El acuerdo de libre comercio con China, en vigor desde octubre de 2003, fue desastroso para Tailandia, según políticos y expertos de este país del sudeste asiático. Pero los pronósticos son contradictorios.
El tratado se restringió a la producción agrícola, pues se postergó la vigencia de uno más amplio para 2010. En dos años, la avalancha de frutas y verduras chinas arruinó a los campesinos del nordeste de Tailandia.
"El acuerdo fue un error enorme", dijo a IPS el senador Kraisak Choonhaven. "Los agricultores tailandeses no pueden competir con las manzanas, el ajo y las cebollas chinas. Son de dos a tres veces más baratos. Muchos campesinos quedaron en la indigencia".
Aunque Tailandia diversificó su economía al desarrollar un gran sector manufacturero, 60 por ciento de su fuerza de trabajo se concentra en el sector agrícola. Este país es un importante exportador de arroz y productos agrícolas, como caucho, azúcar, arroz y alimentos procesados.
"China quiere hacer de Tailandia una colonia económica", opinó Kavi Chongkittivorn, analista político y director del periódico The Nation, de Bangkok.
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Durante mucho tiempo, China vio a Tailandia como la puerta de entrada al resto de Asia sudoriental.
En la cumbre de cancilleres de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean) celebrada el año pasado en Vientiane, China dio un paso más en su relación estratégica con Tailandia, y propuso un ejercicio regional marítimo conjunto no militar.
Tailandia persiguió activamente acuerdos de libre comercio con la Asean, asociación que integra junto con Birmania, Brunei, Camboya, Filipinas, Indonesia, Laos, Malasia, Singapur y Vietnam.
"Ahora China es rica en efectivo, y es probable que compre acciones que complementen su desarrollo económico. Uno no puede detener el interés chino en el movimiento de capitales", dijo el ex ministro de Finanzas tailandés Amnuay Virawan.
"Ellos están haciendo esto como parte de su política de gobierno. Tailandia puede beneficiarse a través de emprendimientos conjuntos, así los beneficios pueden ser compartidos", agregó.
Expertos calculan que China invirtió más de 150 millones de dólares en Tailandia. Funcionarios y empresarios chinos constantemente exploran las oportunidades económicas en este país.
Hace un año, un complejo industrial chino-tailandés se instaló cerca de la septentrional ciudad de Chiang Rai, a unos 10 kilómetros del río Mekong, con costos iniciales de construcción superiores a 100.600 dólares. Para administrar el complejo se estableció una firma de riesgo compartido.
Empresarios chinos planean invertir en productos farmacéuticos, electrodomésticos y textiles en el proyecto industrial.
"Es probable que haya más emprendimientos en el futuro", dijo el profesor Sompop Manarungsan, del Instituto de Estudios Chinos en la Universidad Chulalongkorn de Bangkok.
"China tiene excesivas reservas extranjeras —alrededor de 700.000 millones de dólares—, y las empresas chinas exploran la región en busca de oportunidades de negocios, particularmente en productos básicos: energía, celulosa, hierro y acero, níquel y otros metales", dijo Sompop.
China ya está instalando en Tailandia fábricas de medicamentos, muchos de los cuales ya emplean hierbas del país, y productos textiles.
Todos esos productos llevan el sello "Hecho en Tailandia", especialmente para exportar a India, Japón y el resto de la Asean, así como a Europa y Estados Unidos, según Sompop.
En la década del 90, varios empresarios tailandeses también invirtieron fuertemente en China. El grupo económico CP, uno de los pioneros, se convirtió en uno de los mayores inversores extranjeros en China.
Los empresarios industriales tailandeses confían mucho más que los agricultores en que, a largo plazo, el acuerdo de libre comercio será beneficioso para su país.
"China es un mercado enorme de más de 1.300 millones de personas, y su poder adquisitivo aumenta cada año, pero tendremos que esperar un tiempo para estimar los beneficios reales", dijo el vicepresidente del Consejo Empresarial Tailandia-China, Vikrom Kronstat.
"Algunos productos chinos inundan Tailandia ahora, como las manzanas de las provincias del sur en los últimos dos años, pero la mayor parte del fenómeno es zafral. Las frutas tailandesas se venden bien en China cuando son de estación. El futuro sólo puede ser positivo", dijo Kronstat.
Sin embargo, Kronstat advirtió que hacer cualquier negocio con China implica un riesgo considerable.
"Con demasiada frecuencia, empresarios chinos no honran sus acuerdos. El precio suele cambiar tras el acuerdo. Habitualmente, el pago es el mayor problema: toman las consignaciones, pero no pagan. A menudo no comprenden qué es una carta de crédito", dijo Kronstat.
"Lo más importante al hacer negocios con China es desarrollar conexiones y construir redes personales. Esto es esencial, especialmente con las autoridades centrales en Beijing, funcionarios del gobierno local, socios y clientes", añadió.
"También es importante comprender la cultura y el idioma chinos, dado que muchos empresarios chinos y funcionarios del gobierno no hablan inglés", indicó Kronstat.
"Todo tiene que quedar escrito. A los chinos les gusta hacer negocios con un apretón de manos. China acaba de abrir la puerta al mundo y todavía está aprendiendo cómo tratar con hombres de negocios extranjeros", agregó.
La mayoría de empresarios y analistas son cautos respecto del efecto de la apreciación de la moneda china, el yuan, el año pasado. "Es probable que cualquier mínimo cambio tenga mucho impacto", afirmó Kronstat.
Si se produce otra apreciación, tal como insinuaron funcionarios chinos, las importaciones de Tailandia a China se beneficiarán, pues se abaratarán en relación con las chinas. También ganarán competitividad los productos locales en el mercado tailandés.
Tailandia quiere alentar el turismo desde China. Aunque hubo una caída drástica de las visitas en los últimos 12 meses, las autoridades esperan atraer al menos un millón de chinos este año.
Otros creen que el propio acuerdo de libre comercio de China con la Asean debilitará la actual posición privilegiada de este país.
"Ya no seremos la puerta de entrada de China al Sur. Pero mientras Tailandia sea un buen mercado para las exportaciones chinas, es probable que la balanza comercial se amplíe", dijo Sompop.
"China necesita desesperadamente materias primas y Tailandia tiene pocos productos de interés. A más largo plazo, los países ricos en recursos, como Indonesia, Malasia y Birmania, se beneficiarán. Hasta Filipinas puede beneficiarse más que Tailandia", señaló Sompop.