Con un hijo pequeño enfermo de un pulmón «yo no me puedo ir a un refugio, necesito una casa», dice Sabrina Correa mientras camiones del ejército mudan a sus vecinos del barrio Nueva Esparta, ubicado bajo el clausurado viaducto que enlaza la capital venezolana con su puerto y aeropuerto.
Las bases del viaducto cedieron por los deslizamientos de tierra desde un cerro del noroeste de Caracas, sobre el que se construyeron durante décadas miles de frágiles viviendas informales, y eso determinó el cierre de la autopista entre la capital y su vecino litoral del mar Caribe, afectando el transporte terrestre, marítimo y aéreo de pasajeros y carga en todo el país.
Pero ese problema estructural a la vez destapó el drama de la vivienda en Venezuela, porque bajo el viaducto en peligro de desplomarse se encuentran centenares de casas improvisadas del barrio Nueva Esparta y otros centenares de viviendas pueden afectarse en las laderas vecinas.
El gobierno de Hugo Chávez lanzó en los primeros días de este año una operación de desalojo, que se ha estrellado con la resistencia de los pobladores a desocupar esa área ubicada a 15 minutos en auto del centro de la ciudad.
"Tengo 25 años aquí, y mi casa está bien. Entiendo el riesgo, tenemos que salir, pero no así, sin otra casa o un papel que nos la garantice", apuntó Auristela Torres.
El Ministerio de Vivienda ofreció un papel canjeable por el equivalente a 23.200 dólares a cada familia de Nueva Esparta que consiga una casa para comprarla, pero los precios de las más modestas viviendas en Caracas superan los 32.000 dólares, según las afectadas.
Otras alternativas son que se ubiquen con familiares a la espera de que el Estado les otorgue una casa en construcción en otra región del país o bien ir a uno de los refugios dispuestos en el área metropolitana para damnificados.
"Prefiero irme a Maracaibo (capital petrolera del occidente del país) y espero el papel del gobierno para eso. En los refugios hay mucha gente de muchas partes y se me puede contaminar mi bebé de meses", señala temerosa Olaimar Polo, madre de tres niños..
Pero el drama puntual de Nueva Esparta cabalgó esta semana con el de vecinos de otros barrios pequeños que padecieron deslizamientos de tierra por lluvias, y con la inédita ocupación de algunos edificios, abandonados total o parcialmente, por agentes de la Policía Metropolitana y sus familias, según denuncias de indignados vecinos.
En pocos días una veintena de edificios en distintos sitios del área metropolitana fueron tomados por grupos de familias que se declararon damnificados de algunos barrios o, simplemente, carentes de vivienda.
"Cuando una persona construye una vivienda en una zona de alto riesgo no es por diversión, sino porque no tiene dónde vivir", clamó el alcalde mayor de la ciudad, Juan Barreto, rehusando el término "invasiones" y usando el de "ocupaciones urbanas".
Barreto dijo que, conforme a la ley, ordenó la expropiación de siete inmuebles, entre ellos uno que albergará a decenas de bomberos damnificados o sin vivienda desde hace años, pero aseguró que tratará con los propietarios el pago de indemnizaciones.
En la acera del frente, el abogado y ex parlamentario opositor Gerardo Blyde insistió en que "es delito invadir y promover la invasión de propiedades en Venezuela", y el presidente de la Cámara Inmobiliaria, Luis Vegas, consideró "infelices las declaraciones de Barreto, que le hacen sentir a la gente que puede ocupar cualquier propiedad".
"Ninguna persona, salvo que medie un decreto de expropiación, está autorizada para invadir un predio desocupado", terció el fiscal general Isaías Rodríguez.
Empero, Barreto advirtió que usará la ley contra las ocupaciones ilegales, aunque encuadró el tema "en el problema de la miseria, que no es nuevo", pues "cuando el presidente Hugo Chávez llegó al poder (en 1999) había en Caracas 5.600 barrios" pobres.
Según el alcalde del municipio Libertador (oeste de Caracas), Freddy Bernal, "un 60 por ciento de las construcciones en Caracas están sobre terrenos con algún riesgo" de derrumbe.
Mientras, Barreto dio otro paso adelante este martes y anunció que seguirán expropiando inmuebles con más de tres años sin uso para reacondicionarlos como viviendas, y además afectará legalmente otros terrenos, como los campos de golf de la ciudad.
En Caracas hay tres campos de golf, y todos forman parte de clubes en tres de las cinco urbanizaciones más exclusivas de la ciudad, que todavía no habían reaccionado.
"El golf lo practican en Caracas unas 600 personas, mientras que hay 5.000 médicos que no tienen vivienda", deploró Barreto.
El Instituto de Estadísticas indica que Venezuela cuenta con 26,5 millones de habitantes, distribuidos en 6,5 millones de hogares, y existen, según el censo de 2001, 6,2 millones de viviendas, 5,2 millones de las cuales son ocupadas permanentemente.
La empresarial Cámara de la Construcción estima que deben edificarse 1,5 millones de viviendas para cubrir 60 por ciento del déficit habitacional, en tanto otro 40 por ciento necesita refacciones, pero los entes estatales creen que deben construirse sólo 560.000.
La organización no gubernamental humanitaria Provea considera que el Estado y la empresa privada "han tenido un enfoque 'viviendista', de construir casas nuevas, pero millones de familias no necesitan una vivienda nueva sino reparar y mejorar la que ya ocupan", comentó a IPS uno de sus directores, Marino Alvarado.
En los siete años transcurridos desde que Chávez llegó al poder sólo se han construido 110.000 viviendas, siendo que hace 30 o más años ya las ofertas electorales eran de construir 100.000 casas anuales, recordaron periódicos de tendencia opositora.
En ese marco, el ministro de Vivienda y Hábitat, Luis Figueroa, anunció que este año la población dispondrá de 100.000 nuevas viviendas, al sumar las que se construirán nuevas con las que serán cambiadas desde sus actuales condiciones inseguras o insalubres a otras más estables.
Todavía es temprano para medir el impacto que tendrá en las actitudes de la población las recientes decisiones tomadas en el marco de la emergencia por la situación del viaducto y las lluvias caídas sobre el área metropolitana de Caracas.
En particular, existe expectativas respecto de la entrega de títulos para adquisiciones por hasta 23.000 dólares a cada familia damnificada y los anuncios de que se actuará contra propiedades ociosas en el marco de la lucha contra la pobreza. Precisamente en este año, cuando diciembre el presidente Chávez buscará ser reelegido "con una avalancha de votos", como pide.