La Unión Europea (UE) afirmó que los biocombustibles ofrecen grandes beneficios a los países en desarrollo, en especial los perjudicados por el cambio en la política comercial azucarera del bloque.
La Comisión Europea, rama ejecutiva de la UE, develó el miércoles su nueva estrategia para la promoción de los biocombustibles en su propio mercado y en el Sur en desarrollo.
El plan consiste en impulsar la producción de combustibles alternativos, como el biodiesel y el etanol, a través de asistencia adicional e inversiones, con el objetivo de reducir la gran dependencia europea del petróleo y el gas natural.
La estrategia también examina las posibilidades económicas que presentan varios países en desarrollo y establece medidas par alentar a esas naciones a convertirse en productores de biocombustibles.
El informe de la Comisión, que detalla el plan de acción sobre biomasa adoptado en diciembre, impone tres grandes objetivos: "Promover los biocombustibles en la UE y en los países en desarrollo, preparar el terreno para el uso de biocombustibles a gran escala y apoyar a los países en que la producción de biocombustibles podría estimular el crecimiento económico sustentable."
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Estos fluidos, elaborados sobre la base de la biomasa —elementos orgánicos como los desechos de la madera, los cultivos y los animales— pueden emplearse como combustible de vehículos y son considerados en la UE como medio para reducir las emisiones de gases invernadero, causantes del recalentamiento planetario.
En varios países en desarrollo, la producción de biocombustibles podría estimular la economía, brindar beneficios ambientales, crear empleos, reducir las importaciones de energía y abrir una oportunidad exportadora, según la Comisión.
Al presentar el documento a la prensa, el comisario de Desarrollo de la UE, Louis Michel, afirmó que los agricultores pobres de países del Sur productores de biocombustibles son potenciales receptores de la asistencia del bloque.
Tal opción productiva podría aliviar los efectos de las reformas del régimen de comercio azucarero aprobadas recientemente por la UE, y por el cual se recortaría la asistencia a los productores de caña de África y el Caribe, según Michel.
"Muchos países en desarrollo están naturalmente bien ubicados para la producción de biocombustible, en particular aquellos tradicionalmente azucareros. La expansión del mercado europeo para este producto les brindará nuevas oportunidades exporadoras", aseguró.
La Comisión sostuvo que se asegurará de que las nuevas medidas permitan a los países de África, el Caribe y el Pacífico (grupo ACP) cultivadores de azúcar "el desarrollo de la producción de bioetanol", a través de la creación de "un paquete de asistencia coherente".
El grupo ACP ponderó el miércoles la estrategia divulgada por la UE, pero advirtió que sus países necesitarán mayor apoyo para gozar de sus beneficios.
"Existe, es cierto, potencial para que los países ACP azucareros desarrollen biocombustibles, y ya hay planes implementados en algunos. Pero para que el plan sea exitoso se requerirá una considerable inversión de capital", dijo a IPS un portavoz del grupo de ex colonias europeas.
"Hasta el momento, aparte de la compensación de 40 millones de euros (48 millones de dólares) acordada para 2006, los países ACP no tienen garantías de asistencia financiera clara y segura para ayudarlos a diversificar sus industrias tras la reforma del régimen azucarero de la UE", agregó el vocero.
"Por eso es crucial que se establezca un fondo seguro y sustancial" para el periodo 2007-2010, concluyó.
Los países ACP podrían perder más de 300 millones de dólares anuales en exportaciones directas debido al recorte gradual de 39 por ciento al precio mínimo de referencia del azúcar blanca garantizado por la UE entre 2007 y 2009.
El cambio de régimen fue una exigencia de la Organización Mundial del Comercio (OMC), como respuesta a una demanda encabezada por Brasil, Australia y Tailandia, según la cual las exportaciones subsidiadas de la UE sobrepasan el límite fijado por el sistema multilateral de intercambio.
En la denuncia fueron cuestionadas tanto las exportaciones de excedentes producidos en los países europeos, como los 1,6 millones de toneladas de azúcar bruto que la UE importa de países ACP y de India, en condiciones preferenciales, que luego refina y vuelve a exportar con subsidios.
Estas ayudas distorsionan los precios e impiden competir en el mercado europeo a productores de países en desarrollo fuera de ACP, y en especial a los de América Latina, grandes plantadores de caña de azúcar.
La Comisión Europea, órgano ejecutivo del bloque, propuso destinar 228 millones de dólares anuales a los países ACP entre 2007 y 2013 para contrarrestar el impacto de la reforma azucarera.
Pero esas naciones señalan que la cifra apenas cubrirá sus pérdidas, y que serían necesarios al menos 600 millones para realizar una reconversión productiva.
De acuerdo con el régimen anterior, el precio garantizado por la UE a los países ACP por su azúcar triplica el promedio del mercado mundial.