DESARROLLO: Nueva escaramuza por el agua

Muchos predicen que las guerras del futuro serán por el agua, pero no habrá que esperar demasiado para presenciar ruidosas escaramuzas: se prevé que en marzo, durante el IV Foro Mundial del Agua en México, vuelvan a chocar visiones a favor y en contra de la privatización del recurso.

Diariamente mueren en el mundo entre dos y cinco millones de personas por causas relacionadas con la escasez o mala calidad del líquido y 1.000 millones no disponen de éste. Las inversiones requeridas para mejorar su acceso son ingentes y, aunque los gobiernos asumen la mayoría del gasto, la participación privada crece de manera exponencial.

El Foro de México es el cuarto después de los de Marruecos (1997), Holanda (2000) y Japón (2003). Las citas son organizadas por el Consejo Mundial del Agua, creado a mediados de los años 90 por personajes vinculados al sector empresarial, académico, científico y social.

El Consejo fue fundado, entre otros, por ex funcionarios del Banco Mundial y empresarios de multinacionales como la francesa Suez. Su presencia irrita a grupos no gubernamentales que se oponen férreamente a la idea del agua convertida en mercancía en manos del sector privado.

Estos grupos denuncian que el Foro Mundial del Agua defiende la privatización del recurso, y lamentan que se haya convertido en el principal espacio de discusión global sobre el tema, ante la falta de una instancia exclusiva en el marco de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

No existe en la actualidad una convención global de la ONU dedicada al agua, como las que abordan el cambio climático o la biodiversidad, por ejemplo.

Pero según los organizadores del Foro, entre ellos el gobierno anfitrión del presidente Vicente Fox, se trata de un espacio plural y abierto al debate. Y aunque sus resoluciones no son vinculantes, aseguran que el Foro definirá muchas políticas en el futuro.

Al menos unas 8.000 personas de todo el mundo participarán en la cita, que tendrá lugar entre el 16 y el 22 de marzo en un lujoso centro de convenciones de la capital mexicana, con el auspicio de aerolíneas, firmas de refrescos, cervezas y telefonía.

El propósito final, dicen, es lograr reducir a la mitad el porcentaje de personas que carecen de agua potable en el mundo para 2015. La meta es parte del séptimo de los Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU —establecidos en 2000—, que se propone "garantizar la sostenibilidad del medio ambiente".

Para quienes promueven a toda costa la privatización, sólo poniendo precio al agua y arrebatando su manejo de las "ineficientes manos de los sistemas estatales" se podrá cumplir con tan ambiciosa meta.

Actualmente, menos de 10 por ciento de los servicios relacionados con el agua está en manos privadas, pero sólo entre 1990 y 1997 la participación financiera de ese sector se disparó 7.900 por ciento en los países en desarrollo, según Gustavo Castro, investigador del mexicano Centro de Investigaciones Económicas y Políticas de Acción Comunitaria.

Las multinacionales no esconden su interés en la construcción de represas ni en la distribución del agua y su procesamiento. Tuvieron éxito en muchos países como Chile, pero en otros, entre ellos Bolivia o Argentina, han sido acusadas de malos manejos, mal servicio y cobro de tarifas altas.

Según el Consejo Mundial del Agua, con el ritmo actual de inversiones hídricas públicas y privadas, el acceso a ese recurso no podrá garantizarse sino hasta el año 2050 en África, 2025 en Asia y 2040 en América Latina y el Caribe.

Los voceros del Foro Mundial del Agua aseguran que su postura sobre el papel del sector privado en la gestión hídrica es totalmente imparcial. "De ninguna manera promovemos la privatización", declaró a Tierramérica Rina Mussali, una de las portavoces.

"Lo que hace el Foro es ofrecer una plataforma de diálogo y discusión. Nosotros no tomamos posturas, no vamos a hablar de privatización o no, pero sí vamos a ofrecer una plataforma abierta para que se discuta", aseguró Mussali, quien además trabaja para la gubernamental Comisión Nacional del Agua (CNA) de México.

Del universo de participantes en el IV Foro, organizado en gran parte por la CNA, entre 15 y 20 por ciento serán organizaciones de la sociedad civil y habrá total libertad para exponer sus experiencias, afirmó.

Pero los activistas señalan que esas sólo son palabras.

Según Marta Delgado, de la no gubernamental Alianza Mexicana por una Nueva Cultura del Agua, la CNA no mostró capacidad ni apertura hacia los grupos sociales en la organización de la cita.

Claudia Campero, portavoz de la Coalición de las Organizaciones Mexicanas por el Derecho al Agua, coincide. "En los tres primeros foros se manifestó una política abierta en pro de la privatización del agua. Ahora se ha moderado el discurso y hablan de promover la participación social y pluralidad, pero siguen en lo mismo", dijo Campero a a Tierramérica.

"Nosotros conocemos su forma de trabajo y hay muchos filtros para limitar que la sociedad civil pueda participar, incluso un precio de inscripción de 600 dólares", añadió.

Lo del costo es cierto, pues se trata de un acontecimiento caro, pero hay formas de financiarlo y de asegurar la participación de todos, "así que están invitados", respondió Mussali.

La Coalición, que reúne a unas 18 organizaciones mexicanas, y otros conglomerados ya coordinan acciones con sus similares extranjeras para manifestarse en el Foro.

Grupos campesinos, ambientalistas, estudiantiles y académicos opuestos al proceso de globalización actual realizarán asambleas, marchas y debates alternativos al Foro.

Consultado sobre estas posturas, Ricardo Sánchez, director para América Latina y el Caribe del Programa de la ONU para el Medio Ambiente (Pnuma), pidió "no estigmatizar al Foro porque en su origen haya empresas privadas" y aseguró que la CNA hizo "un trabajo excelente" de organización.

A su entender, el Foro es "el mayor evento mundial para discutir este tema del agua, tan crítico en el mundo. Hay que observar el tema desde todos los ángulos. En el Foro habrá académicos, personas del sector privado y gobiernos".

El director general del Pnuma, Klaus Toepfer, asistirá a la cita y participará en los debates de los delegados de gobierno, que aspiran a definir una declaratoria y quizá algunos compromisos.

Sobre el papel del sector privado en los servicios hídricos, Sánchez recomendó no cerrarse a esa posibilidad. "Hay quienes ven al agua como un negocio. No debe dejar de reconocerse que poner el agua en los lugares de uso cuesta y es importante que eso se considere, pero tampoco puede descuidarse el consumo de la población que no tiene acceso", apuntó. "Cada país debe encontrar cuál es la mejor solución", indicó.

* El autor es corresponsal de IPS. Este artículo fue publicado originalmente el 28 de enero por la red latinoamericana de Tierramérica. (

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