Con el crecimiento de 27,9 por ciento proyectado para este año, la economía de Angola entró en un proceso de aceleración que triplica el de China. Ante ello, los empresarios portugueses no dejarán pasar la oportunidad de realizar buenos negocios en su antigua «provincia de ultramar».
Los inversores extranjeros comenzaron a mirar hacia Angola como uno de los países con mayor potencial, desde el fin de la guerra civil iniciada en 1975, cuando los últimos soldados del ejército de Portugal embarcaban de regreso a la ex metrópoli, y que concluyó en febrero de 2002, con la muerte en combate del líder rebelde Jonas Malheiro Savimbi.
En varias oportunidades, el primer ministro y líder del socialismo portugués José Sócrates ha insistido con evidente buen humor, que las tres prioridades de la política exterior de su país son "España, España y España".
Pero su primera visita oficial será a Angola, que, con su 1,25 millones de kilómetros cuadrados, es la más vasta ex colonia portuguesa en África y la segunda en el mundo detrás Brasil.
Sócrates aterrizará en abril en Luanda, la capital de Angola, inaugurando de ese modo las visitas oficiales desde que tomó posesión del cargo hace un año, una fase descrita por el gobernante lusitano como una nueva etapa "cuya prioridad será promover las inversiones portuguesas".
Sin embargo, una vanguardia de exploradores de mercado compuesta por varias instituciones financieras, empresarios y técnicos portugueses, ya se encuentra en el terreno, evaluando las posibilidades que ofrece el mercado que más crece en el mundo.
Entre las empresas, se cuentan todas las grandes constructoras portuguesas, tales como Soares da Costa, Teixeira & Duarte, Mota-Engil y Somage, para disputar el enorme negocio de la reconstrucción de un país devastado por la guerra y cuyo monto todavía es una incógnita.
Otras empresas de los más diversos sectores, también concurren al floreciente mercado angoleño.
Entre ellas se destacan los Transportes Aéreos Portugueses/TAP, las productoras de cemento Cimpor y Sesil y de pinturas CIN, de automóviles Salvador Caetano y Auto-Sueco Portugal, Texto Editora, especializada en libros escolares, la consultora Delloite-Portugal y varias industrias eléctricas y electrónicas.
En el sector financiero, la firma estatal Caixa Geral de Depósitos (CGD), el principal banco portugués y uno de los 50 mayores del mundo, decidió realizar una alianza estratégica con el banco español Santander para entrar en el Banco Totta de Angola (BTA), con respectivos 51 por ciento para el primero y 49 por ciento para el segundo.
La inversión será realizada a través de un aumento de capital proporcionado por portugueses y españoles, que ronda los 100 millones de dólares y que se unirían a los 197 millones de dólares con que el banco angoleño contaba al final del ejercicio de 2005, un aumento de 30 por ciento frente a las cifras registradas en 2004.
El secreto del crecimiento relámpago del BTA se descubre en el apoyo a empresas que se establecen en Angola, habiendo registrado el año pasado un aumento del crédito de 89 por ciento, respecto de 2004, situándose en 51 millones de dólares, según estimaciones de un estudio realizado por especialistas del lisboeta Diario Económico.
Además de la CGD, dos de las mayores instituciones financieras lusas, el Banco Portugués de Inversiones (BPI) y el Banco do Espirito Santo (BES), en estos días se encuentran reforzando su presencia en Angola.
A través del Banco de Fomento de Angola —institución financiera que el año pasado registró un crecimiento de 162 por ciento— el BPI controla una cuota de mercado de 19,67 por ciento del total de la red bancaria del país africano, cifra que a su vez, representa 28,5 por ciento de sus resultados consolidados totales en 2005.
La estrategia de expansión del BES, que comenzó en 2002, proseguirá este año con la apertura de 10 nuevas sucursales en todo el país que en 2005, representó 12,3 por ciento de sus lucros totales, con un crecimiento en Angola de 350 por ciento respecto del año anterior.
A pesar de que este grupo financiero cuenta con vastos intereses económicos en Brasil y Paraguay, así como sucursales en Alemania, Bahamas, Bélgica, Canadá, China, Estados Unidos, España, Francia, Gran Bretaña, Irlanda, Islas Caimanes, Italia, Macao, Sudáfrica y Venezuela, en 2005 Angola representó 12,3 por ciento de sus lucros totales.
El ex piloto de compañías aéreas comerciales y actual empresario informático portugués Manuel Calçada, nacido hace 44 años en la todavía provincia de ultramar luso-africana de Angola, aseveró a IPS que ese país "es tal vez hoy el que tiene mayor potencialidad de inversiones en todas las áreas económicas".
Tras una ausencia de tres décadas, Calçada evalúa su reciente visita a la tierra que le vio nacer y a la cual piensa regresar, porque "las inversiones están ahora mucho más facilitadas, muy apoyadas por los bancos portugueses e internacionales que operan en el país y, muy especialmente, los que piensan asociarse con angoleños"
La burocracia, una de las barreras más difíciles de salvar en África y que agobia a los potenciales inversores, ahora se ve bastante simplificada, "porque muchos angoleños becados en el extranjero ahora están asumiendo posiciones de dirigencia en empresas o convirtiéndose en cuadros técnicos del aparato del Estado e inclusive otros, que regresan y toman la nacionalidad como podrá ser mi caso".
En cuanto a las perspectivas, Calçada advirtió empero que "toda empresa extranjera interesada en operar en Angola, deberá tomar en cuenta que las infraestructuras reflejan hoy los 30 años de guerra en que no fue posible invertir en éstas y ni siquiera mantenerlas, por lo que hay que esperar dificultades en sistemas básicos, tales como electricidad y abastecimiento de agua, entre otros"
El registro de actividades, pese a ser hoy "mucho más simple, es de todas maneras bastante moroso y es por eso que muchos inversores optan por adquirir una empresa local o concertar sociedades con empresarios o empresas nacionales", añadió.
Calçada explicó que "al registrar una empresa de derecho angoleño (empresa nacional), el acceso a cualquier área de actividad se torna muy simplificado y esa ha sido la opción de casi la totalidad de las compañías que se establecen no país".
Esas firmas de todas maneras no pueden evitar "el elevado costo del metro cuadrado de terreno en el área de Luanda, que se sitúa hoy en día, al nivel de las capitales más caras del mundo".
Pero el empresario subraya que no todo se decide en Luanda, porque en el interior del país existen numerosas oportunidades de negocios.
A modo de ejemplo, precisó que "no hay que olvidar que la guerra destruyó casi todas las vías ferroviarias",
Esas vías están ahora en una fase de recuperación merced un acuerdo entre los gobiernos de Angola y de China, lo que abre innumerables oportunidades, en especial en la industria agroalimentaria, que necesita transportar sus productos del interior del país para abastecer las ciudades"
"Las oportunidades son innumerables, con prácticamente todo un país para ser levantado de las cenizas de la guerra, lo que explica su gigantesco crecimiento económico de casi 30 por ciento", concluyó Calçada.
No obstante el claro optimismo, tanto de los grandes grupos financieros portugueses como de un singular inversor como el luso angoleño Calçada, la Organización Mundial de Comercio (OMC) advirtió en un reciente informe que Angola deberá forzosamente diseminar los beneficios del crecimiento para promover el desarrollo.
En su análisis, citado por "Diario Económico", la OMC apunta que "Angola hizo progresos significativos en la promoción del crecimiento y de la estabilización de la economía, sobretodo de las balanzas macroeconómicas".
Su considerable potencial en agricultura, pescas e industria transformadora, según esta organización internacional, no han solucionado los agobiantes flagelos de la pobreza extrema y las desigualdades, "que están profundamente enraizadas, al tiempo que persisten problemas de competitividad y gobernabilidad"
Las perspectivas del país dependen del buen desempeño de la industria de diamantes y petrolífera, los dos grandes motores de la economía angoleña, coinciden todos los análisis de organizaciones internacionales, universidades y de la prensa especializada.
Pero también serán cruciales para el desarrollo de todo su vasto territorio, la limpieza de los campos minados, que permita el regreso a sus campos y aldeas de una población de los prófugos de guerra calculados en un tercio de los 12,8 millones de habitantes en 2001, el último año del trágico conflicto armado que se saldó con 1,1 millones de muertos. (