La película estadounidense «Memorias de una geisha» desató en China una ola de sentimientos nacionalistas apenas se anunció su estreno, finalmente cancelado por temor a una avalancha de protestas contra Japón.
La cancelación fue informada por el estatal periódico Beijing Times este mes, pero mucho antes se podía encontrar en sitios independientes de Internet duras críticas al filme, coproducido por Steven Spielberg y dirigido por Rob Marshall ("Chicago", 2002).
"El mercado del cine antes del Día de San Valentín estará muy vacío sin 'Memorias de una geisha'. No hay suficientes nuevos lanzamientos que tengan historias valiosas sobre el amor", se lamentó el periódico.
La condena común a esta versión cinematográfica de la exitosa novela del escritor estadounidense Arthur Golden es que las más famosas actrices chinas encarnan a geishas japonesas, consideradas prostitutas en este país.
Temiendo que la película pudiera desatar el odio público e inflamar los ya rampantes sentimientos antijaponeses, las autoridades chinas cancelaron el estreno de la película sin dar muchas explicaciones.
La Administración Estatal de Radio, Cine y Televisión negó públicamente que se trate de una "prohibición", mientras Beijing Times informó que la película fue "suspendida indefinidamente".
En esta producción, con seis nominaciones para los premios Oscar de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood, la actriz china Zhang Ziy ("El tigre y el dragón", 2001) interpreta a una joven geisha codiciada por varios empresarios japoneses, que ponen precio a su virginidad.
Las también chinas Gong Li y Michelle Yeoh completan el elenco de mujeres en la mítica "okiya" (casa de geishas) de Gion, popular barrio de la sudoriental ciudad japonesa de Kyoto.
Acaso lo más inusual de la polémica es que por primera vez en muchos años hubo una coincidencia entre las autoridades a cargo de la censura y el público en general.
Muchas opiniones divulgadas en Internet pedían la cancelación del estreno.
"Ciframos ahora nuestra esperanza en la oficina de propaganda, a la que llamamos a detener el lanzamiento de esta producción vergonzosa", señalaba un comentario.
Muchos en Internet criticaron a Zhang por haber aceptado el papel de la hermosa geisha Sayuri sin considerar el orgullo nacional chino.
"Acostarse con un japonés por dinero es repugnante. Ella humilló a todo el pueblo chino", señaló un internauta.
A pesar de que Zhang fue nominada al premio Globo de Oro estadounidense a la mejor actriz por su trabajo en la película, fue llamada "vergonzosa traidora" que "debe ser cortada a hachazos hasta morir".
La escena en que Sayuri pierde la virginidad con el japonés que ganó la subasta, y luego, en la que besa al hombre que en verdad ama, interpretado por el actor japonés Ken Watanabe, fueron las más criticadas por los chinos.
La decisión de cancelar el estreno de este filme, que a pesar de ser una producción de Hollywood fue presentada como una colaboración panasiática, llegó en momentos de crecientes hostilidades entre Beijing y Tokio y tras una serie de protestas antijaponesas en toda China.
Las relaciones entre estas dos potencias de Asia llegaron a su punto más crítico en décadas.
Las manifestaciones antijaponesas fueron seguidas a su vez por choques diplomáticos entre Beijing y Tokio sobre los derechos a la explotación petrolera del mar de China Oriental, que separa a ambos países.
En diciembre, China anunció su disposición a apoyar una mayor participación de los países africanos en la Organización de las Naciones Unidas, en vez de aprobar la expansión del Consejo de Seguridad dándole un puesto permanente a Japón.
También en diciembre, el primer ministro chino Wen Jiabao se negó a reunirse con su par japonés Junichiro Koizumi en el marco de la Cumbre de Asia Oriental, celebrada en Kuala Lumpur.
Los gobernantes de ambos países no se han reunido oficialmente desde 2001, cuando Koizumi comenzó a hacer sus visitas anuales al polémico templo de Yasukuni, donde están sepultados soldados japoneses responsables de la invasión y colonización de China, Corea y la mayor parte del sudeste y el este de Asia en la segunda guerra mundial (1939-1945).
China acusa a Japón de no haber compensado dignamente a estos países por los crímenes de guerra cometidos por su ejército en el pasado.
Militares japoneses mataron en la segunda guerra mundial a unos 20 millones de chinos. Durante la "masacre de Nanjing", en 1937, unos 300.000 civiles fueron asesinados y alrededor de 20.000 mujeres violadas en esa ciudad sudoriental de China.
La toma de esclavas sexuales por parte de soldados japoneses durante la guerra volvió a la memoria en 2003, cuando la prensa informó que 400 turistas japoneses habían contratado a 500 prostitutas para una orgía en la meridional ciudad china de Zhuhai.
La indignación por la película eclipsó el delicado debate sobre el verdadero papel que tenían las geishas en la sociedad japonesa.
La palabra japonesa "geisha" se traduce al chino como "yiji" ("artista de la prostitución"). Los distribuidores del filme tenían previsto cambiarla por otro término chino que significa "bailarina diestra".
Pero la controversia en China parece dejar de lado el hecho de que las geishas eran verdaderamente artistas, portadoras de refinadas tradiciones japonesas, como la ceremonia del té, el ikebana (arte floral), la poesía y la música.
Incluso celebridades del cine chino como el director Chen Kaige criticaron la elección de actrices chinas para los papeles centrales de la película.
"Mujeres chinas no pueden interpretar a geishas. Ésta es una antigua tradición de la cultura japonesa. La forma en que caminan, sostienen el abanico, sonríen, miran a otras personasà Para hacer esas cosas bien, tienes que haber crecido en Japón. Pero a los productores estadounidenses no les importa", afirmó el cineasta.