Mientras la Unión Europea (UE) continúa con sus polémicas negociaciones comerciales con ex colonias, un destacado centro académico asegura que hay «claras alternativas» a los acuerdos interregionales.
El Centro Europeo para la Administración de Políticas de Desarrollo sostuvo que el grupo de 77 ex colonias de África, el Caribe y el Pacífico (países ACP) tiene "una amplia gama de escenarios alternativos" a los Acuerdos de Asociación Económica (EPA, por sus siglas en inglés) que negocia actualmente con la Comisión Europea, órgano ejecutivo de la UE.
El Centro es una organización con sede en la ciudad holandesa de Maastricht que busca a mejorar las relaciones comerciales y de asistencia entre la UE y los países ACP.
Los EPA no son la única opción para garantizar pactos compatibles con el acceso a mercados promovido por la Organización Mundial del Comercio (OMC), señala el Centro.
Los EPA son convenios de preferencias comerciales recíprocas en el marco del llamado Pacto de Cotonou, entre la UE y el grupo de 77 países ACP. El acuerdo lleva el nombre de la ciudad de Benín donde fue firmado en junio de 2000.
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Los convenios propuestos bajo el Pacto de Cotonou eliminarían los aranceles a los productos de importación y facilitarían a los países de la UE la venta de bienes subsidiados a las naciones ACP. Se prevé que estos acuerdos estarán firmados para diciembre de 2007 y serán aplicados entre 2008 y 2020.
Éste es un año crucial para las negociaciones, ya que se deben presentar los borradores de los EPA para iniciar un minucioso proceso de revisión.
Sin embargo, algunas organizaciones no gubernamentales temen que, en su actual forma, los EPA no brinden oportunidades reales de desarrollo a los países ACP.
La UE sostiene que los EPA integrarán a las naciones ACP a la economía mundial, promoverán el desarrollo sustentable y contribuirán a la erradicación de la pobreza, pero activistas señalan que hasta ahora las negociaciones sólo se han concentrado en asuntos comerciales.
"Los países ACP entraron a estas negociaciones de buena fe, pero la UE se ha concentrado hasta ahora más en asuntos comerciales que en responder a las preocupaciones de desarrollo de muchos países", señaló el Centro en un comunicado difundido el 23 de este mes.
Pero a pesar de esta preocupación, ninguna alternativa concreta ha sido presentada por las naciones ACP hasta ahora.
El informe del Centro, elaborado a pedido de las organizaciones internacionales no gubernamentales Oxfam y Both Ends, demuestra que sí hay opciones para estos países.
"Las naciones ACP no deben sentirse obligadas a firmar un acuerdo insatisfactorio. El estudio plantea más de una docena de escenarios que pueden ayudar a estos países en su decisión de acuerdo con sus realidades y sus planes económicos a largo plazo", dijo a IPS Sanouss Bilal, uno de los autores del trabajo.
Una de las opciones señalada por el Centro es conocida como el "enfoque minimalista" de los EPA.
Se trata de un acuerdo de libre comercio que abre los mercados de los países ACP al mínimo nivel necesario para garantizar el cumplimiento de las reglas de la OMC, pero evita los potenciales efectos negativos de una drástica liberalización.
En un segundo lugar, las negociaciones con la UE podrían adoptar un enfoque de largo plazo, que considere las limitaciones de oferta de los países ACP y construya efectivos mercados regionales.
Pero el Centro sostuvo que la alternativa "más realista" a los EPA sigue siendo el régimen de comercio preferencial otorgado por la UE a los países en desarrollo.
Una versión mejorada de este régimen podría garantizar un acceso privilegiado al mercado europeo para todos los productos de los países ACP, sin requerir ninguna apertura recíproca de esas naciones.
"Los EPA deben ser antes que nada un instrumento para fortalecer el desarrollo de los países ACP. Su alcance y contenido deben estar determinados por este objetivo. Si no logran cumplir sus promesas de desarrollo, entonces se deben buscar alternativas", dijo a IPS Franceso Rampa, otro de los autores del trabajo.
Por su parte, Bilal señaló que la Comisión Europea debería "integrar mejor las preocupaciones de desarrollo de los países ACP y respetar sus intereses".
Sin embargo, expresó dudas de que el órgano ejecutivo considere las alternativas propuestas por el Centro.
"A la Comisión Europea no le gusta escuchar alternativas, pues las ve como una distracción de su tarea, que es adoptar los EPA tal cual los propone. Pero, al final, no podrá obligar a los países ACP a firmar un acuerdo, y por eso debe estar dispuesta a aceptar acuerdos menos ambiciosos", afirmó.