Las principales calles de la capital cubana se inundaron de personas de todas las edades en son de protesta contra la política de Estados Unidos y de demanda de justicia para las víctimas de los actos del terrorista Luis Posada Carriles.
"Ya encendieron el cartelito, qué valientes son las cucarachas", comentó este martes el presidente de Cuba, Fidel Castro, al observar cómo se iluminaba un mensaje electrónico colocado el 16 de este mes en la fachada de la Oficina de Intereses de Washington en La Habana (SINA por sus siglas en inglés).
El mensajero electrónico, último capítulo de la llamada "guerra de imágenes" entre el gobierno estadounidense de George W. Bush y el de Castro, su sumó así al escenario que empezó a montarse en la víspera: Posada Carriles pintado sobre el asfalto, un cartel que muestra los rostros de éste y Bush como si fueran vampiros, con dientes ensangrentados, y el título de "asesinos".
"Venganza no, justicia", "Bush, fascista, condena al terrorista", coreaban mujeres, hombres, niñas y niños cubanos y no pocos extranjeros, al pasar frente al edificio sede de la SINA.
En tanto, desde el cartel electrónico de la SINA se respondía "A los que quieran estar aquí, respetamos su protesta, a los que no quieren estar aquí, disculpen la molestia".
De ese modo se daba paso a la transmisión continuada de titulares como "En Canadá ganaron los conservadores después de 12 años de gobierno liberal", "Estados Unidos otorgó permiso al equipo cubano para participar en el clásico mundial de béisbol que empieza a partir (sic) del 3 de marzo en Japón, Estados Unidos y Puerto Rico", y "Evo Morales inauguró su nuevo gabinete de 16 ministros".
También podían leerse frases de personalidades internacionales: "La fe profunda elimina al miedo", de Lech Walesa, "Ningún hombre es lo suficientemente bueno para gobernar a otros sin su consentimiento", de Abraham Lincoln, y "Yo quiero libertad para la plena expresión de mi personalidad", de Mahatma Gandhi. Para rematar con "lea lo que quiera, diga lo que piensa, haga lo que le parezca correcto".
Más de un millón de manifestantes se concentraron en La Habana, según fuentes oficiales, en una marcha por "la justicia" y de "reafirmación revolucionaria" que coincidió con el inicio en Estados Unidos de la revisión del caso de Posada Carriles, detenido por ingresar ilegalmente en territorio de ese país el pasado año.
El gobierno de Estados Unidos "busca deliberadamente" poner "en libertad al terrorista de origen cubano Posada Carriles, aseguró el presidente Castro en sus palabras de apertura de la marcha.
Terrorista confeso y entrenado por la Agencia Central de Inteligencia, de Estados Unidos, Posada Carriles ha reconocido sus vínculos con la organización y ejecución de varios atentados contra Cuba, entre ellos el sabotaje en octubre de 1976 a un avión de la empresa Cubana de Aviación, que explotó en pleno vuelo causando la muerte de los 73 ocupantes.
Tras evadirse en 1985 de una prisión en Venezuela, fue detenido en 2000 en Panamá y condenado a ocho años de prisión por organizar un atentado contra Castro durante la X Cumbre Iberoamericana realizada en ese país centroamericano.
Sin embargo, Posada Carriles fue indultado por la entonces presidenta Mireya Moscoso en 2004, a poco de finalizar su mandato, y el año pasado ingresó ilegalmente a Estados Unidos.
"Desde que empezamos a oír la noticia de que Posada Carriles podía ser liberado nos dio un vuelco el corazón", aseguró Margarita Morales, hija de Luis Alfredo Morales, una de las 73 víctimas del sabotaje de 1976.
Para Morales, Washington tiene "un deber moral" en este caso, que es el de hacer justicia.
Tras la decisión del juez de migraciones William Abbott de negar la solicitud de extradición presentada por Venezuela, Posada Carriles se enfrenta sólo a una revisión administrativa de su caso en la Oficina de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), proceso que podría durar alrededor de una semana para luego culminar con la libertad condicional.
"Se han enviado pruebas suficientes de sus lazos con la comunidad, un resumen de su vida pública, datos de su familia en Estados Unidos, así como el lugar donde vivirá y una propuesta de empleo inmediato si se produce su excarcelación", dijo a la prensa estadounidense su abogado defensor, Eduardo Soto.
Si no logra ser puesto en libertad en estos momentos, Soto aseguró que presentará una demanda federal para conseguirlo.
El diario El Nuevo Herald, de Miami, recordó este martes que el Tribunal Supremo de Estados Unidos dictaminó, el pasado año, que el país no puede mantener en cautiverio indefinido a las personas "deportables", a menos de que sean individuos "altamente peligrosos para la comunidad".
En sus breves palabras antes de comenzar la marcha, Castro aseguró que, tras ser "liberado por la CIA de la prisión en Venezuela el 18 de agosto de 1985", Posada Carriles se vinculó "a la guerra sucia contra Nicaragua, suministrando armas desde El Salvador y trasladando drogas a Estados Unidos".
"Luis Posada Carriles mantuvo siempre estrechos vínculos con los órganos de inteligencia de Estados Unidos y fue financiado por gobiernos de ese país" y usado "a lo largo de más de cuatro décadas para tratar de asesinar al jefe del Estado cubano", añadió el presidente.
"Nadie en el mundo podrá negar estas verdades", dijo Castro y se limitó a leer un fragmento de su comparecencia televisiva del pasado domingo, un resumen de su visión sobre la actual política estadounidense hacia esta isla caribeña que intenta, a su juicio, en primer lugar "satisfacer los deseos" de los sectores más radicales del exilio cubano.
El mandatario opinó que "el actual gobierno de Estados Unidos ha fracasado totalmente en sus planes de aislar y de asfixiar económicamente" a la isla y, por ello, se ha comprometido "el macabro plan" de la transición política en este país, "una grosera injerencia en la soberanía" del país.
Castro aseguró que, además de liberar a Posada Carriles, los planes de Washington incluyen "violar abiertamente" los acuerdos migratorios vigentes entre ambos países, "impedir a toda costa la venta de productos agrícolas" estadounidenses a la isla y "forzar una ruptura de los actuales vínculos diplomáticos mínimos con Cuba".
"El odio que hay contra este país es grande. Hay que desechar la teoría de que aquí no va a pasar nada. Lo que está haciendo la SINA es una provocación", opinó Pablo Maza, presidente de un Comité de Defensa de la Revolución, organización de masas que funciona a nivel de barrio.
"Quieren crear una situación que justifique una agresión a Cuba", dijo el hombre de casi 80 años. ***** +Cuba contra el terrorismo (http://www.cubavsterrorismo.cu/)