro de educación y finanzas, y Jan Bubenik estuvieron arrestados, del 12 de enero al 5 de febrero, bajo cargo de "tratar de conspirar contra la Revolución".

Pilip y Bubenik fueron liberados gracias a la mediación del secretario general de la Unión Interparlamentaria, Anders B. Johnson, y del presidente del Comité de Derechos Humanos de los Parlamentarios, Juan Pablo Letelier.

Johnson y Letelier viajaron expresamente a La Habana para cumplir ese cometido, en el que tuvieron éxito tras varias reuniones con el presidente Fidel Castro y otras autoridades, así como de varios contactos con los arrestados.

Cuba reconoció en 1993 a República Checa y Eslovaquia, surgidas de la escisión de Checoslovaquia, aunque desde fines de la década del 80 criticaba fuertemente a los países ex socialistas que, como el caso checo, marchaban hacia la economía de mercado.

A su vez, Praga patrocinó entre 1999 y 2001 las mociones de censura a Cuba aprobadas por la Comisión de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas, organismo que este año fue sustituido por el Consejo de Derechos Humanos. (

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