Mientras 11 ex jefes de Estado se reunían en la sudafricana Universidad de Witwatersrand en la cuarta Mesa Redonda Presidencial Africana, surgieron dudas sobre lo que podían aportar al continente luego de dejar el poder.
El foro de dos días, que comenzó el jueves, fue organizado por el Centro Africano de Archivos Presidenciales e Investigación de la Universidad de Boston, en asociación con otras universidades estadounidenses y africanas.
Los ex mandatarios Daniel arap Moi (1978-2002), de Kenia, Jerry Rawlings (1979-2001), de Ghana, Kenneth Kaunda (1964-1991), de Zambia y Ketumile Masire (1980-1998), de Botswana, fueron algunos de los participantes de la mesa redonda en Johannesburgo, centro comercial de Sudáfrica.
Los temas en debate incluyeron la imagen de África en los medios de comunicación estadounidenses, el compromiso de la diáspora africana en el desarrollo dl continente y mecanismos para facilitar el flujo de capitales privados hacia la región.
Ciertos observadores ven las discusiones como una iniciativa que podría hacer buen uso de la experiencia de los ex gobernantes, pero otros desestiman este foro por considerarlo otra reunión de dudosos beneficios.
David Monyae, conferencista del Departamento de Relaciones Internacionales de la Universidad de Witwatersrand, dijo que los líderes estaban participando para "compartir sus experiencias con académicos, estudiantes y otros miembros del público en un espacio abierto donde se intercambian ideas".
"A veces queremos olvidarlos y seguir adelante a causa de los legados de algunos de estos líderes", agregó. "Pero para propósitos históricos importantes necesitamos comprometerlos en estos y otros asuntos actuales".
Christopher Fomunyoh, del Instituto Nacional Democrático para Asuntos Internacionales, tiene puntos de vista similares. Participó en la Iniciativa de Estadistas Africanos, que celebró un simposio en Bamako en 2005 para aprovechar experiencias de ex funcionarios.
El Instituto, sin fines de lucro, tiene su sede en Washington y asiste a líderes de todo el espectro político en la promoción de la democracia.
"Puede haber muchos resultados si se logra que las personas hablen sobre sus mandatos presidenciales en términos prácticos", dijo.
Según Fomunyoh, la reunión de la Universidad de Witwatersrand proporcionó un "banco de conocimiento que no se consigue fácilmente".
"Como la mayoría de ellos no escribe, comprometerlos en esta clase de foro podría ser beneficioso. Y también podrían ser aprovechados en roles de liderazgo en algunos de los temas y desafíos apremiantes que el continente enfrenta, a partir de sus experiencias pasadas", afirmó.
Y, lo que es más importante, "les haría darse cuenta de que todavía pueden jugar un papel positivo y que hay vida después de la casa de gobierno".
Si los ex jefes de Estado en ciertos países continúan jugando un papel activo en la vida pública, no se puede decir lo mismo de muchos líderes africanos que o bien siguen aferrados al poder hasta la muerte o son relegados al olvido luego de terminar su mandato.
Pero Ross Herbert, jefe de proyecto de la Nueva Asociación para el Desarrollo de África (Nepad por sus siglas en inglés) y del programa de gobernanza del Instituto expresó dudas sobre las posibilidades de éxito del foro.
"En teoría, la reunión tiene el potencial de lograr mucho. Pero me preocupa que no estén sobre la mesa los grandes temas", por ejemplo, "cómo explicar las gestiones débiles y egoístas (que existen) en la mayoría de los países africanos", dijo.
Además, persisten cuestiones sobre corrupción y otros flagelos que abundaron en los mandatos de los ex jefes de Estado y que subsisten como parte de sus legados.
Nepad es una iniciativa que aspira a atraer inversiones al continente a cambio de una mejor gobernanza. Comenzó en 2001, bajo la dirección de los presidentes Thabo Mbeki, de Sudáfrica, Olusegun Obasanjo, de Nigeria, Abdoulaye Wade, de Senegal, Hosni Mubarak, de Egipto, y Abdelaziz Bouteflika, de Argelia.
En el foro del año pasado los debates no fueron "suficientemente incisivos, bordeando el palabrerío de parte de los ex líderes", opinó Herbert.
"Los otros participantes se mostraron demasiado educados y amables, en lugar de presionar a los ex dirigentes a hablar sobre asuntos reales y concretos", agregó.
Si bien algunos ex mandatarios tienen dudosos antecedentes como gobernantes, esto no significa que lo que dijeron fue desechable, observó Prince Mashele, investigador del Instituto para los Estudios de Seguridad, con sede en Pretoria.
"Si hay un elemento positivo que podemos aprender de ellos, que así sea", dijo, señalando que el foro ofreció "un espacio para debatir y crear un puente entre estos líderes y las comunidades académicas".
Charles Stith, director del Centro Africano de Archivos Presidenciales e Investigación, destacó que la mesa redonda fue una iniciativa clave asumida por la institución para complementar el programa de estudios africanos de la Universidad de Boston.
La aspiración del centro es estudiar las tendencias de democratización y reforma del libre mercado en África, y proporcionar un ámbito de intercambio de puntos de vista sobre hechos políticos y económicos en África subsahariana, agregó.
En Estados Unidos y en otras partes del mundo, la vida después de la presidencia incluye el establecimiento de bibliotecas presidenciales y de otros centros de documentación y conocimiento para honrar la obra de ex gobernantes, algo que tiene pocos paralelos en África.
Con esto en mente, el Centro Africano de Archivos Presidenciales e Investigación estableció el Programa de Residencia de Presidentes Africanos, que ofrece a ex primeros mandatarios africanos democráticamente elegidos la oportunidad de pasar hasta dos años en la Universidad de Boston.
Masire, Kaunda, Karl Auguste Offmann (2002-2003) de Mauricio, y Ruth Perry (1996-1997) de Liberia ya pasaron un tiempo en ese centro. Se espera que el programa sea extendido a universidades africanas.