ELECCIONES-UGANDA: Un mes más de violencia

Las primeras elecciones multipartidarias en un cuarto de siglo en Uganda se celebrarán este jueves, pero la violencia de la campaña promete seguir un mes más, pues ningún candidato a presidente tiene asegurado el triunfo en primera vuelta.

Cinco aspirantes se disputan la presidencia y un millar los escaños parlamentarios por 283 circunscripciones electorales, en 69 de las cuales se elegirá únicamente a mujeres. Otros cargos legislativos se reservarán a sectores particulares, como los discapacitados.

El presidente Yoweri Museveni, del Movimiento Nacional de Resistencia (NRM), y Kizza Besigye, del Foro para el Cambio Democrático (FDC), son los candidatos favoritos a ocupar la jefatura de Estado.

Miria Obote, esposa del ex presidente Milton Obote, es la candidata del Congreso Popular. John Ssebana Kizito representa al Partido Demócrata, y Abed Bwanika compite como independiente.

Encuestas publicadas por el diario Daily Monitor y el semanario Weekly Observer la semana pasada indican que ni Museveni ni Besigye obtendrán más de la mitad de los votos, el mínimo requerido para la elección en primera ronda del presidente.
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Museveni es el candidato que cuenta con más intención de voto, de acuerdo con los sondeos, pero Besigye tiene mayores posibilidades de triunfo en una segunda vuelta, dado que despierta menos rechazo que el actual presidente.

Por otra parte, observadores temen que el poderoso ejército no apoye a Besigye en caso de que gane las elecciones.

Las fuerzas armadas han sido acusadas de provocar varios episodios de violencia, como parte de una campaña de intimidación del gobierno.

La semana pasada, tres personas murieron cuando un soldado vestido de civil disparó contra una multitud de simpatizantes de Besigye en el poblado de Mengo, cerca de la capital, Kampala.

El soldado afirmó que había usado su arma en defensa propia contra la furiosa muchedumbre. Pero testigos aseguraron que el pistolero condujo provocativamente su vehículo, decorado con carteles de Museveni, a través de la manifestación.

Un día antes, la organización de derechos humanos Human Rights Watch (HRW) informaba desde su sede en Nueva York que, según sus parámetros, las elecciones no serían libres ni justas, debido al acoso gubernamental contra la oposición.

"El partido gobernante de Yoweri Museveni juega sucio al intimidar al electorado y socavar a la oposición", indica el informe, titulado "Esperanza y miedo: Elecciones presidenciales y parlamentarias en Uganda".

Cuatro días después, siete vehículos acorazados repletos de soldados arremetieron contra un grupo de opositores que aguardaban la llegada de Besigye al oriental poblado de Mukono. La estampida causó heridas a varias personas, dos de las cuales se encuentran en grave estado.

El jefe de seguridad del NRM, James Kinobe, sostuvo, a modo de explicación, que los seguidores del FDC suelen bloquear el tránsito al realizar sus actos cerca de las carreteras.

Portavoces del FDC interpretan los episodios de violencia no como un mero hostigamiento, sino como una operación articulada para asesinar a Besigye.

"Nuestro candidato estaba dentro de un radio de 100 metros del sitio del tiroteo en Mengo, en lo que consideramos el primer atentado contra su vida", dijo el lunes el representante del FDC ante la comunidad internacional, Sam Akaki.

Besigye fue, en otros tiempos, médico personal de Museveni y su camarada en la guerrilla. Este jueves competirá en las urnas por segunda vez con el presidente ugandés.

En 2001, perdió y se impuso un autoexilio en Sudáfrica, luego de que funcionarios le acusaran de vínculos con una organización insurgente. Besigye rechazó la imputación.

Al regresar a fines del año pasado, Besigye afrontó demandas judiciales por traición, terrorismo y violación. Fue encarcelado y liberado tras el pago de una fianza, cuando la campaña ya llevaba semanas de iniciada.

Desde entonces, el candidato opositor ha dividido su tiempo entre los estrados judiciales y los actos de campaña. Sus detractores llegaron a poner en duda sus calificaciones académicas con el fin de impugnar su postulación.

Según Human Rights Watch, "la oposición está de manos atadas por acusaciones penales políticamente motivadas contra sus líderes".

Museveni llegó al poder en 1986, luego de derrotar al presidente Tito Okello, quien, a su vez, había ocupado la presidencia a través de un golpe militar. El antecesor de Okello fue Milton Obote, contra quien el NRM combatió durante cinco años en una guerra de guerrillas.

El sistema multipartidario fue eliminado por Museveni apenas llegó al gobierno. La ciudadanía restauró el sistema a través de un referéndum. En esa enmienda constitucional, el presidente también logró que se admitiera la posibilidad de un tercer periodo de gobierno consecutivo.

Los donantes internacionales cuestionaron los intentos de Museveni por mantenerse en el poder y recortaron los fondos de asistencia o, directamente, la retiraron.

Los últimos acontecimientos recuerdan los días oscuros del régimen de Obote o, aun más atrás en el tiempo, el de Idi Amin Dada, caracterizados por la violencia y las violaciones de derechos humanos.

"Nos han recomendado almacenar alimento en nuestros hogares y combustible para los vehículos. Espero que usted esté haciendo lo mismo", dijo a la periodista de IPS el empleado de una organización no gubernamental internacional.

"Nadie sabe qué sucederá. Las cosas no pintan bien. Las ventas están lentas", dijo el comerciante Fred Kamuntu, de Kampala.

Pero el portavoz de la policía Asuman Mugenyi dijo a IPS que las autoridades mantendrán la ley y el orden.

"Intensificamos las patrullas de a pie y en automóvil. También reforzamos nuestras filas con personal de otras agencias de seguridad", anunció.

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