Malí, uno de los países más pobres del mundo y sede de la primera fase de la actual edición del Foro Social Mundial (FSM), presenta el panorama de un país sobrecargado por la deuda externa.
El gobierno gasta buena parte de su presupuesto en el pago de lo que debe a sus acreedores a expensas del desarrollo, según expertos.
Este inmenso flujo financiero llevó a activistas de Malí a reclamar la cancelación de la deuda, y se unieron en el marco del FSM, reunión de representantes de movimientos sociales de todo el mundo, con pares de otros países pobres para reclamar que se haga lo mismo a nivel mundial.
"La deuda es un escollo a nuestro desarrollo", dijo Diarra Sekou, de la Coalición de Alternativas Africanas a la Deuda y el Desarrollo.
"Las instalaciones médicas se derrumban, con una cantidad muy insuficiente de empleados. No hay educadores en las escuelas, que no pueden progresar porque, además, la calidad de los maestros es muy mala",agregó…
"Eso se debe a que no pueden ser bien pagados, pues el gobierno está concentrado en abonar la deuda", concluyó..
Sekou, quien realizó estas apreciaciones en una reunión sobre la deuda externa en el marco de la fase del FSM en curso en Bamako, recordó que Malí pagó unos 109 millones de dólares el año pasado en intereses y amortizaciones.
"El total de los fondos destinados a la educación y la salud ni siquiera se acercan a la mitad de esa suma, a pesar de que se trata de sectores vitales de cualquier país", advirtió.
Malí no es la única nación africana que sufre esta carga.
La deuda externa del continente ascendía en 2003 a 315.000 millones de dólares, indicó Demba Moussa Dembele, de la filial africana de Jubileo Sur, coalición internacional de organizaciones no gubernamentales que reclaman la condonación para todo el Sur en desarrollo.
Dembele afirmó que los programas de ajuste estructural impuestos por el Grupo de los Ocho países más industrializados, a través del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, no cumplen con su intención declarada de sacar a África de la pobreza.
"Todos estos condicionamientos a cambio de préstamos han sido un fracaso total. No ofrecieron ninguna solución", sostuvo.
Entre las condiciones figuraban las privatizaciones y la liberalización comercial, que según algunos expertos causaron más daño que beneficios.
Dembele calculó que la liberalización comercial costó a África subsahariana 272.000 millones de dólares en los últimos 20 años, el periodo en que se realizaron la mayor parte de las reformas económicas recomendadas por las instituciones multilaterales de crédito en la región.
El Grupo de los Ocho —Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón y Rusia— cancelaron las deudas de 14 países africanos en julio pasado, en respuesta a la creciente presión de activistas de todo el mundo.
Pero los reunidos en Bamako afirmaron que eso no es suficiente, pues representa apenas 10 por ciento de la deuda africana.
También advirtieron que debe atenderse el problema de la corrupción.
"Hay una relación directa entre endeudamiento y corrupción. La mayoría de los países africanos no tienen capacidad para controlar el dinero que reciben de los préstamos. Por esta causa, parte de esos fondos se desvían a la corrupción", dijo Sekou.
"Al combatir la deuda sin resolver la corrupción y sin controlar cómo se usan los fondos, no se puede ir muy lejos", agregó.
"Es importante que los ciudadanos se involucren en el proceso" de control, sostuvo Lamin Nyangado, gerente de políticas de la organización no gubernamental ActionAid en Gambia. "La ciudadanía debe asegurarse de que, si la deuda se cancela, el dinero que se usaría para el repago se emplee para mejorar las condiciones de vida de la gente."
EL FSM es una reunión anual de representantes de la sociedad civil de todo el mundo cuya primer edición se celebró en 2001 en Porto Alegre, Brasil, como alternativa al Foro Económico Mundial de Davos, que desde 1971 reúne a numerosos empresarios y gobernantes en ese exclusivo centro turístico de Suiza.
Mientras que el Foro de Davos convoca a financistas, empresarios, jefes de Estado y de gobierno favorables al actual estado del proceso de globalización, al FSM asisten organizaciones no gubernamentales y otros grupos de la sociedad civil que, por diversas razones, se le oponen.
Luego del primer Foro de 2001, Porto Alegre fue escenario de otros dos (en 2002 y 2003) antes de que en 2004 se trasladara a Mumbai (ex Bombay), en la costa oeste de India.
La novedad del FSM de 2005 es que se celebrará en tres ciudades de tres continentes distintos: en Bamako, capital de Malí, en Caracas, capital de Venezuela, y Karachi, meridional ciudad de Pakistán e importante centro financiero en la costa el Mar de Arabia. (