ENERGÍA-CHINA: Fuentes alternativas empiezan a tener sentido

China, cuyo consumo de energía crece al ritmo de su aceleradísima economía, se comprometió a duplicar su generación en fuentes alternativas para 2020.

El mensaje, incluido en el último plan quinquenal del gobierno comunista, se difundió como reguero de pólvora luego de diversas reuniones en altas esferas del Estado celebradas en los últimos meses sobre desarrollo sustentable y cambio climático.

En noviembre, al inaugurar en Beijing una conferencia internacional sobre fuentes renovables, el presidente Hu Jintao desató una ola de aplausos al declarar que China veía "como un deber el fortalecimiento y la utilización" de estas modalidades de energía.

Con los precios internacionales del petróleo por las nubes, una demanda de electricidad frecuentemente insatisfecha y una contaminación rampante, las perspectivas para producción de energía de fuentes renovables nunca parecieron mejores en China.

Beijing está ansioso por promover fuentes energéticas alternativas con baja contaminación no sólo como una solución sino también para mejorar su imagen como protagonista responsable de la comunidad internacional.

Pero si bien la opción ambientalista goza hoy del respaldo consensuado de las autoridades chinas, de la voluntad del gobierno también dependerá la importancia que se le dará a la producción solar, eólica y geotérmica en el conjunto de la política energética.

"Si China quiere implantar nuevas tecnologías energéticas, lo puede hacer rápidamente. Ya lo vimos con la industria de las telecomunicaciones y en otros sectores", dijo James Brock, experto en energía y consultor independiente residente en Beijing.

Pero el compromiso de Beijing choca con un crecimiento de la demanda energética infinitamente mayor que la velocidad de desarrollo de las fuentes alternativas.

El fabuloso crecimiento económico disparó el consumo de energía chino. Si el país pretende mantener el ritmo de crecimiento sin no sufrir una crisis energética, deberá duplicar para 2020 su producción actual, situada en 1.000 gigawatts.

El sector de la energía alternativa atraviesa un proceso de expansión, pero aún carece de peso dentro del total. El año pasado, la capacidad de la industria eólica ascendió a apenas un gigawatt.

Pese al reciente énfasis en el uso de fuentes limpias de energía, originado por el costo ambiental de los combustibles fósiles y por los riesgos de seguridad, la importación de petróleo y carbón, muy barata pero también muy sucia, representa 70 por ciento del consumo del sector.

La meta del gobierno es duplicar la participación del uso de fuentes renovables de energía del actual siete por ciento del total a 15 por ciento para 2020.

En términos porcentuales, dijo Brock, no es algo que importe mucho hoy ni vaya a importar demasiado dentro de 10 años.

Los altos costos son uno de los principales obstáculos para el desarrollo de fuentes de energía alternativas en China.

China, por ejemplo, aún no puede manufacturar sistemas con turbinas generadoras de energía eólica de gran escala y alta tecnología y debe importar la mayor parte de la tecnología necesaria. Como consecuencia, esta energía es 50 por ciento más cara que la generada a carbón.

El gobierno decidió invertir 185.000 millones de dólares en la reconversión energética para 2020. Pero los promotores de la energía alternativa advierten que se necesita mayor apoyo financiero.

A comienzos de año, entró en vigor la primera Ley de Energía Renovable de China, cuya aprobación insumió dos años. La norma obliga al gobierno a detallar qué sectores estarán obligados a utilizar estas modalidades de producción energética.

La Comisión para la Reforma Nacional y el Desarrollo, máximo órgano de planificación económica del gobierno, anunció que las compañías proveedoras de electricidad con una capacidad de generación superior a cinco gigawatts a producir de fuentes renovables al menos cinco por ciento de su producción.

China Huaneng Group, la mayor empresa productora de energía del país, con una capacidad de 34 gigawatts a fines de 2004, hoy apenas produce 140 megawatts con turbinas eólicas.

En la actualidad, no existen incentivos para la utilización de energía de fuentes limpias, dado que los consumidores no pagan el costo de la contaminación por su uso.

Los defensores más activos de las fuentes renovables creen que China ya llegó al límite en lo que respecta al uso de combustibles fósiles y que el gobierno lo sabe.

"China debe ir en la dirección de la energía sustentable. No puede seguir el modelo de Estados Unidos", dijo Li Junfeng, secretario general de la Asociación de Industrias de Energía Renovables de China, a la revista China International Business.

Entre los expertos hay consenso de que China debe seguir el modelo de Francia.

La experiencia francesa de perseverar en el desarrollo de energía atómica, fijando estándares ambientales muy exigentes a las industrias automovilística y de la construcción, y promoviendo un uso eficiente de energía "son cosas valiosas que China debe estudiar con mucho cuidado", dijo Guan Qinyou, investigador de la Academia China de Ciencias Sociales.

"Es posible que el ejemplo francés responda a sus propias prioridades, pero le ha permitido a ese país mantener un nivel de consumo de energía que apenas llega al 60 o 70 por ciento del de Estados Unidos", señaló Guan.

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe