La Unión Europea (UE) destinará 500 millones de euros (600 millones de dólares) a combatir los efectos laborales nocivos de la mundialización, según detalles divulgados esta semana.
El Fondo Europeo de Globalización (EGF, por sus siglas en inglés) fue presentado el miércoles por la Comisión Europea, brazo ejecutivo de la UE, y está destinado a ayudar a un máximo de 50.000 trabajadores a adaptarse a los cambios de industrias clave en las regiones más afectadas por la apertura del comercio mundial.
El fondo será utilizado para complementar la asistencia ya ofrecida a los trabajadores en los planos nacional, regional y local.
Gracias a este nuevo plan, el dinero podría ser utilizado en caso de que el desmantelamiento de una compañía grande o un sector de la industria afecte al menos a 1.000 personas o a uno por ciento de los trabajadores de una región.
El fondo podría ser destinado a la capacitación de los empleados para nuevos trabajos, o para ayudarlos financieramente por un plazo de 18 meses antes de ser despedidos, bajo la forma de seguros de desempleo o de complementos salariales para trabajadores mayores de 50.
Se estima que los recursos alcanzarían a entre 35.000 y 50.000 personas que trabajan en las industrias textil o automotriz, o cualquier otro sector que pueda verse afectado a consecuencia de las presiones de la globalización.
Al anunciar las medidas, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, aseguró que el fondo demuestra el compromiso del bloque con aquellos alcanzados por los efectos de la globalización.
"El fondo de ajuste a la globalización expresará la solidaridad de la Unión hacia aquellos severa y personalmente afectados por los despidos a consecuencia de los cambios en el comercio. Así, brindará un estímulo para responder apropiada y efectivamente al impacto adverso de la apertura de mercados. El fondo ayudará a los trabajadores despedidos a volver a trabajar, porque queremos una UE competitiva, pero también justa", dijo.
"Este fondo es sobre la gente", dijo Vladimir Spidla, comisario europeo de Empleo, Asuntos Sociales e Igualdad de Oportunidades.
"En una economía globalizada, algunos trabajadores de ciertos sectores pierden lamentablemente sus empleos. Si la UE toma decisiones de comercio exterior, es lógico que se haga responsable a través de este nuevo fondo, de asegurar a quienes perdieron sus trabajos que en un ambiente económico cambiante no son ni olvidados, ni ignorados", dijo.
La Comisión ideó el EGF respondiendo a reclamos luego que la fabricante estadounidense de computadoras Hewlett Packard decidió eliminar 6.000 puestos de trabajo en Europa, principalmente en Francia, en septiembre de 2005.
Los líderes europeos aprobaron las medidas en diciembre como parte del acuerdo sobre el presupuesto del bloque para los próximos siete años.
La Comisión considera que el fondo es necesario para combatir los efectos de la apertura comercial hacia otros países.
"Un comercio más abierto trae beneficios totales para el crecimiento y el empleo, pero puede costar algunos puestos de trabajo. Todos los Estados miembros, grandes y pequeños, viejos y nuevos, pueden verse afectados con estos cambios y por lo tanto disponer de la asistencia del EGF", afirma una declaración de la Comisión.
Pero los críticos del fondo dicen que el EGF no es la solución apropiada para el desempleo y otros problemas sociales en Europa.
Eurochambers, la Asociación de Cámaras de Comercio e Industria de Europa, afirma que el fondo es un "error" y enviará el mensaje equivocado a los empresarios.
"La globalización debería ser presentada y percibida como una oportunidad para Europa de generar crecimiento y crear empleos en sectores orientados hacia el futuro", dijo a IPS el secretario general de Eurochambers, Arnaldo Abruzzini.
"En cambio, este fondo puede dar la impresión de que podemos proteger a Europa del resto del mundo, cuando no es así", añadió.
Eurochambers también está preocupada por el mecanismo de implementación del fondo que, afirma, aún es inestable.
"Parecería que en respuesta a presiones locales, el dinero irá a subvencionar empleos, lo cual puede ofrecer ganancias sociales a corto plazo pero, a la larga, no estimulará el cambio necesario en la economía", dijo Abruzzini.
"Eurochambers también cuestiona el riesgo de superposición con el Fondo Social Europeo, que ya está disponible para combatir el desempleo y fomentar la cohesión social", añadió.
"De cualquier forma, es destacable que se hayan identificado 500 millones de euros que no se habían gastado. Si esos fondos están disponibles, deberían ser destinados a medidas positivas, que alienten al empresariado, promuevan los negocios europeos en el mercado global y apoyen la investigación y el desarrollo", agregó.