Los trabajadores guatemaltecos en Estados Unidos, sus familiares y la sociedad civil de Guatemala unirán fuerzas este lunes 1 de Mayo para boicotear los productos estadounidenses y exigir una ley migratoria justa y humana.
En el marco de las protestas programadas en Estados Unidos por la comunidad «hispana» contra el restrictivo proyecto de ley migratoria HR 4437, la Coalición de Inmigrantes Guatemaltecos (Conguate) participará en marchas que se llevarán a cabo en ciudades como Los Ángeles, Orlando o Nueva York.
Asimismo, sus miembros y simpatizantes acudirán a vigilias religiosas, concentraciones y actividades culturales que se realizarán en todos los estados con presencia de trabajadores guatemaltecos.
Unos 12 millones de inmigrantes indocumentados en Estados Unidos, de los cuales la mayoría son de origen latinoamericano, presionan por una reforma migratoria que legalice su estatus.
En Guatemala, coincidiendo con la celebración del Día Internacional de los Trabajadores, el Movimiento Indígena, Campesino, Sindical y Popular, al que pertenece la Confederación General de Trabajadores de Guatemala (CGTG), ha llamado a apoyar el boicot a los productos estadounidenses y a una marcha por la capital de este país, en solidaridad con los trabajadores emigrados.
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En declaraciones a IPS, Alberto Ramírez, representante de la CGTG, reclamó al gobierno que «intervenga a favor de los connacionales en Estados Unidos» y exhortó a «beber limonada en lugar de productos gringos», en referencia a refrescos como la Coca-Cola.
El obispo auxiliar metropolitano de la Iglesia Católica, Gonzalo de Villa, secretario general de la Conferencia Episcopal de Guatemala, apoyó las movilizaciones de inmigrantes.
La mayoría de las iglesias evangélicas, tanto en Estados Unidos como en Guatemala, respaldan las peticiones de los inmigrantes. Manuel de Jesús Dionisio, secretario ejecutivo de la Alianza Evangélica de Guatemala, anunció su «solidaridad con el boicot».
Marlon González, presidente de Conguate, agradeció el apoyo de la sociedad civil y las iglesias, y reiteró que la legalización es «el mejor medio para resolver el problema migratorio».
En cuanto a la disparidad de criterios de las organizaciones de inmigrantes latinoamericanos sobre la convocatoria a una huelga el 1 de Mayo, González rechazó que existiera división en el movimiento, y precisó que «se respetará la forma de manifestarse de cada organización, según su tamaño y capacidad».
El 1 de Mayo no es feriado en Estados Unidos, por lo que los inmigrantes se enfrentan a perder un día de sueldo e inclusive a despidos si no van a trabajar.
Miembros de la Alianza Nacional de Comunidades de Latinoamérica y Caribeñas (Nalacc por sus siglas en inglés) se reunieron el miércoles con la Comisión de Migrantes del Congreso legislativo de Guatemala para exponer los cuatro puntos básicos de sus peticiones.
Estos son el derecho a la residencia permanente en Estados Unidos para aquellos que lleven años trabajando con una buena conducta ciudadana, la reducción los plazos de las listas de espera para la reunión de familias, que hoy llegan a los veinte años, un programa de «trabajadores huéspedes» (visas temporales de trabajo) para ordenar el flujo migratorio, y la integración social y económica de los inmigrantes.
El ministro de Relaciones Exteriores guatemalteco, Jorge Briz, se opuso al boicot, pero aseguró que trasladaría las peticiones de Nalacc al resto de cancilleres centroamericanos y de México y a legisladores estadounidenses durante una reunión en Washington los días 2 y 3 de mayo.
En ese encuentro, los funcionarios latinoamericanos pretenden influir en la redacción final de la ley migratoria que se votaría en el Senado estadounidense en el mes de mayo.
Además del proyecto HR 4437, votado en enero por la Cámara de Representantes de Estados Unidos y que criminaliza la inmigración indocumentada y prevé penas para quienes empleen o asistan a extranjeros sin visa, otra propuesta redactada por senadores contempla medidas más cercanas a los reclamos latinoamericanos, pero no ha conseguido consenso en la cámara alta.
La reforma migratoria de Estados Unidos es un asunto prioritario en Guatemala, pues unos 1.300.000 guatemaltecos viven en ese país, 600.000 de ellos indocumentados.
El vicepresidente de la Comisión de Migrantes del Congreso guatemalteco, Ángel Noé, reconoció que esta nación no estaba preparada para una posible deportación masiva, dada «la inseguridad y la falta de empleo en el país».
Además, según la Organización Internacional para las Migraciones, 3,6 millones de guatemaltecos recibieron en 2005 remesas de sus familiares en Estados Unidos por valor de 2.992 millones de dólares, una cifra superior a las exportaciones y que constituye 10 del producto interno bruto nacional.