La reaparición de la fiebre aftosa en Argentina frustra una vez más las expectativas de productores y exportadores de carne del Mercosur, justo cuando el mercado mundial le es muy favorable a raíz de problemas sanitarios y climáticos que afrontan sus competidores.
Los focos de esta enfermedad detectados en octubre pasado en Brasil, en ganado de los estados de Mato Grosso, en el oeste, y Paraná, en el sur, asestaron un duro golpe a las ventas de carne bovina de ese país, que hoy es el primer exportador mundial de ese producto, seguido de Argentina.
Precisamente, ahora le tocó el turno a Argentina, con la aparición de animales enfermos de aftosa en un establecimiento rural de la nororiental provincia de Corrientes.
Los ganaderos argentinos acaban de celebrar la clausura de un año récord en ventas, con 1.390 millones de dólares de exportaciones y un volumen colocado que superó en más de 30 por ciento al registrado en 2004.
La intensa actividad con destino al mercado internacional había provocado incluso el alza de los precios de la carne vacuna en el país, con el consecuente descontento del gobierno y su afán por controlar la inflación.
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Pero en apenas unas horas, el panorama cambió. El Servicio Nacional de Sanidad Animal (Senasa) declaró en la víspera la emergencia sanitaria en todo el país a raíz del brote de aftosa en Corrientes, donde las autoridades ordenaron de inmediato cercar la zona y sacrificar a los animales del rodeo enfermo.
La respuesta oficial fue inmediata, al igual que la reacción de los importadores. Brasil, Chile, Colombia, Guatemala, Israel, Paraguay, Perú, Singapur, Sudáfrica y Uruguay prohibieron a las pocas horas el ingreso de ganado vacuno en pie, carne y subproductos provenientes de todo el territorio argentino.
En tanto, Rusia y la Unión Europea (UE), principales clientes de la carne bovina argentina en la actualidad, optaron por limitar la prohibición a los productos de ese tipo procedentes sólo de la zona afectada.
El portavoz de la UE para temas de Salud y Derechos del Consumidor, Philip Todd, confió este viernes en que la restricción se reduzca a los departamentos interdictados de Corrientes.
El Mercosur (Mercado Común del Sur), conformado por Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, provee casi 50 por ciento del mercado mundial de carne vacuna. No obstante, todavía está bajo análisis un proyecto de plan de acción conjunta para llegar a un bloque libre de la enfermedad.
La fiebre aftosa es una enfermedad viral que rara vez ataca a los seres humanos, pero causa fiebre, malestar y lesiones dolorosas en el ganado vacuno, ovino, porcino y de otro tipo, utilizados para la alimentación.
Como en animales jóvenes, puede ser mortal, mientras que los demás sufren de pérdida de peso, retraso en el crecimiento y disminución de la lactancia, lo que constituye en realidad un problema de comercio y no de salud pública.
En diálogo con IPS, el ingeniero agrónomo Alberto de las Carreras, vicepresidente de la Cámara de Exportadores de Argentina y autor del libro "La aftosa en Argentina", consideró que la reaparición de la aftosa en la actual coyuntura "es una catástrofe" para Argentina y para sus socios del Mercosur.
"No me caben dudas de que se cerrarán mercados", vaticinó el experto, quien entiende, además, que es probable que los países que dictaron una medida preventiva drástica, como es la prohibición de importaciones provenientes de todo el país, acoten más adelante esa restricción exclusivamente a la producción procedente del área afectada.
De todos modos, De las Carreras descartó la posibilidad de que el fenómeno provoque una caída de los precios debido a que aún es baja la oferta internacional. En este punto, coincidió con el director técnico de la consultora agropecuaria brasileña FNP, José Vicente Ferraz.
El experto brasileño explicó a IPS que el brote en Argentina "agrava el cuadro de escasez" de carne vacuna en el comercio mundial, que ya se advertía a raíz de múltiples factores, tales como la sequía prolongada en Australia, la detección de un caso de encefalopatía espongiforme bovina o mal de las vacas locas en Estados Unidos y el foco de aftosa del año pasado en su país.
Este cuadro "obliga al mercado importador internacional a reaccionar con pragmatismo, apurando el fin de los embargos o flexibilizándolos", señaló.
Como demostración de su argumento, Ferraz comentó que el brote de aftosa en Brasil no significó un gran impacto en sus exportaciones de carne, que aumentaron 30 por ciento en 2005 respecto del año anterior. La aftosa solo provocó una desaceleración de esta tendencia, por eso se espera que en Argentina ocurra lo mismo.
"La regionalización de las restricciones es lo que corresponde en estos casos", opinó De las Carreras, quien sostuvo que la "sobreactuación" en materia de prohibición de compras podría interpretarse como una forma de proteccionismo frente a un país competitivo en materia ganadera.
Del mismo modo, el experto explicó que los cortes deshuesados y enfriados por más de 48 horas no transmiten la enfermedad. Por lo tanto, las restricciones no deben generalizarse sino que deben segmentarse también según el tipo de producto.
En tanto en Uruguay, otro protagonista fuerte en los mercados mundiales de carne bovina, su Ministerio de Agricultura prohibió la entrada de productos y subproductos de origen animal sin tratamiento térmico hasta conocer el alcance del brote en el vecino país. Además dispuso un férreo control de fronteras con Argentina con asistencia de persona militar.
El director de Sanidad Animal de Uruguay, Hipólito Tapié, subrayó en conferencia de prensa que las autoridades sanitarias argentinas se habían comunicado por teléfono con sus pares uruguayas apenas constataron el brote.
Una situación totalmente opuesta se había registrado en 2000, cuando el entonces gobierno de Fernando de la Rúa (1999-2001) demoró varios meses en reconocer la presencia de la enfermedad en rodeo de su país, lo cual ayudó a extender la enfermedad a Uruguay.
Pero el mayor temor de Montevideo es que el brote de aftosa en el país vecino eche por tierra los esfuerzos para lograr una reapertura del mercado mexicano, que según habían asegurado las autoridades era inminente.
Sin embargo, las autoridades de México le aseguraron al director de Servicios Ganaderos de Uruguay, Francisco Muzio, quien se trasladó de urgencia a ese país, que siguen interesados en recibir la carne vacuna madurada y desosada uruguaya.
Para De las Carreras, lo que debería hacer el bloque es "unir esfuerzos" en el control de la aftosa, incluso a costa de "ceder soberanía", permitiendo la vigilancia internacional de las autoridades de un país sobre el otro. Inclusive recomendó extender este control a toda América del Sur.
* Aportes de Mario Osava (Brasil) y de Raúl Pierri (Uruguay)